Ribeira Sacra del Miño: Un Viaje por Tesoros Naturales y Culturales (II): Entorno de O Cabo do Mundo

Después de subir por el curso del río Miño desde Os Peares, hoy nos toca descubrir el otro margen de esta joya en el sur de la provincia de Lugo que es A Ribeira Sacra del Miño. Podemos hacer esta ruta como continuación de la anterior, en barco, o cruzando el Miño por el puente de Portotide o por el de Belesar. Otra opción es seguir subiendo por el margen izquierdo del Miño y cruzarlo por el Puente de San Fiz, después de ver Belesar y su embalse unos kilómetros más arriba del pueblo.

Acompáñanos en un recorrido en coche que te llevará bajando por el margen derecho del río  a descubrir lugares espectaculares, cada uno con su propia historia. Seguiremos el curso de este rio navegable desde la esquina suroccidental de Lugo por el curso del sinuoso y encañonado rio Miño.  Visitaremos puentes, cataratas, miradores, museos y alguna bodega del afamado vino de viticultura heroica de la D.O. Ribeira Sacra.

Para nosotros la mejor época para visitar la zona es en septiembre, pues es la época de la vendimia y aún nos podríamos bañar en el río Miño. Además, los bosques empiezan a amarillear, mostrando una enorme belleza cromática. Sin embargo tu vimos que postponer la visita al mes de Noviembre. Esto es lo que nos encontramos. Juzgar vosotros.

Belesar

Belesar es un pintoresco pueblo gallego que cautiva con su encanto natural y su rica historia. La biodiversidad local y la variedad de aves acuáticas hacen de este lugar un paraíso para los amantes de la ornitología. Explora sus encantadoras calles adoquinadas y edificios centenarios. Visita la iglesia local que con su arquitectura única es testigo del legado cultural que ha perdurado a lo largo de los siglos.

Los Codos de Belesar

Los Codos de Belesar configuran uno de los paisajes culturales más extraordinarios que se pueden admirar. Nos encontramos en el cañón del Miño, que en este tramo va encajado situándose Belesar a 212 m de altura y en los bordes de Diomondi a 496 m y Chantada a 486m. En ambas orillas se han preservado áreas de bosque autóctono.
Por dichas laderas discurre una vía romana, que para aligerar la pendiente traza continuos codos. Reparada en el Medievo, la calzada conserva sus enlosados, marcas de rodada y muretes de piedra seca. Durante esa época, o quizás antes, parte del terreno fue provisto de terrazas o socalcos para plantar viñas y otros cultivos. Con las uvas se elaboran caldos de la D.O. Ribeira Sacra, y algunas bodegas se localizan en el ascenso hacia Chantada.

Los monasterios más cercanos son: San Paio de Diamondi, San Salvador de Asma y Santo Estevo de Ribas de Miño, el cual alberga un fascinante mirador. Por sus escarpadas cuestas transitan los peregrinos del Camino de Santiago que siguen el Camino de Invierno.

Puente de San Fiz

Remontando más el río, ya cerca de la desembocadura del río Asma en el Miño, descubrirás el Puente de San Fiz, una estructura con tres arcos cuya última intervención data de 1931. El Puente de San Fiz cruza el río Barbantiño, un poco más arriba de la central hidroélectrica y de la Fervenza do Barbantiño o do Cachón. Por su estructura y su arco apuntado, es probable que el puente conservado sea del Siglo XIII aunque su origen puede ser romano. La verdad, es que no se puede dejar de admirar la belleza de este puente mientras continúas tu ruta.

Siguiendo aguas arriba llegaríamos al Embalse de Belesar y después a Puertomarín, que es considerado el punto de entrada a A Ribeira Sacra. Esto nos llevaría una hora y media, y hoy aún tenemos muchas cosas que visitar y dado que es noviembre y poco después de las seis de la tarde oscurece, decidimos volver hacia atrás y dejar esa ruta para otro día.

Playa Fluvial de A Cova

Bajando hacia el río nos encontramos con la Playa Fluvial de A Cova, un paraíso situado en el famoso meandro del río Miño de Cabo do Mundo. La playa cuenta con un restaurante pero en noviembre está cerrado. Sin embargo, en verano puedes sumergirte en la belleza natural de esta playa y disfrutar de deportes acuáticos o simplemente relajarte en un entorno tranquilo con sus 50 metros de arena, sus barcas a pedales e incluso sombrillas.

