Románico, juderías y mucho más en las Cinco Villas

La extensa comarca de Las Cinco Villas se encuentra al norte de la provincia de Zaragoza. Las cinco villas que le dan el nombre a la comarca son Ejea de los Caballeros (capital comarcal), Tauste, Sádaba, Uncastillo y Sos del Rey Católico.

Su abundante patrimonio y su paisaje la convierten en un destino estupendo para los amantes del arte y la historia. Castillos, iglesias, calles, acueductos …son los restos de un pasado donde no solo los romanos dejaron su impronta si no también los judíos en sus juderías.

Hay tanto que ver en estas comarca de Las Conco Villas que lo mejor es planificar el recorrido. Por eso en esta ocasión realizaremos  Dejamos para otra ocasión nuestra visita a las otras dos. Hacia el norte Sos del Rey Católico y Tauste hacia el sur.

Cualquier época del año es adecuada para visitar las Cinco Villas pero ir en una u otra depende de tus intereses. El invierno es la mejor estación para los amantes de la ornitología, pues se pueden avistar numerosas aves, en especial las bandadas de grullas que invernan en los humedades de la comarca. La primavera y el otoño, por su parte, son las más adecuadas por las suaves temperaturas y el colorido del paisaje. Más información…

Ejea de los Caballeros, inicio de nuestra ruta por la comarca de las Cinco Villas se encuentra a 73 kilómetros de la capital, Zaragoza. 

Ejea de los Caballeros

Para llegar la ruta más adecuada es por la A-68 hasta Alagón, la A-126 hasta Tausle y la A-127 hasta Ejea. Después solo hay que seguir la A-1202, que enlaza con Sádaba, Layana, Uncastillo, Luesia y Biel.

Ejea de los Caballeros es una monumental población que además de celtíbera y romana perteneció a los Banu Qasi, una poderosa familia muladí. Los muladí eran cristianos de origen hispanorromano que abrazaban la religión y las costumbres del islam, descendientes del conde de origen visigodo Casio. La Ejea musulmana fue conquistada a principios del siglo XII por el rey de Aragón, Alfonso I el Batallador.

Patrimonio

Por toda su historia, esta villa tiene mucho que ver. Es imprescindible la visita a dos de sus monumentos más emblemáticos, la Iglesia de San Salvador y Santa María de La Corona, ambos con valiosos elementos románicos y deslumbrantes interiores.
El primero de los templos, la Iglesia de San Salvador, tenía un marcado carácter defensivo. Edificado a finales del siglo XII su estilo denota la transición entre el románico y el gótico. Destacan sus magníficas portadas románicas, ejecutadas por el genial Maestro de Agüero y que reúne una estupenda iconografía de la época.
Ascendiendo por unas alargadas calles llenas de casonas y palacios llegamos hasta la antigua judería y la iglesia de Santa María de la Corona, la cual desde lo alto preside la localidad. Se trata de una iglesia fortificada, ubicada donde antiguamente estuvo un castillo, lo que explicaría la existencia de almenas, que se descubren en su parte externa.
Edificada en el siglo XII originalmente era de estilo románico, consagrado en 1174, pero a lo largo de su historia ha sido rectificada en numerosas ocasiones. Más información… 

Sádaba

Habría mucho que ver en Ejea pero debemos continuar nuestra ruta hacia Sádaba, la segunda de las Cinco Villas. En el camino nos encontraremos un llano paisaje que puede parecer un tanto uniforme pero que contienen una enorme biodiversidad, en especial el nos inundados arrozales y en las numerosas lagunas y charcas. Aquí se dan cita una gran cantidad de aves acuáticas y nutridas bandadas de grullas invernantes.

Al llegar a Sádaba nos llama la atención su hermoso y bien conservado casco histórico. Recorrido por largas y estrechas calles repletas de edificios góticos y renacentistas en los que predomina una rojiza piedra arenisca.

