La Mezquita es el monumento más emblemático de Córdoba, la ciudad de las flores, pero no es la única joya patrimonial en la ciudad. La ciudad califal atesora importantes lugares de interés reflejo de su amplia historia. Ya conocimos algunos de ellos, ahora vamos a hacer un pequeño recorrido por algunos de los que nos quedan.
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La Córdoba romana y la cristiana
El puente romano
Sobre el rio Guadalquivir, el río mayor de Andalucía, se encuentra el puente romano, el escenario de grandes hazañas bélicas.
Este puente une la ciudad con la Torre de la Calahorra y se cree que fue construido en tiempos de Augusto.
Consta de 16 arcos apoyados en robustos estribos con tajamares semicilíndricos. La fábrica era de aparejo musulmán a soga y tizón. En el centro tiene una escultura de San Rafael de 1651.
La torre de Calahorra
Iluminados a ambos lados al anochecer, en uno de los extremos se levanta la torre de Calahorra, emblema de la defensa del honor familiar. Edificada por Enrique II de Trastámara para defenderse de los ataques de su hermano Pedro I el Cruel.
Testigo de numerosos enfrentamientos, está situada a orillas del puente romano, en lo que anteriormente fue un castillo árabe y en el año 918 sufrió grandes reformas.
Tiene planta de cruz latina con tres brazos formados por torres cuadradas unidas por cuartos de cilindro y rematadas por almenas. Consta en su interior de 8 salas que albergan el museo de las tres culturas. Alberga la sede del Museo Vivo de Al-Andalus y de la Fundación Paradigma Córdoba.
El Templo Romano
El Templo romano es el símbolo más visible del pasado romano de la ciudad. Situado entre las calles Claudio Marcelo y San Pablo, en el centro de una gran plaza porticada al lado del Ayuntamiento, frente a la iglesia fernandina de San Pablo, se hallan los restos de un antiguo foro romano. Elevado sobre un podio de gran altura sobre el que se apoyaban un conjunto de esbeltas columnas coronadas por capiteles de orden corintio.
Por los vestigios que se observan, parece que este templo dedicado al Culto Imperial fue de grandes dimensiones. Estaba dedicado a los dioses mitológicos y se construyó bajo la etapa del Emperador Claudio (dinastía Julio-Claudia), aunque se culmina con Diomiciano (dinastía Flavia).
El Alcázar de los Reyes Cristianos
Situado hoy en la calle Caballerizas real, El Alcázar de los Reyes Cristianos fue declarado Monumento Histórico en 1931. Integrado en la zona declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1994. Sus jardines están protegidos por el P.G.O.U. de 1986.
El palacio-fortaleza, construido sobre los restos del antiguo Alcázar Califal fue residencia real de Isabel y Fernando los Reyes Católicos durante ocho años. Después sede del Tribunal del Santo Oficio, más tarde cárcel civil y por último cárcel militar.
Por dentro es un resumen de la historia de la ciudad. Por fuera, el lugar posee magníficos jardines, como el llamado Paseo de los Reyes, donde están las estatuas de todos los reyes que han estado vinculados al alcázar. Uno de sus muros mira al rio y al molino de la Albolafia. Más información…
La ciudad califal de Medina Azahara
A escasos 10 kilómetros de la ciudad y con conexiones directas en bus, se encuentra el conjunto arqueológico más grande de España, Medina Azahara, el yacimiento de la que fuera capital del Califato y declarado Patrimonio Mundial desde 2018 .Medina Azahara, la mítica ciudad califal mandada construir por Abderramán III en la segunda mitad del siglo X. Es el mayor y más efímero símbolo de grandeza del Al-Andalus.
Fue declarado Monumento Nacional en 1923. El califa Abd al-Rahman III fue un gran impulsor cultural y un hábil político que hizo de sus dominios los más prósperos de Occidente de su época, tan solo comparables con Bagdad y Bizancio.
La ciudad apenas sobrevivió ochenta años. Las luchas que acabaron con la dinastía omeya y el surgimiento de los reinos taifas la abocaron al olvido. Hoy es un impactante “parque” arqueológico donde comprender la sutileza de la civilización hispanoárabe.
Visita a la ciudad
La planta de Medina Azahara es casi rectangular. Se construyó sobre terrazas escalonadas que aprovecharon la inclinación de la montaña. Cada terraza fue separada de las demás utilizando muros que dividieron la ciudad en 3 partes.
El Alcázar Real se sitúa en la más superior y la intermedia, mientras que la zona más baja se reservó para viviendas y la mezquita, edificada extramuros.
Aún se conservan restos de zócalos, pinturas y columnas de estilo compuesto y corintio. Es una visita ineludible pasear por sus 2 salones restaurados.
Para completar la visita, el conjunto arqueológico cuenta con un centro de interpretación que sirve de punto de partida del recorrido. El edificio se encuentra bajo tierra, emulando un yacimiento arqueológico, y posee una colección museística sobre los períodos más relevantes de Medina Azahara.
La visita al centro de interpretación dura alrededor de una hora, incluye proyecciones audiovisuales y continúa con la visita al yacimiento arqueológico (al que se llega en un autobús desde el mismo edificio).