El recóndito Valle del Silencio en El Bierzo

En esta ocasión viajamos al extremo sur de la comarca de El Bierzo, al oeste en la provincia de León.

En medio de las montañas que ya civilizaciones celtas tenían como sagradas, encontramos un recóndito y salvaje rincón natural. Un lugar donde disfrutar del paisaje otoñal de sus valles y bosques repletos de de monumentales castaños y cascadas de aguas cristalinas.

Perdidos en medio de la espesa vegetación se alzan viejos monasterios y aisladas ermitas. Pueblos abandonados y cuevas que un día fueron el refugio de ermitaños y santos.

Pero no solo eso, ya que aquí también encontraremos los restos de obras de ingeniería que los romanos utilizaron en la explotación del cercano yacimiento de oro de Las Médulas.

Nos encontramos en el Valle del Silencio. Su nombre…lo dice todo. Quizás es que ver tanta belleza deja a uno sin palabras. Más información

El Valle del Silencio

El Valle del Silencio es el extremo final del angosto valle abierto por el rio Oza, al sur de Ponferrada. En la cara norte de los intimidantes montes Aquilanos.

Al Valle del Silencio hay que ir con buen tiempo, porque en invierno es muy frio y nieva con frecuencia. Además, la ascensión hasta el mismo se realiza por una estrecha carretera, llena de curvas y precipicios.

Para llegar a este recóndito lugar, primero hay que dirigirse a Ponferrada, a 112 kilómetros de León. Su acceso se realiza a través de la autovía A-6 (Madrid –A Coruña).

Este lugar, tupido ayer y hoy por monumentales castaños, fue el lugar elegido primero por San Genadio, en el siglo VII. También luego por San Fructuoso, a finales del siglo IX, como escondite perfecto para evitar las tentaciones del mundanal mundo. Pero es, sobre todo, a partir de la llegada del primero cuando la zona empieza a poblarse de ermitaños y ascetas para habitar las cuevas que la erosión fue labrando en las rocas calizas.

Ponferrada, km cero de la ruta

El único camino posible para llegar al valle, por lo menos en coche es partiendo de Ponferrada.
Ponferrada es la capital de la comarca de El Bierzo y como tal merece una visita, algo que ya harás si peregrinas por la ruta jacobea, ya que constituye una de las etapas principales del Camino de Santiago a su paso por la provincia de León.

Su origen romano queda evidenciado en su nombre, Pons Ferrata, haciendo alusión al puente reforzado de hierro.

El casco histórico de esta localidad se extiende a los pies de un imponente castillo fundado por los templarios sobre el rio Sil, el cual preside su casco histórico, al que se entra por la Calle del Reloj. Además del castillo, destaca su basílica de la Encina de estilo renacentista, construida en 1573, mientras que su torre barroca es posterior, de 1614. También sus bellos museos, como el Museo del Bierzo, que bien merece una visita.

Desde Ponferrada buscaremos para continuar nuestra ruta la carretera hacia San Esteban de Valdueza.

San Clemente y Montes de Valdueza

Desde ese nudo ya se toma el ramal que bordea hacia las alturas los montes Aquilanos, dejando atrás pintorescas localidades como San Clemente, -pedanía situada al fondo de la cuenca de Oza, perteneciente a Ponferrada, la cual oza de una interesante iglesia parroquial de hermosa portada barroca-y los Montes de Valdueza, tras un pequeño desvío.

Peñalba de Santiago

Al final del camino, a los pies de la ladera de cara a la montaña de la Aquiana se encuentra el bello pueblo de Peñalba de Santiago.

Peñalba de Santiago es un pueblecito típico de postal en la comarca de El Bierzo. Formado por un conjunto medieval de casas de pizarra y chimeneas humeantes, con piedra y madera que se apiñan en torno a su iglesia. Desde lejos se divisa la espadaña campanario de su iglesia, separada unos pocos metros del resto del templo, sobre los tejados de las casas.

Un lugar ideal para retirarse a descansar y olvidarse del mundo, disfrutando del arte y la naturaleza.

Los viejos monasterios

Monasterio de San Pedro de Montes

Este monasterio fue fundado por San Fructuoso en el siglo VIII, aproximadamente en el año 635 y durante años fue el más poderoso de los monasterios bercianos en cuanto a dominios. Tras la desamortización de Mendizábal del XIX quedó en ruinas y en 1931 fue declarado Monumento Nacional.

Iglesia de Santiago de Peñalba

En que en este lugar hay templos mozárabes habla de la presencia aquí de esta comunidad. Quizás llegaron procedentes del sur, Córdoba, con el objetivo de olvidar los avatares de una Reconquista que parecía eterna.

Uno de estos lugares es la Iglesia de Santiago de Peñalba, la joya del valle.

La iglesia de Santiago de Peñalba es uno de los pocos restos que aún perviven del desaparecido convento de Peñalba de Santiago y una de las joyas monumentales del arte mozárabe en España.
Fundada por San Genadio, que era obispo de Astorga, fue durante siglos el lugar al que iban los fieles a extraer tierra de su cavidad contigua más pequeña, en la creencia de que aliviaba dolencias y males.
Destaca su hermosa portada enmarcada por un alfiz y dos arcos gemelos de herradura, apoyados sobre columnas de mármol blanquecino, perfectamente rematados por capiteles corintios. Por dentro su estructura, su ábside, el remate de sus capillas absidales, sus arcos, el trampantojo de su cúpula gallonada, la policromía o su colección de grafitos.

Otros lugares de interés El Bierzo

Cueva de San Genadio

Situada en un paraje apartado a 15 kilómetros de Peñalba de Santiago se encuentra la Cueva de san Genadio, a la que el santo se retiraba cada noche, como escondite perfecto para sortear las mundanales tentaciones.

Santo Tomás de las Ollas

Construida en el siglo X, la iglesia de santo Tomás de las Ollas, es una de las más importantes muestras de estilo mozárabe en España. Construido en el siglo X, con planta rectangular y portada románica (s. XII). Destaca en su interior su arqueada Capilla Mayor, original conjunto formado por nueve arcos de herradura rematado en la parte superior por un polígono irregular de once lados.

Gastronomía de El Bierzo

En esta comarca destaca el botillo, un embutido de cerdo adobado y ahumado que se sirve acompañado de cachelos (patatas cocidas) y verduras. Este plato debe ser regado con los vinos del Bierzo, que cuentan con Denominación de Origen propia.

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