Ancares es un río, un puerto de montaña y una denominación compartida por dos comarcas en la frontera entre la provincia gallega de Lugo y la castellano leonesa de León.

Si los Ancares son difíciles de delimitar, más difícil es de recorrerlos, sobre todo en invierno, ya que aquí son muy duros. Por eso la primavera y el verano son buenas épocas para adentrarse por muchos de sus caminos y dejarse sorprender.

Y es que en estas tierras montañosas podrás descubrir un territorio lleno de densos robledales y bosques de castaños centenarios. Valles y montañas de casi dos mil metros y pequeños pueblos que debido a la difícil orografía del lugar permanecieron perdidos hasta hace pocas décadas, manteniendo costumbres, arquitectura y hablas propias, como las pallozas, muestras de la arquitectura típica de esta zona.

Desde León a Vega de Espinareda, nuestro punto de partida, hay 14 kilómetros. La manera más rápida de llegar es a través de la AP-71 hasta Astorga para enlazar con la A-7. Tras tomar la salida 364 hacia Bembribe, la N-VI, LE-463 y LE-716 llevan a 33 kilómetros hasta Vega de Espinareda.

Los Ancares, una identidad propia entre dos provincias

Tradicionalmente, se ha conocido a Los Ancares a el Valle de Ancares. Una comarca situada en el extremo noroccidental e la provincia de León, en la comunidad autónoma de Castilla y León, coincidiendo con el término municipal de Candín. Sin embargo si le preguntas a un gallego donde están los Ancares este te dirá sin dudarlo que están en la provincia de Lugo.

Esto tiene una explicación y es porque en la segunda mitad del siglo XX, se le dio nombre a un territorio más amplio. Este comprende partes de El Bierzo en León desde Navia de Suarna hasta Pedrafita do Cebreiro en el extremo oriental de Lugo y también parte de Ibias en Asturias.

La incomunicación casi absoluta que vivieron algunas de sus poblaciones hasta bien entrado el siglo XX ha sido la causa de que se haya mantenido esa seña de identidad cultural y esencia propia. Una de sus muestras son las conocidas pallozas, muy vinculadas con la cultura celta tan arraigada en Galicia. Viviendas de paredes bajas, planta circular o elíptica y extensos tejados de teito, que compartían familia y ganado y que hoy en día se conservan de manera testimonial en muchos de sus pueblos.

Remontando el rio Cúa por el valle de Fornela

El viaje por los Ancares hay que comenzarlo desde el lado leonés. Para ello hay que remontar los cuatro ríos que brotan en lo más alto de sus sierras. Estos son el Cúa, Ancares, Burbia y Balboa.
Recorrer todos ellos es imposible en una sola atacada, pero hoy, en un recorrido por los dos primeros ya nos acerca a conocer un poco más de este territorio tan complejo.

Comencemos el camino por el valle de Fornela. Un recorrido que nos llevará unas ocho horas andando y poco más de una en coche.

Vega de Espinareda

La carretera que se adentra por el primero de los valles, el de Fornela nos obliga a iniciar el camino en la localidad de Vega Espinareda.
Dominando la población se encuentra el monasterio de San Andrés, fundado en el siglo X, aunque de aspecto neoclásico. Muy cerca está la ermita de Nuestra Señora del Espino, alrededor de la cual tienen lugar unas concurridas ferias y romerías y junto a la playa fluvial un puente de origen romano.
Desde Vega de Espinareda iremos hasta Fabero, pasando antes por la colindante Sésamo.

Sésamo; Bárcena de la Abadía y San Pedro de Paradela

En Sésamo se encuentra el acceso señalizado a la estación de arte rupestre de peña Piñera, uno de los pocos restos hallados en el Bierzo de pinturas esquemáticas de la época post neolítica.
Luego iniciamos una remontada por un conjunto de pequeñas poblaciones; Bárcena de la Abadía y San Pedro de Paradela.
Por un lado y el otro de la carretera llegan ramales cuya exploración nos depara sorpresas. Una de ellas es el que nos lleva a la localidad de Faro. El camino es tan estrecho que solo puede circular un coche, perdida entre los pliegues de la montaña.

Faro y el Castro de Chano

Al poco de llegar a Faro se encuentra el Castro de Chano, un asentamiento de raíces astures construido en torno a los siglos I a.C y I d.C. de visita obligada. Sobre la ladera del valle se encuentran los muros circulares de 16 viviendas y tres fosos habitado en su tiempo por los astures. El castro es solo uno de los varios localizados en el valle de Fornela.

Al borde de la carretera está situada el aula de interpretación. El recorrido por esta zona se realiza con guía y permanece cerrada a las visitas entre noviembre y primavera (987 565082).La visita a los restos arqueológicos se realiza por libre y sin horarios, caminando 400 metros por la pista de tierra que arranca en el aula de interpretación.
Tras pasar por Cariseda, el recorrido por el valle de Fornela termina Guímara, el último de los pueblos que alcanza la carretera.

El Camino de los Celtas por el valle de Ancares

En un segundo día, continuamos nuestro viaje por el valle de Ancares, cuya capital el Cadín, remontando el río Ancares.

Pare ello continuamos la pista de tierra que salva el puerto de Cienfuegos.
El camino para senderistas, llamado Camino de los Celtas, une Guímara con Pereda de Ancares en un trayecto de senderismo de unos 19 kilómetros.
Para llegar en coche muchos eligen regresar a Vega de Espinareda y desde allí encarrilarse por la LE-712, remontando el río Ancares y el valle Ancares.

Pereda de Ancares y las Pallozas-Museo

En Pereda de Ancares se localizan una buena muestra de palloza-museo, la del Señor Antonio (Tel. 626 720 289).
Visitar el interior de una palloza es toda una experiencia. Además de su asombrosa arquitectura, lo que llama la atención es el acercamiento a un modo de vida especialmente austero, desprovisto de cualquier comodidad, tal y como se concibe hoy en día, pero que estuvo vigente en algunos sitios hasta la década de los setenta en pleno siglo XX.

Tejedo

Continuando valle arriba llegamos a Tejedo, un lugar donde también hay buenas muestras de arquitectura popular. Desde ahí ascendemos alcanzando el puerto de Ancares. Desde lo alto del puerto, a 1683 se divisa buena parte del territorio Ancares, pero sobre todo el pueblo de Balouta, hundido en el fondo de una depresión montañosa.

Suárbol y Piornedo de Ancares

Regresamos a nuestro punto de partida, no sin antes desviarnos hacia Suárbol, para admirar sus singulares casas de aires nobiliarios y luego ya en territorio de la provincia de Lugo, visitar Piornedo de Ancares, donde se encuentra el mejor conjunto de pallozas de todos los Ancares. Entre ellas se encuentra La Casa do Sesto (Tel. 626 738 855).

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