La geoda de Pulpí, el yeso que parece un gran diamante

En el extremo este de Almería, en una zona desértica, montañosa y playera fronteriza con Murcia existe una mina que esconde la geoda de Pulpí, la mayor geoda visitable del planeta. Estos cristales de yeso que parecen diamantes se encuentran en las entrañas de la tierra almeriense. La geoda mayor del mundo se encuentra en México, en Naica, pero no se puede visitar ya que en su interior se alcanzan los 58 grados de temperatura y una humedad de más de 90%. la de Pulpí sí.

Visitando la geoda de pulpí en la Mina Rica

La geoda de Pulpí fue descubierta en diciembre de 1999 por un miembro de la Sociedad Mineralogista de Madrid, cuando visitaba una antigua mina de hierro, plomo y plata. Allí encontró un pequeño boquete por donde se podía ver una sala de ocho metros de longitud por dos de altura con enormes bloques cristalinos de yeso. En 2019 se abrió al público, poniendo a Pulpí en el centro del mapa turístico de Andalucía.

La visita de una hora de duración a la llamada Mina Rica, que estuvo en explotación hasta hace medio siglo. La visita es muy entretenida e instructiva. Además de ver los hornos de calcinación y otras estructuras exteriores, se recorren 350 metros de galerías donde se descubren plegamientos, superficies de falla, barbas de yeso…y la espectacular geoda  que es visible a través de un boquete de difícil acceso, pues hay que agacharse, comprimirse y retorcerse. Sin embargo todo compensa para observar esos tremendos cristales que tardaron en formarse entre medio millón y dos millones de años.

Entre esparto y aceite

Cerca de Pulpí se encuentra la pedanía de San Juan de los Terreros, a 15 kilómetros de Pulpí. Una costa de calas color turquesa rodeada de acantilados dorados y antiguas casas cueva, algunas de hasta 400 metros cuadrados.
La costa que va desde la punta del Pichirichi hasta el Castillo de San Juan de los Terrenos es increíble. Al castillo nos podemos acercar a pie o en coche. El castillo es una batería costera construída en 1764 por Carlos III para defender esta esquina del Reino de Granada. Desde el mismo se domina un centenar de kilómetros de litoral, de Garucha (Almería) a Cartagena. También se ven las islas de Terreros y Negra, dos farallones de origen volcánico declarados monumentos naturales.

Nada tienen que envidiar estas tierras al también almeriense Cabo de Gata, uno de los paisajes más bellos y agrestes del mediterráneo español.

Similares a las playas de este parque natural es la Playa de los Cocedores. La playa se llama así porque en esta preciosa cala de roca volcánica se “cocia” el esparto, es decir, se ponía el esparto en agua salada entre 30 y 40 días -según la estación – para darle el color blanco intenso a las fibras. Con este producto en el siglo XIX y principios del XX los ingleses hacían papel. Por eso abundan las cuevas donde antiguamente se hacia este proceso, que solo podía hacerse con agua salada ya que la dulce ennegrecía el producto.
Hoy en día este proceso ya es historia, pero aún existen artesanos que trenzan el esparto como Juan El Pintao, un octogenario que teje todo tipo de objetos a la sombra de un árbol en la avenida de Los santones esquina calle Huelva.

Otros atractivos

Otra de las riquezas de Pulpí son sus cultivos, como los de lechuga, cítricos y olivares, con los 25000 olivos de la variedad arbequina. Su aceite es de tal calidad que ya ha sido premiado en numerosos certámenes oleícolas. Es imprescindible para un foodie que se precie visitar el Olivar de Óleo Almanzora  pues en sus relucientes instalaciones se hace un aceite de oliva virgen extra de arbequina sublime que ha sido premiado en numerosos concursos internacionales. En él organizan visitas guiadas, catas y desayunos o meriendas en los que el aceite se toma solo, con pan, con bizcocho dulce e incluso con fruta, a chorro o en forma de perlas que son esferificaciones con agar agar.

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