O Cabo do Mundo

Al sur de Belesar, al lado de el lugar de A Cova, se encuentra el más profundo meandro del Miño. En el lugar, conocido como Cabo do Mundo existen dos miradores permiten contemplarlo desde la parroquia de Fión, a los que sumar la taberna de la bodega Abadía da Cova, que cuenta con una estupenda terraza.

Bodega Abadía da Cova-Adegas Moure

En el paraje más impresionante de la Ribeira Sacra lucense, frente a la curva de cinco quilómetros que describe el Miño alrededor del Cabo del Mundo, se encuentra Abadía da Cova-Adegas Moure.

Esta bodega familiar, situada en las alturas, cuenta con una terraza, cuyo acceso es libre. Desde la misma, lo que se ve abajo es el semicírculo perfecto del río. También los labregos-campesinos- recorriendo los viñedos con sus tractores.

La bodega es visitable, por lo que también se puede pasear por los viñedos y hacer catas, desde 10 €.

Degustando uno de sus excelentes vinos, es un buen momento para recordar que O Cabo do Mundo ha sido escenario de obras literarias como la de Dolores Redondo, “Todo esto te daré” -Premio Planeta 2016- o la homónima O Cabo do Mundo, de Xavier Quiroga, la cual rescata uno de los episodios más siniestros del franquismo.

Sube hacia el Mirador de Cabo do Mundo para disfrutar de una vista completa del meandro y los viñedos que lo rodean y visita la Igrexa de San Martiño da Cova Desde aquí se contempla es desfiladero con el viñedo, dispuesto en bancales de piedra. Sin embargo, la península del monte Navallo se encuentra totalmente cubierta por el bosque.

A continuación aparece la isla de Maiorga y poco después, en el margen izquierda la espectacular Fervenza de Augacaida. Sería un pecado regresar y no bajarse en el punto final del trayecto náutico para disfrutar de una refrescante ducha en la cascada. Y es que el entorno no puede ser más espectacular. 40 metros de caída rodeada de una espesa y húmeda selva, que más que europea parece tropical.

El Ecomuseo Pazo de Arxeriz

A unos tres kilómetros de la bodega, se encuentra el Ecomuseo Pazo de Arxeriz. Un museo etnográfico ubicado en un pazo del siglo XVII, con salas que abarcan desde la Prehistoria hasta la vida cotidiana de la casa, pasando por la viticultura tradicional. También acoge embarcaciones fluviales antiguas. Las más habituales eran de fondo plano y popas rectas.

Hotel Resort Iberik de Augas Santas, un hotel con alma

Se nos ha hecho de noche, así que nuestra siguiente parada en el Hotel Balneario Iberik Augas Santas. Junto a las instalaciones del Balneario, descubrirás las ruinas de la Casa de Baños y los antiguos manantiales, testigos silenciosos de la historia y la evolución de este espacio. Las instalaciones cuentan con campo de golf y están rodeadas de una extensa pradera que invita al descanso.

Construido en el siglo XIX, este balneario fue en su momento uno de los más destacados de la provincia de Lugo, atrayendo a visitantes de todo el continente. Sin embargo, a mediados del siglo XX, el edificio cayó en abandono, sufrió un incendio y quedó en ruinas. En 2006 el lugar volvió a resurgir cuando el Grupo Leiro lo transformó en un moderno hotel-balneario. Posteriormente, en manos de Oca Hotels desde 2010, el lugar mantuvo su estatus como un oasis de lujo. Hoy la cadena de hoteles Iberik es la responsable de este «hotel con alma propia», como reza el slogan.

Nuestra impresión en esta ocasión es que el hotel, aunque goza de unas aguas y un entorno formidable, adolece de una falta de mantenimiento para un hotel que se supone de esa categoría. Nosotros habíamos reservado dos noches pero finalmente estuvimos solo una. No nos gustó que la piscina exterior estuviese fuera de servicio y no pudiesemos acceder cuando disfrutamos de los chorros, los cuales funcionaban muy bien. Además, la sauna húmeda estaba estropeada. Si a esto le añadimos que la habitación que nos asignaron no era mucho de nuestro agrado, decidimos que mejor sería ir a otra sitio.

No todo nos decepcionó. La atención fué muy buena, la cena estuvo bien y pudimos dejar el hotel sin abonar la noche que no disfrutamos, pero nos gustaría volver y para eso el hotel debería mejorar esas cosas. Esperemos que sea así.

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