Lanzarote, donde Cesar Manrique dejó su impronta

Para conocer el legado de Cesar Manrique hay que visitar la isla canaria de Lanzarote. Este artista visionario entendió la belleza de la isla y la necesidad de preservarla. Por todo el territorio dejó su impronta hace más de cincuenta años, allá por los años 70.

Por toda la isla encontramos un montón de obras que muestran el amor que profesaba a esta tierra, a sus campos de lava, a sus tunes volcánicos y exóticas playas. No hay un itinerario preestablecido, pero visitando cada una podemos ir conociendo la isla. Comencemos!!!

Punto de partida de nuestra visita. La Casa del Volcán

El punto de partida es la Casa del Volcán que es la Fundación César Manrique. La antigua casa de Cesar Manrique en Tahíche, es hoy el Museo y pilar esencial para entender su obra. Construida en un campo de lava, aprovechando los huecos creados por las burbujas de lava. Es aquí donde podemos empezar a entender la actitud de este visionario artista por mantener y proteger la arquitectura local.
Lanzarote por aquel entonces era una tierra muy dura para vivir, muchos emigraban y los que se quedaban lo tomaban con resignación.

Cesar Manrique empoderó a los isleños, les hizo ver su grandeza, su valor, su ingenio y a valorar la tierra de la que provenían. Manrique trabajó para crear espacios a la vez orgánicos y estéticos que generaran atracción para el turismo, pero teniendo a la vez en cuenta la sostenibilidad.

De la tierra…

Partiendo de la fundación tomamos la LZ.1 rumbo al norte hasta llegar a Guatiza, donde está el Jardín de los Cactus, un anfiteatro de piedra volcánica situado en un entorno agrícola. El jardín aúna arte y naturaleza en el mismo espacio, con miles de esas espinosas y suculentas plantas sobre la negra arena volcánica, aquí llamada rofe.

Así, la antigua cantera abandonada, que parecía una herida en el medio del paisaje, se convirtió en un jardín botánico con más de 4500 cactus de más de 450 especies diferentes.

Otra de las obras del artista es Los Jameos del Agua. Un jameo es un tubo volcánico al que se le ha desplomado el techo. En uno de ellos, el situado en Arrieta, Manrique diseñó un espacio único, con jardines, un estanque/piscina, un auditorio y un pequeño lago en el que han evolucionado durante años pequeños cangrejos endémicos. Abierto todos los días con horario especial los martes y sábados (y miércoles de verano) aquí se dan conciertos y cenas.

El Jameo es la prolongación de la llamada Cueva de los Verdes, cuya entrada está varios cientos de metros arriba y que también se convirtió en uno de los centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote. Formada a raíz de la actividad eruptiva del volcán de la Corona, es una de las maravillas más sorprendentes que nos puede brindar las entrañas de la isla.

Al cielo…

Del suelo pasamos al cielo, con otra de sus creaciones arquitectónicas en la punta norte de la isla, el Mirador de Río.

Enclavado en el rocoso paisaje del risco de Famara, Manrique transformó una batería militar del siglo XIX en un mirador. Camuflado en la montaña, en los acantilados, desde este mirador se contempla la Isla de La Graciosa.

Y para terminar…volvemos al Sur de lanzarote

Montañas del Fuego es el punto de partida para conocer el Parque Nacional de Timanfaya y la Ruta de los Volcanes.

Para proteger el Parque Nacional su visita se hace a bordo de autobuses que siguen una estrecha carretera diseñada entre paisajes imponentes y volcanes.

Manrique diseñó el centro de recepción, con el restaurante panorámico y el curioso símbolo del parque, el diablo cuya silueta aparece en hitos y paredes.

Y a degustar los maravillosos vinos de Lanzarote

Como Foodies que somos no podemos dejar la isla sin probar sus vinos, unos vinos un tanto especiales.

Las cenizas de los volcanes escupieron durante años y cubrieron una gran parte de Lanzarote, que hoy se conoce como La Geria. Como era la parte más fértil de la isla, supuso la ruina de sus habitantes hasta que descubrieron que la ceniza negra permitía cultivar de forma más eficiente. Había que excavar para llegar al suelo original pero luego el hoyo protegía la planta. Y la planta elegida para repoblarla fue la vid.

Ceasar Manrique fue uno de los primeros en valorar la belleza de este lienzo negro plagado de vides de La Geria. Amigo de la familia de propietarios de las Bodegas El Grifo, la bodega más antigua de canarias, trabajó con ellos y hasta creó una etiqueta como eje fundamental para un vino, además de un logotipo. En la bodega se realiza una visita enoturística a su Museo del Vino y viñedos por libre o bajo reserva.

No muy lejos de la bodega, en San Bartolomé, se encuentra la Casa Museo del Campesino, un homenaje de Manrique a los campesinos de Lanzarote y punto final de este recorrido cultural.

Aunque si esta escapada tiene la creación artística como eje fundamental el complemento perfecto en nuestra estancia en Lanzarote es la visita al MIAC-Museo Internacional de Arte Contemporáneo-. Ubicado en Arrecife, en el Castillo de San José.

También en este lugar está detrás Cesar Manrique. El mismo convenció a las autoridades para transformar esta fortaleza en un museo de arte en el año 1976.

Hoy en día alberga obras de distintos artistas consagrados como Picasso, Miró, Tápies, Sempere, o Pancho Lasso entre otros.

La huella del artista está también en su restaurante, un moderno y creativo espacio con una terraza acristalada sobre la bahía.

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