Getaria es un pequeño municipio cuna de dos célebres personalidades mundialmente conocidas, Juan Sebastián Elcano –el primer hombre que dio la vuelta al mundo-y Cristóbal Balenciaga-el afamado modisto guipuzcoano -.
Si siempre es un placer ir a Getaria y disfrutar de su espectacular cocina y de su vino de txakolí, visitarla hace ya unos años lo es más.
Uno de los motivos es que en junio de 2011 se inauguró el Museo Cristóbal Balenciaga, el Guggenheim de la moda consagrado a estudiar y mantener vivo el legado de este modisto excepcional. En el museo maravilla la colección permanente del modisto -1200 piezas, trajes y complementos, el mayor conjunto de creaciones de Balenciaga del mundo en extensión y calidad-, así como la arquitectura deslumbrante que la aloja.
Tabla de contenidos
El pueblo marinero de Getaria
Para llegar a este municipio a 25 kilómetros de San Sebastián, has de seguir la autopista AP-8 en dirección Bilbao donde se indica el acceso a Getaria
El casco antiguo de esta villa marinera con sabor a mar y a txacolí se asoma al mar mediante la audacia formación rocosa de su famoso Ratón, merece un detenido paseo. Algo que no nos agotará demasiado porque Getaria es bastante pequeña y no hace falta fatigarse demasiado para recorrerla entera.
Especial encanto tienen las casas medievales de la calle de San Roque y el rincón que componen la Iglesia gótica de San Salvador, la vieja torre de los Zarautz y Olaso y el pasadizo de catrapona.
Destacan El museo Cristóbal Balenciaga y los monumentos dedicados a otro de sus ilustres hijos, Juan Sebastián Elcano; Uno de Victorio Macho, en el extremo de la antigua muralla; otro de Ricardo Bellver, junto al ayuntamiento y otro de Carlos Palao frente al puerto.
Desde el Museo se baja rápidamente por la cuesta de Sahatsaga hasta la plaza del ayuntamiento. Tras ella se encuentra la Iglesia gótica de San Salvador que aunque no es una catedral por sus hechuras y vidrieras bien podría serlo y desde la cual. Luego, por las calles adoquinados llegamos al puerto, donde los pescadores preparan sus redes.
Cristóbal Balenciaga y su museo
No podemos hablar de Getaria sin hablar largo y tendido de Cristobal Balenciaga. Este afamado modisto nacido en 1895 en esta localidad, en vez de seguir el oficio de su padre, marinero, siguió el de su madre, costurera. Con ella se adentró en el mundo de la costura, en el Palacio Aldamar, donde la marquesa de Casa Torres determinó su gusto refinado y su temprana vocación.
Luego siguieron años de aprendizaje en San Sebastián y Burdeos, las casas de moda propias en Guipúzcoa y las sucursales en Madrid y Barcelona, el exilio en París, y posteriormente la fama universal, con trabajos para reinas (como el vestido para Fabiola de Bélgica) , los vestidos “infanta” , la línea barril o la Legión de Honor.
El museo se levanta en la colina que corona de Getaria y ocupa un edificio nuevo de cristal anexo al Palacio Aldamar, de arquitectura deslumbrante, obra del cubano Julián Arguilagos, no exento de polémica antes de su adaptación. Aquí, en la antigua residencia de los marqueses de casa Torres, fue donde el modisto dio sus primeros pasos en el mundo de la costura.
También es espectacular el museográfico, del equipo de arquitectos AV62. Es como un centro comercial de lujo con grandes escaparates en los que se muestran sin ningún adorno los modelos del renombrado modisto; El que vistió a Grace Kelly o los trajes de azafata que diseñó para Air France en 1968, el año en que se retiró después de 50 años de éxito.
En la construcción del museográfico destaca su diseño y sobrio minimalismo. Los diseños de los sillones verdes Egg de Arne Jacobsen para descansar, el ascensor de cristal para subir y la escalera metálica para bajar. Puro arte.
El paseo por la costa de Getaria a Zarautz
Muchos vecinos de la zona salen al atardecer a pasear por el sendero que discurre al lado de la carretera N-634 a los pies de los imponentes acantilados.
Desde aquí se divisa la silueta ratonil del itsmo sobre la cual se apiña la población, mientras las olas golpean con fuerza sobre las rocas, salpicando a veces a los viandantes con gotas de sal.
Otra opción sería dejar la costa y adentrarte en el interior, visitando el espectacular parque natural de Pagoeta.
Visitando las bodegas de txakoli
Por último, como foodie que se aprecie no puedes dejar la zona sin visitar las bodegas del entorno.
El txakoli de Getaria no tiene nada que envidiar a los mejores vinos del mundo y más si lo acompañamos de anchoas o bonito en aceite.
Varias bodegas ofrecen la posibilidad de visitar sus instalaciones y degustar sus vinos, que no solo son blancos, sino también tintos y rosados. Algunas de ellas son: Txomin Etxaniz, Ameztoi, K5 Argiñano, Urki, Gaintza y otras.
Cerca de Getaria quedan Zumaia y Zarautz, puntos de inicio de dos rutas, la ruta que va a Mutriko y la que nos lleva al parque natural de Pagoeta. En la colina de Talai Mendi, entre Zarautz y Orio, por donde discurre el Camino de Santiago costero, podemos divisar algunos viñedos de txakoli.