Consuegra, en un lugar de molinos y gigantes

Lo que se divisa desde lejos de Consuegra es un característico paisaje manchego con un castillo y un puñado de molinos de viento.

Situados a lo alto de un altozano, nos viene inevitablemente a la memoria las hazañas del héroe cervantino Don Quijote de La Mancha, emblema de este pueblo de novela, de esta región y del la cultura de España en el mundo.

Consuegra se encuentra a 65 kilómetros de Toledo por la CM-42 llamada Autovía de los Viñedos y a 66 kilómetros de Ciudad Real por la CM-4136 hasta enlazar con la N-401 en Urda. Si vienes de Madrid se encuentra a 120 kilómetros por la autovía de Andalucía A-4.

Cualquier época del año es ideal para visitar este pueblo, pero sobre todo el último fin de semana de octubre, que es cuando tiene lugar la Fiesta del Azafrán. También sobre el 15 de agosto, en la Consuegra Medieval, que es cuando se recrea la batalla que hubo entre cristianos y almorávides en 1907.

Consuegra

Ir a Consuegra es llegar al alma de La Mancha en toda su dimensión. Una llanura manchega interior que en tiempos prehistóricos tocaba el mar, tal como nos lo muestra los vestigios de los fósiles de calamar y conchas que aquí se han encontrado.

Una tierra que luego, a falta de agua, se llenó de molinos para transformar en harina el trigo que crecía en estas áridas tierras.

Consuegra, en sus orígenes Komsava, luego la romana Consaburum, la islámica Qusubra, la medieval Consocra y finalmente la Confuebra del Siglo de Oro, antes de llegar a ser la actual Consuegra, tiene mucho que ver.
Lo primero, para tomar perspectiva y entender la esencia de La Mancha es subir a cerro Calderico y visitar el imponente castillo y los Molinos de La Mancha.

El Castillo Medieval de Consuegra

Fueron necesarios más de 350 años de construcción ininterrumpida para construir El Castillo Medieval de Consuegra. Esta fortaleza situada en el cerro Calderico fue reformada por la orden de San Juan de Jerusalén en los siglos XII y XIII, convirtiéndose en una fortaleza casi inexpugnable con varias murallas. Tras ampliaciones, reformas, voladuras y desamortizaciones, hoy se presenta como una fortaleza inexpugnable.

El recorrido por su interior descubre varios aljibes, la galería, la nave de los archivos, la ermita, la sala capitular, la torre albarrana, las terrazas, el jardín, la barbacana y los pasos de ronda.
Aquí el visitante puede evocar los tiempos y hazañas del Caballero de la Triste Figura, Don Quijote de la Mancha, y espada en mano, acabar luchando en batalla con el enemigo.

La visita cuesta 4€. Por el mismo precio los fines de semana, sábados y domingos a las 13h: se realiza una visita teatralizada. La historia es contada por los protagonistas de la época, monjes, juglares, campesinos y nobles que decidieron el destino del único hijo del Cid campeador, la Orden de San Juan de Jerusalén. Estos, con el castillo en su poder, lo convirtieron en un extenso priorato. Vitela Teatro y la asociación Encanto Consuegra organizan visitas dramatizadas y temáticas por la localidad.

Molinos de viento

Al lado del castillo, se alinean los Molinos de viento de La Mancha, despuntando sobre la llanura.
Construido después que el Castillo, en el siglo XVI, en la crestería del cerro Calderico se encuentran los molinos de viento, los cuales se divisan a muchos kilómetros a la redonda.
Todos ellos tienen nombre propio vinculado a la obra literaria de Cervantes, El Quijote. El caballero que en sus delirios los confundía con un ejército de gigantes: Bolero, que alberga una oficina de turismo, El caballero del verde galán, Rucio, Chispas, Clavileño, Sancho Panza…

El de Sancho Panza conserva su mecanismo original que se pone en funcionamiento en la Fiesta de la rosa del Azafrán, repartiendo entre sus visitantes, la harina de la Molienda de la Paz.
La entrada a Bolero cuesta 1,5€, gratuita si ya se adquirió la del castillo.

El pueblo de Consuegra

A los pies del Cerro, se alza el pueblo de Consuegra. Un pueblo típicamente manchego, con su Plaza de España como centro y alrededor sus calles de trazado medieval, sus antiguas casas señoriales, blasonadas y con rejerías centenarias y su iglesia.

La Plaza de España es la gran plaza de Consuegra. Se encuentra enmarcada en uno de sus lados por un ejemplo de arquitectura típica manchega conocido como los corredores, que acoge el Museo Arqueológico. Frente a él se encuentra el edificio renacentista del Ayuntamiento con un reloj de sol y, anexos, un arco y la torre del reloj. A su lado se puede ver una notable construcción de principios del siglo XX de estilo mudéjar.

Lo más destacado de La Iglesia del Cristo de la Vera Cruz, que además de iglesia es también Museo, es su fachada de mármol blanco, un armonioso compendio de simetría y eclecticismo.

En las estrechas callejuelas que parten de la plaza y revelan su trazado medieval además de las antiguas casonas solariegas encontramos otras populares, alquerques (tableros de juego de época romana), el claustro del antiguo convento de los franciscanos hasta llegar a lo que queda del antiguo Palacio Prioral y la Casa terciaria.

Al fondo de esta plaza típicamente manchega también se asoman, como no podía ser de otra manera, los típicos molinos manchegos de viento

Planes para completar la visita

Desde la Plaza de España podemos tomar la calle del Arco para pasear por Paseo Ramón y Cajal, como lo hacen los lugareños unos dos kilómetros de parques y jardines a orillas del río Amarguillo. En el recorrido encontraremos pasarelas de hierro al más puro estilo Eifiel y la Iglesia de San Juan Bautista.

Otra opción es redescubrir antiguos oficios, visitando alguno de los talleres de artesanía: forja toledana, talla en piedra, alfarería, cuero, cestería o restauración de antigüedades…que mantiene viva la tradición sobre todo alfarera.

Y al acabar el día, nada mejor que ver caer el sol entre la colina, donde se divisan los gigantes con aspas más inofensivos del mundo y luego irse a dormir, para recuperar fuerzas para ir a Ciudad Real a visitar la siguiente mañana el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

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