Patrimonio

Sobre el caserío domina la silueta de la Iglesia de Santa María un templo de estilo gótico donde destaca su elevada torre. También destaca en lo alto de un pequeño cerro en la orilla del río Riguel su castillo de estilo bajomedieval, el castillo de Sádaba, también conocido como el de Los Bañales.
El castillo es una fortaleza singular, con sus características siete torres cuadradas y que conserva su capilla original, el patio de armas, el aljibe y el paso de ronda de la muralla.

A unos pocos kilómetros de Sádaba, en un solitario paraje en dirección a Uncastillo se encuentra el mausoleo de los Atilios, una joya funeraria de la época romana (finales del siglo II d.C.). En sus inmediaciones también es visitable el mausoleo de la Sinagoga.

Layala

El mausoleo tiene mucho que ver con el cercano yacimiento romano de Los Bañales al que se accede por una desviación desde el pueblo de Layana.

Enclave imprescindible ubicado entre Layala y Uncastillo, las excavaciones arqueológicas están dejando al descubierto una importante ciudad romana que contaba con un monumental foro y unas lujosas termas que ya estaban en pie en el siglo I. pero lo más destacable son los restos de su acueducto romano, unos pilares de piedra que sostenían el acueducto de Los Bañales encargado de abastecer de agua a la ciudad cuando fue levantado a finales del siglo II d.C.

De vuelta a Layala hay que visitar su inconfundible torre medieval, el Torreón de Layana, la cual acoge en su interior el centro de Interpretación del Mundo Rural Romano y la Agricultura. Se puede visitar por libre ya que cuenta con una novedosa entrada automatizada.

Uncastillo

Siguiendo el cauce del río Riguel, en medio de un paisaje más boscoso, típico de las sierras prepirenaicas llegamos a la monumental de Uncastillo.

Uncastillo es una villa de arquitectura tradicional de calles empedradas y donde destaca en lo más alto, su fortaleza e origen musulmán de la que deriva su topónimo. Aquí es imprescindible pasear por sus empedradas calles repletas de nobles edificaciones entre las que destaca un palacio renacentista, que hoy en día es la sede del ayuntamiento.

Patrimonio

La villa posee un enorme patrimonio arquitectónico, en el que destacan sus cinco iglesias románicas edificadas a lo largo del siglo XII.
Aunque todas ellas son merecedoras de una visita, esta es imprescindible en la de San Martín y Santa María.
La Iglesia de San Martín situada justo debajo del castillo, por su valor arquitectónico y porque aloja en su interior el Centro de Interpretación del Arte Religioso del prepirineo y la oficina de turismo de Uncastillo, desde la que se organizan visitas guiadas al resto de monumentos de la villa.

La Iglesia de Santa María, situada en el otro extremo de la ciudad, por su soberbia portada románica meridional esculpida por un artista genial que dejó un surrealista compendio de seres fantásticos de difícil interpretación.
Judería
La Judería de Uncastillo es una de las más importantes y mejor conservadas del antiguo reino de Aragón.
Para visitarla hay que adentrarse en el llamado Barrio Nuevo y rastrear el pasado hebreo reflejado en los dinteles e sus casas y su recuperada sinagoga, la cual es visitable. También en sus numerosos pasadizos y en el llamado Puente de los Judíos sobre el río Riguel.

Luesia y Biel

Por último, solo nos queda en este trayecto de hoy acercarnos a las monumentales localidades de Luesia y Biel.

Situadas a los pies de la prepirenaica Sierra de Santo Domingo, por su ubicación sus alrededores son ideales para la práctica del senderismo. Además cuenta con iglesias románicas, castillos y antiguas juderías que también bien merecen una visita.

Desde Luesia se puede ascender caminando hasta el Puy Moné para divisar una extensa panorámica de la comarca. También puedes acercarte hasta el Pozo Pigalo y disfrutar con las pozas y cascadas formadas por las cristalinas aguas del río Arba.

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