Senderismo y arqueología de Daimiel a La Motilla de Azuer

Nuestra ruta de hoy nos llevará desde las Tablas de Daimiel, a unos 30 kilómetros al norte de Almagro, a La Motilla de Azuer. Una ruta que combina actividades de naturaleza, como la observación de las aves, y el senderismo con la arqueología, ideal para realizar un fin de semana.

Por eso, si lo tuyo es la observación de las aves, has de visitar las Tablas de Daimiel en invierno, que es cuando el mayor número de aves se concentran en este lugar.
Daimiel se encuentra a 36 kilómetros de Ciudad Real por la autovía A-43. Para llegar desde Madrid se va por la autovía del sur A-4 desviándose por la N-420 a la altura de Puerto Lápice. Si vas desde el sur hay que desviarse en Manzanares. El Parque Nacional se encuentra a 11 kilómetros de la población.

El protagonismo del agua en Castilla La Mancha

Cuando pensamos en Castilla la Mancha imaginamos una llanura árida, pero lo cierto es que hasta mediados del siglo XX, esto no era así. Llana sí, pero no árida, porque en ella abundaban las tablas y charcas formadas por los desbordamientos de los ríos que fluían por estas tierras tan llanas.

Historia y presente de las Tablas de Daimiel

De todas estas charcas la más destacable era Daimiel, al norte de Ciudad Real. Gracias a las aportaciones constantes del Guadiana y los estacionales del Cigüela ésta permanecía siempre llena, incluso en verano. El agua hacía crecer la vegetación y atraía aves formando un ecosistema lleno de vida. Incluso los lugareños recorrían el lugar buscando cangrejos y anguilas.

Daimiel el humedal más frágil y emblemático de Castilla La Mancha apenas llega a las 20000 hectáreas inundadas. ¿Cómo ha sido esto posible?. La razón la podemos buscar en la política sistemática de desecación de humedales (tierras insalubres) para convertirlos en cultivos y también en otra política de regadíos.

Así, a finales de los años ochenta, los Ojos, por los que afloraba el Guadina se secaron, las avenidas del Cigüeña también y el gran humedal se convirtió en una charca, alimentaba de la poco agua que le llegaba del trasvase Tajo-Segura.

Hasta el año 2010 las tablas de Daimiel estuvieron al borde de la extinción ya que se secaban por la sobreexplotación del acuífero 23 y había que recurrir al trasvase Tajo-Segura para mantener una mínima superficie encharcada.

Hoy, tras varios años lluviosos y un plan de choque hidrológico apuntaron una franca mejoría, pero las tablas no se recuperarán del todo hasta que no lo haga el ciclo completo del agua, del que depende, el sistema circulatorio de La Mancha.

Conociendo el parque nacional

Para conocer el parque nacional de las tablas de Daimiel existen tres itinerarios autoguiados. Estos se pueden hacer con guía, de forma gratuita .

En el Centro de visitantes te puedes informar de los itinerarios autoguiados que hay. Abre todos los días. También Ecodestinos y Caminos de Guadiana organizan rutas mixtas a pie y en todoterreno, con prismáticos y telescopio.

Itinerario de la Isla del Pan

El más apetecible de los itinerarios es el de la Isla del Pan, de una hora y media de duración. Este es el más vistoso y fácil. El itinerario circular de 2,5 kilómetros está adaptado en parte a personas de movilidad reducida.

Se inicia frente al centro de visitantes de las Tablas y discurre por pasarelas de madera uniendo las islas que afloran sobre las aguas poco profundas pobladas de tarayes, que son los únicos árboles del lugar. También crecen en este enclave especies herbáceas como carrizos, masiegas, eneas y ovas.

Caminar por las pasarelas de madera de un paisaje a la vez salvaje y delicado al es uno de los mayores placeres. Una mezcla entre pasear por un muelle veneciano y manchego al mismo tiempo.

Miradores

Saltando de isla en isla por este insólito recorrido, pasamos de la isla de la Entradilla a la del Descanso, y de esta a la del Pan, el punto más alto del parque, donde se alza un mirador. Desde él se divisa más allá de las tablas los campos de olivares, viñedos y cereales y al fondo la sierra de la Virgen y Villarrubia de los Ojos.

Otro bonito mirador es el que se encuentra en la penúltima pasarela, entre la isla de los Tarayes y la del Maturro. Un lugar ideal para la observación de las anátidas que lo visitan procedentes de Europa y que montan semejante alboroto que traen al recuerdo el tiempo en que este lugar estaba rebosante de vida.

El Molino del Molemocho

A casi un kilómetro, antes de llegar al centro de visitantes principal de las tablas de Daimiel existe otro, el antiguo molino de Molemocho.

El molino era una de las aceñas más antiguas de Castilla-La Mancha, del tiempo de Felipe II (s.XVI) . Constituye un espacio interpretativo en el que se ilustra la frágil relación entre los habitantes de las Tablas y el río.
El molino se puede visitar por libre los fines de semana. Para hacerlo durante semana hay que solicitarlo aquí.

El Centro de Interpretación del Agua

Si quieres conocer más sobre los aspectos relacionados con el agua, tan vital como escaso en esta región, no te puedes perder El Centro de Interpretación del Agua y de los Humedales Manchegos (926 260633).

El centro está alojado en el antiguo Instituto Laboral de Daimiel, uno de los edificios de obra civil más representativos de la arquitectura española rupturista de los años 50, del arquitecto Miguel Fisac Serna, oriundo de esta localidad. Cierra los lunes y primeros domingos del mes y la entrada es gratuita.

La Motilla del Azuer

La preocupación por el agua en esta región viene de lejos. Ya hace más de 4000 años, los lugareños la buscaban y la defendía cuando la encontraban, ya que el agua significaba vida.
Prueba de ello es el poblado fortificado de la Edad de Bronce de La Motilla de Azuer, situado entre Daimiel y Manzanares, concretamente a 11 kilómetros de Daimiel por la carretera N-430.
El poblado de La Motilla del Azuer es el pozo más antiguo de cuantos se han estudiado en la Península. Un laberinto circular con altos y gruesos muros de piedra caliza y una gran torre de diez metros en el centro construido para proteger el pozo.
Aquellos manchegos coetáneos de los faraones, tuvieron que excavar 16 metros para encontrar agua. Habían descubierto el famoso acuífero 23, del que dependen las Tablas de Daimiel.

Visita

El poblado solo se puede visitar con guía y los sábados, reservando previamente a través de su web o comprando la entrada en el Museo Comarcal de Daimiel. La entrada al yacimiento de la Motilla del Azuer también da acceso al museo comarcal de Daimiel.

El transporte (ida y vuelta) al yacimiento se efectúa en autobús y está incluido en el precio (7€). La actividad es guiada y dura aproximadamente dos horas y media. El acceso al museo también está incluido en el precio. En el hay una sala dedicada a la Edad de Bronce que ayuda a comprender lo que luego se verá sobre el terreno.

El Museo Comarcal de Daimiel

En el Museo comarcal de Daimiel (926 853479) nos muestran un recorrido que comienza enseñando cómo eran en el entorno de Daimiel hace unos 5800 años y los primeros asentamientos humanos, prestando especial atención al de la Motilla del Azuer.

También reúne una amplia selección de cerámicas de la importante Colección Carranza y un espacio dedicado al arquitecto Miguel Fisac.

Aquí acaba nuestro recorrido de hoy, aunque también podemos acercarnos a conocer el cercano Castillo de Calatrava la Nueva, 45 kilómetros.

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