La volcánica comarca catalana de La Garrotxa

La Garrotxa es, con 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lava, el mejor exponente de paisaje volcánico de la península ibérica.

Esta tierra volcánica es ideal para disfrutar a pie, en cada uno de los pueblos y rincones naturales del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa los cuales nos brindan experiencias únicas. Su capital, Olot, la verticalidad de Castelfollit de la Roca, el legado medieval de Santa Pau o Besalú, el casco antiguo de San Feliu de Pallerols

Pero para poder admirar este tesoro geológico lo mejor es hacerlo desde las alturas. Embarcarse en un globo aerostático es una experiencia difícil de olvidar. Sobre todo en el otoño es por la diversidad climática con la que se visten los volcanes una de las mejores épocas para divisar los cielos de la Garrotxa.

Te invitamos a que vengas con nosotros. Para llegar aquí puedes venir en avión. El aeropuerto de Girona-Costa Brava está a 30 kilómetros de la Garrotxa. Por carretera desde Barcelona se llega a la comarca por la C-17 hasta Vic para luego engarzar con la C-37. Desde Lleida el mejor camino es seguir la A-2 a Cervera, donde tomar la C-5 hasta Vic y seguir en dirección Olot por la C-37. Más información…

Descubriendo la comarca desde Olot

Olot es la capital de la comarca de La Garrotxa. La conocida como “ciudad de los volcanes” acoge numerosos atractivos. Entre ellos cuatro volcanes dormidos; el Montsacopa, el Montolivet, la Garrinada y el Bisaroques. El primero de ellos, el Montsacopa, es uno de los mejores miradores de la ciudad.

La ciudad cuenta además con una gran variedad de monumentos renacentistas como la casa Galleta-Vila o la casa Masramosn y también una renombrada gastronomía.

Planes en el Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa

La opciones para descubrir este entorno excepcional del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa un espacio protegido de gran valor paisajístico, son variadas.
Puedes caminar por sus bosques y descubrir sus maravillosos pueblos a través de sus 28 itinerarios señalizados o circuitos BTT . Así por ejemplo podrás adentrarte en el Vall de Bianya o realizar la ruta entre los paisajes volcánicos y la Vall d´en Bas entre Olot y Girona siguiendo el trayecto que seguía el tren de la vía estrecha entre ambas poblaciones.
También puedes hacerla lomos de un caballo o de un burro. La empresa Rucs i Someres ofrece paseos en burro de raza catalana por el Parque de Pedra Tosca por 10€.

Un paseo por La Garrotxa desde las alturas

Pero quizás lo más fascinante sea descubrir sus volcanes olotins desde los cielos a bordo de un globo aerostático. La empresa Vol de Coloms organiza vuelos a partir de 170€, y que concluyen con un típico almuerzo payés a base de pan con tomate, embutidos de la zona y alubias de Santa Pau con butifarra.
Al amanecer se emprender el vuelo y poco después ya puedes admirar un paisaje indescriptible. El volcán Margarida a la derecha, recubierto con la tostada vegetación otoñal, el pueblo de Castellfollit de la Roca, Olot, o el caserío de Sant Esteve de Llémena, en el municipio de Sant Aniol de Finestres.

El singular pueblo de Castellfollit de la Roca

Junto al Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa se encuentra el pueblo de Castellfollit de la Roca, uno de los más singulares de Cataluña. Formado por dos coladas de lava, dispuesto sobre un acantilado de roca basáltico entre los ríos Fluviá y Toronell.

El casco antiguo de la localidad, de origen medieval, está formado por plazas y calles estrechas y umbrías. La Viña Vella tiene su centro en la plaza de Sanc Roc, donde se levanta la torre rosada del reloj y de la que parten las principales calles, bordeadas de casas de piedra.

En el extremo del precipicio se encuentra la plaza-mirador Josep Pla, con una impresionante panorámica. Su magnífico perfil, donde resalta su caserío y el campanario de la iglesia de Sant Salvador del siglo XIII; el campanario de Sant Roc se ha convertido en una de las imágenes más populares de la región.

El entorno natural del pueblo es de una belleza destacable, por lo que es muy recomendable hacer una excursión hasta el Santuario del Cós.

