La vibrante, industrial y llena de cuestas ciudad de Vigo tiene muchos atractivos más allá de las luces de Navidad. Abrazada por las maravillosas Islas Cíes nos descubre un entorno natural envidiable agasajado con bellas playas. Y si el entono es atractivo no lo son menos los rincones de la ciudad. Su antiguo “Casco Vello”, el animado barrio de Bouzas, o el dinámico Calvario. Si a todo esto le añadimos una gastronomía típica gallega, tenemos motivos suficientes para afirmar que Vigo un destino a visitar en cualquier época del año.

Pasado y presente de esta dinámica ciudad

Vigo fue en sus comienzos un lugar vinculado al mar pero que sin embargo creció de espaldas a él. La pesca fue el inicio de su crecimiento. Poco a poco la actividad industrial tejió un entramado urbanístico que poco o nada supo aprovechar su envidiable ubicación en la bella ría de Vigo. Hoy, Vigo da la espalda no al mar, sino a su pasado gris, abriéndose a la luz para descubrirnos lugares llenos de atractivos. A pesar que por sus numerosas cuestas, no sea fácil llegara a ellos para descubrirlos. Te contamos algunos:

Las principales calles del centro de la ciudad

Porta do Sol, Urzaiz, Policarpo Sanz o Colón son consideradas junto la Rúa do Príncipe, la más comercial, el centro de la ciudad. Por aquí encontrarás algunos de los edificios más importantes de la ciudad, como el Teatro de García Barbón, del arquitecto Antonio Palacios, el Edificio del Banco Pastor o el de Correos y Telégrafos en la Plaza de Compostela, quizás la calle más elitista de Vigo.


Cerca se encuentra el “Casco Vello”, que es su barrio más histórico, ya que es a partir del mismo desde donde la ciudad empezó a crecer. El origen pesquero de Vigo nos ha dejado un casco antiguo de fuerte sabor marinero. Declarado Bien de Interés Cultural, el antiguo barrio de O Berbés, contrasta con las modernas instalaciones de los puertos deportivos. Hoy, es un lugar genuino lleno de encanto cerca de la Lonxa de Vigo. Con locales de restauración que no te puedes perder y que une el barrio del Berbés con la concatedral o Iglesia de Santa María, conocida aquí como «la Colegiata» y los soportales de la Plaza de la Constitución, considerada la Praza Maior de Vigo. Aquí se ubican muchas terrazas y cafés, con un entramado de pequeñas calles donde las fachadas suelen tener miradores acristalados. Estas hacen las delicias de los miles de turistas internacionales que año tras añó arriban en el muelle de trastalánticos de Vigo.

En sentido opuesto puedes acercarte el mercado de O Progreso. Paseando por la ciudad puedes llegar incluso a la Gran Vía, subiendo, claro, pues en Vigo hay muchas cuestas. Eso sí, el proyecto Vigo Vertical ha llenado la ciudad de ascensores y rampas automáticas que harán menos exigente el trayecto.

Los barrios más atractivos de los alrededores

Aunque el centro de la ciudad de Vigo es una visita imprescindible, no lo es menos las afueras. Para conocerlas, lo mejor es disponer de un vehículo. De entre los numerosos barrios vigueses como Traviesas, el Calvario o Teis, ejemplos de dinamismo, sobresale otro diametralmente opuesto. El barrio de Bouzas, el cual aún conserva su esencia marinera. Además de su iglesia parroquial, construida sobre una roca en el siglo XVI y su cruceiro, es imprescindible visitar su pequeño puerto, su faro y su playa urbana. Cerca está su hermoso paseo marítimo con casi 1 km y medio de extensión donde podrás disfrutar de un hermoso atardecer con las vistas de las Islas Cíes como telón de fondo. Eso sí, antes o después de saborear en algunos de su bares un poco de marisco gallego (navajas, mejillones, vieiras…) o un poco de empanada.

Samil, su playa más emblemática

Y ya que hemos llegado hasta aquí, sería pecado no acercase a la playa más grande – ya que mide más de 1 kilómetro de largo y 15 metros de ancho- y famosa de Vigo. Porque aunque Vigo no tiene playa urbana como tal, podríamos considerar a Samil como la playa de la ciudad por excelencia. Además de su gran arenal cuenta con todo tipo de servicios; tres piscinas, pista de patinaje, canchas de baloncesto y otras pistas deportivas, además de aparcamiento gratuito, cafeterías, restaurantes y zonas verdes.

