Guitiriz combina historia, arte y naturaleza, ofreciendo un patrimonio que abarca desde la prehistoria hasta la arquitectura religiosa y popular de hoy, en un entorno lleno del encanto gallego.
Patrimonio arqueológico y arquitectónico
Guitiriz alberga un rico patrimonio histórico con vestigios de diferentes épocas. Entre sus manifestaciones megalíticas destacan las Modias de Castro en Buriz o los sarcófagos antropomorfos de la Igrexa dos pilares. También sus petroglifos de Pena Bicuda, pena Xibou– este último declarado bien de interés cultural-, y Pena Roldán, de la época de Carlo Magno y donde este dejó su impronta. Y restos castrexos, que son estructuras de planta circular rodeadas por murallas y fosos profundos. El Castro de Belote en Lagostelle y el Castro das Quenllas do Forno en Buriz, el cual aún conserva tres murallas defensivas, son buenos ejemplos de ellos.
El municipio también cuenta con importantes pazos, como el Pazo de Pontella, cruceiros y puentes históricos. Entre estos últimos sobresale el puente de Pobra de Parga, del siglo XV, construido en granito y con cuatro arcos ojivales característicos, y el puente medieval de San Alberte, en el río Parga, de estilo gótico datado en el siglo XIV. Ubicado en un entorno excepcional donde sobresale una capilla y un cruceiro, por aquí pasan los peregrinos en su camino a Santiago.
Aquí se encuentra la fortificación medieval del Castillo de Pobra de Parga, erigido sobre un antiguo castro y del que solo se conserva una torre, e importantes manifestaciones artísticas de arquitectura religiosa. Y hórreos como el de O Curro Vello o los de A Torre.
Artístico y religioso
La arquitectura religiosa de Guitiriz es variada y de gran valor cultural. La iglesia de Santa María de Lagostelle, de estilo neorrománico, se edificó entre 1949 y 1968. Es conocida como la «iglesia nueva» y contrasta con San Xoán de Lagostelle, fundada como capilla en el siglo XIV y apodada la «iglesia vieja». También destaca la Iglesia de San Pedro do Buriz, con su oculta ara romana y su Calvario.
La Capilla de San Alberte, ubicada en la parroquia de San Breixo, es un exponente del estilo gótico del siglo XIII. Su entorno, rodeado de naturaleza, y su acceso por el puente medieval homónimo realzan su atractivo.
En la parroquia de San Salvador destaca la Capilla de Bascuas, que comenzó como una pequeña construcción y fue reformada en los siglos XII-XIII para convertirse en una ermita. Su interior alberga un retablo del siglo XVII con decoraciones geométricas y naturalistas y la Cruz de Bascuas es una insólita pila de agua bendita. La capilla funciona como museo religioso, donde se exhiben imágenes del siglo XVI, objetos litúrgicos y escudos. El entorno de la capilla también es especial, con una exposición al aire libre de obras realizadas por el taller de cantería de Xermolos, que convierten el lugar en un museo natural.
Y es que la piedra de Guitiriz tiene mucha historia. De la cantera de Mariz donde los canteros aún extraen la piedra de la forma tradicional. Piedra que no solo sirvió para construir los monumentos de la zona sino también de otros más famosos como La Sagrada Familia de Barcelona o el Parlamento Europeo.