Santa Pau, arte medieval en plena comarca de La Garrotxa

Esta villa destaca en esta comarca por su carácter medieval. La Vila Vella, la plaça de la Arqueria, su plaza Mayor, la antigua firal dels Bous, una de las plazas medievales mejor conservadas de Cataluña. El castillo de baronia en lo alto y la iglesia de Santa María conforman un pueblo único, lleno de hechizo y magia.
Gracias a la conservación de su patrimonio natural, el 81 % de su territorio es espacio protegido y forma parte del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
La localidad ofrece numerosas actividades e turismo activo, relacionadas en su mayoría con el deporte de aventura (quads, rutas 4×4, ascensiones en globo…); senderismo (existen numerosos itinerarios señalizados para escaparse por la montaña); rutas hípicas…

Mención especial merece su gastronomía. Su producto más famoso son los fesols de Santa Pau, una legumbre muy popular. Cada año se celebra una feria gastronómica relacionada con esta especie de judía autóctona.
Los embutidos, la miel, las farinetes de fajol y los yogures de la Fageda son otros de los platos del lugar.

El Fageda d´en Jordà

Formando parte del parque natural de la Zona Volcánica de la Garrocha y ocupando parte de los municipios de Santa Pau, Olot y Les Preses se encuentra el hayedo de Fageda d´en Jordà. Un lugar mágico con una extensión de unos 4,8 km² y está repleto de prominencias propias de la lava que pueden alcanzar más de 20 m de altura, con el nombre local de tossols.

Esta reserva natural comprende un bosque de hayas de características únicas en España, ya que crece sobre un terreno relativamente llano, formado por una colada enfriada de lava procedente del volcán del Croscat, a una altitud que no es frecuente en la península ibérica para este tipo de árboles, entre 550 y 650 m.

Famoso porque el poeta Joan Maragall escribió un conocido poema en su honor («La fageda d’en Jordà») visitar este lugar en otoño es un verdadero placer para los sentidos. En la entrada principal del hayedo, en el kilómetro 4 de la carretera de Olot a Santa Pau, donde se halla el aparcamiento de Can Serra, hay un monolito en su honor. Dentro del bosque está prohibido el uso de vehículos a motor, no obstante, hay varias rutas a pie y se puede alquilar un caballo.

Tampoco se queda atrás en singularidad el Bosc de Tosca y concretamente el Parque de Pedra Tosca, en Les Preses.

La Vall Dén Bas

Este municipio es un espacio geográfico y paisajístico que hay que visitar con calma. Destacan el Puigsacalm y el macizo de Santa Magdalena como alturas notables.
Además a sus bonitos montes de encinares y hayas se les une unos no menos bonitos pequeños núcleos urbanos como la villa de Mallol o Hostalets de Bas.

Besalú

A un paso del espectacular paisaje del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa y de las últimas estribaciones del sector oriental del Pirineo gerundense, se encuentra Besalú. Visitar esta localidad es hacer un viaje al Medievo catalán.

Su rico patrimonio medieval acerca al viajero a construcciones tanto civiles como religiosas e, incluso, a vestigios del barrio sefardí que existió en la Edad Media en esta localidad.

Entre las primeras cabe mencionar el icónico puente románico del siglo XII el Pont Vell que cruza el cauce del río Fluvià. Entrada principal de la villa, donde todos los caminos empiezan y acaban.

Calles y fachadas empedradas son la principal seña de identidad de su núcleo urbano, como se puede observar en numerosos rincones. El edificio de la Cùria Real, destinada a la administración de justicia; y la residencia de los Cornellà, en la que se distingue una galería porticada románica.

También hay que visitar la iglesia del monasterio de Sant Pere, Santa María y Sant Vicenç, que alternan elementos románicos con otros góticos. También llama la atención la profusa decoración de la portada de la iglesia de Sant Julià (s. XVII).

Otros lugares de interés son los dos principales enclaves del legado judío en la villa: el Mikvé, o baño ceremonial, unos baños medievales, dedicados a las abluciones rituales hebreas y la sinagoga.

El primer fin de semana se septiembre se celebra Besalú Medieval, una feria que viste la ciudad con ropajes, costumbre y sabores de hace mil años.

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