Esto la convierte en la playa favorita no solo de las familias viguesas, que la convierte en invierno su paseo es un lugar típico de encuentro cuando sale un rayo de sol. También de los gallegos de la provincia de Orense, o del vecino Portugal, que la llenan hasta los topes en la época estival. Aunque yo, viguesa de nacimiento, personalmente prefiero acercarme más al barrio de Coruxo, a la playa del Bao o a la Sirenita las pocas veces que me escapo de mi maravilloso entorno limensiano… Serán recuerdos de mi infancia. Desde cualquiera de ellas se puede disfrutar de impresionantes puestas de sol.

Monumentos destacados y curiosos de Vigo

Vigo cuenta con edificios históricos y también monumentos y esculturas más modernas. Pero lo que es una constante que podemos apreciar en la mayoría de ellas es su la fuerte vinculación de esta ciudad con el mar. El monumento a Julio Verne, El Sireno de Francisco Leiro o El Nadador de la estación marítima son prueba de ello. También el Monumento al Pescador, que honra la figura de los marineros o la estatua de Los Rederos de Gran Vía son otros ejemplos de ello. Estos monumentos conviven con otros más curiosos o polémicos, como La Miñoca, un enorme gusano que se oculta en un lado de la plaza del mismo nombre y sale por otro. Los Dinosetos esculpidos en la vegetación o el polémico barco de Alfageme.

Patrimonio religioso

De su patrimonio religioso destaca la antigua coleguiata de Santa María de Vigo (1816-1836), ahora concatedral de la dióceis Tui-Vigo. Se trata de una construcción neoclásica levantada sobre los restos de una iglesia gótica, incendiada por el pirata Francis Drake. Consta de tres naves cubiertas de bóvedas de cañón, con las laterales más estrechas y la central de gran altura. En el interior se encuentra el cristo de la Victoria, el cual favoreció a los vigueses en la guerra de la Independencia,  En los alrededores se encuentra el Mercado de A Pedra. lugra típico de degustación de ostras y otros mariscos gallegos.

Del Vigo románico destaca la Iglesia de Santa María de Castrelos (siglo XII), formada por una única nave de ábside semicircular y una planta de 20*7 metros. En su muro interior norte pueden verse unas interesantes pinturas murales que representan un Cristo en Majestad, una misa de San Gregorio y una Epifanía. Otras iglesias destacadas son la iglesia – monasterial de un antiguo priorato-de San Salvador de Coruxo (del siglo XII) que tiene un monumental ábside central y el templo de Santiago de Bembrive (siglo XII), que consta de una nave y un ábside semicircular en bóveda de cañón y en cuyo interior encontramos un arco triunfal apuntalado y un sepulcro en el preisterio.

Edificios modernistas y museos

Del Vigo moderno destacan los edificios modernistas, ecléticos y racionalistas, dispersos en el núcleo urbano. Uno de los edificios históricos más espectaculares es el Edificio Bonín, obra de Jenaro de la Fuente Domínguez. Destaca por su abigarrada decoración de influencia modernista. Se encuentra en la calle Arenal esquina con Oporto, de la ciudad.

Además Vigo goza de una notable oferta cultural con la puesta en marcha de varias fundaciones y museos. El MARCO, Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, es un centro de arte que busca difundir los movimientos y propuestas culturales contemporáneas, especialmente de arte gallego y emergente.

El Museo Municipal «Quiñones de León», sito en el Pazo de Castrelos, un edificio del siglo XVII declarado Bien de Interés Cultural. Entre jardines neoclásicos y árboles centenarios, este museo municipal que forma parte de la Ruta de la Camelia nos ofrece una interesante colección formada por estelas romanas, muebles y esculturas. También alberga una pinacoteca que recoge tanto obras europeas barrocas como de modernos autores gallegos.

Por otra parte, el Museo del Mar de Galicia, obra de Aldo Rossi y César Portella y situado en la Punta do Muiño, alberga diferentes elementos relacionados con el mar. Estos explican la importancia que ha tenido y sigue teniendo el mar y la pesca en la vida de Galicia.

Parques y jardines, los pulmones de la ciudad

Vigo dispone además dispone de sus propios pulmones verdes que constituyen unos de los puntos donde relajarse del ajetreo urbano.
El Monte de O Castro es un hermoso monte en el corazón de la ciudad olívica cerca de la Plaza de España, donde se erige el monumento de los Caballos. O el Parque de Castrelos, lleno de arboles y con un auditorio al aire libre que con sus conciertos hace las delicias de vigueses y veraneantes. En Castrelos además se encuntra anteriormente mencionado Pazo de Quiñones de León,

También para relajarte paseando puedes seguir el Paseo do río Lagares, que se prolonga 8 kilómetros desde la Avenida de Madrid hasta la Playa de Samil. Pero si no quieres caminar tanto, la Vía Verde de Vigo a Chapela (en Redondela)  es también una opción muy recomendable, ya que son solo 4 kilómetros siguiendo el viejo trazado del ferrocarril.

Otros parques de la ciudad son el parque de A Bouza en el barrio de Coia, el parque de Camilo José Cela que comunica la calle del Conde de Torrecedeira con Pi y Margall, y el parque de la Alameda en la plaza de Compostela, el primer parque urbano creado en Vigo.

El patrimonio botánico del municipio lo completan otros tres parques situados en el extrarradio. El jardín botánico Fundación Sales -único jardín botánico de Vigo-, el monte de A Guía y el parque de A Riouxa.

Miradores sobre la Ría de Vigo

Hemos hablado de O Castro, pero además O Castro no solo es un parque con jardines sino que también es uno de los mejores miradores de la ciudad de Vigo y de Ría de Vigo con las Islas Cíes como telón de fondo. Origen de la propia ciudad, en O Castro se asentaron los primeros pobladores. Prueba de ello es su yacimiento castrexo que le da nombre y que es visitable para así conocer cómo era la vida en el antiguo Vigo entre los siglos III y I a. C.
En la parte alta del monte se encuentra también el Castillo de O Castro el cual es un recinto amurallado construído entre 1656 y 1667 desde el cual se ejercía la defensa de la ciudad, así como desde el Castillo de San Sebastián, un poco más abajo, del que solo quedan apensa ruinas.

Si quieres subir a O Castro en coche, puedes ir hasta la parte alta y aparcar a pocos metros del recinto amurallado. Si accedes desde la Avenida de Las Camelias te encontrarás con las anclas un monumento que recuerdan a la Batalla de Rande, que conmemora los galeones hundidos en el año 1702. Bajando hacia el centro de la ciudad se encuentra el Paseo de Alfonso XII, donde se encuentra el emblemático olivo de Vigo y un mirador con una maravillosas vistas sobre la ría.

El siguiente mirador de la Ría de Vigo se encuentra en el Monte de La Guía, donde además se encuentra una la ermita de Nuestra Señora de das Neves, las antiguas instalaciones de la Etea y una pequeña playa.

El mejor banco y la mejor playa del mundo

Por último, podemos alejarnos de la ciudad de Vigo en dirección Redondela en busca del “Mejor banco del mundo”. Para llegar allí lo mejor es ir en coche y aparcarlo junto al Restaurante Coto del Águila, y seguir un sendero de unos 10 minutos para llegar a O Campo da Rata. El camino no es tan complicado para quitarnos el aliento, pero las vistas son tan bonitas que sí lo hacen. Desde aquí obtenemos las mejores vistas posibles de la Ría de Vigo, de las Islas Cíes y toda la ensenada de San Simón, con el Puente de Rande sobre las bateas. Y ya que vemos a lo lejos las Islas Cies, porqué no planificar visitarlas?.

Las Islas Cíes siempre han sido para los gallegos un destino perfecto para una excursión de un día o también como acampada de fin de semana. Sin embargo en el 2007 el prestigioso diario británico The Guardian catalogó a la playa de Rodas como «la mejor playa del mundo» tuvo lugar una eclosión turística. Esto convirtió el destino en el lugar más codiciado por los turistas nacionales y extranjeros, que llegaban en masa para conocer uno de los arenales más bellos del mundo. Por eso en 2017 se decidió proteger este rico patrimonio natural y se limitaron las visitas mediante una autorización especial que es necesario solicitar para poder visitarlas. ¿Te animas a hacerlo?.

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