El Barrio del Sacromonte, pura esencia gitana

Salpicado de cuevas y casitas blancas el barrio granadino del Sacromonte recoge la más pura esencia gitana. Por el día, sus miradores nos descubren la belleza de la ciudad cristiana, la grandeza de la Alhambra y la Vega al fondo. Por la noche el duende hace su presencia en las más genuinas fiestas flamencas, las zambras. Un lugar de leyenda en que un día se detuvo el tiempo y se hizo la música.

A Granada la cruzan dos autovías: la A-44 que une Madrid y Bailén con la costa tropical granadina y la A-92 que comunica Sevilla con la capital de Almería. A solo diez kilómetros de la ciudad se halla el aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén que mantiene vuelos regulares diarios a Madrid y Barcelona.
Al barrio del Sacromonte se llega tras atravesar la Carretera del Darro y las aguas blancas de su río. En el camino, a la altura del camino de los Tristes podemos pararnos a admirar las murallas y las torres de la Alhambra, antes de subir la cuesta del Chapiz. A su izquierda se extiende el barrio del Albaicín, con sus casas moriscas, sus patios interiores llenos de flores.

El invierno es la estación ideal para visitar Granada y así disfrutar de Sierra Nevada, pero también es un buen momento los meses de marzo a junio (hasta la feria del Corpus), cuando se dan cita algunas de las fiestas de mayor renombre en Granada.

Sacromonte, un histórico barrio con mucho arte

El barrio del Sacromonte nació después de que los reyes católicos, Isabel y Fernando entraran en Granada allá por el 1492. Fue cuando los gitanos y moros perseguidos buscaron refugio en este lugar, habitando las primeras cuevas de las laderas, hoy flanqueadas con chumberas y pitas.

Barrio del Sacromonte (Granada)

Lo que hoy es el centro del Sacromonte, la calle Vereda de En medio, en sus orígenes era un camino empedrado que unía el Albaicín con la Abadía.

Hoy en día, el barrio del Sacromonte no es el barrio marginal que contaban los turistas que se acercaban en la primera mitad del siglo XX. El Barrio del Sacromonte de hoy es un lugar pintoresco, de mestizaje y de gran riqueza artística-cultural. Aquí la población gitana amante del flamenco se mezcla con pintores y artesanos que muestran sus trabajos en sus blancas cuevas. Cuando cae la noche, las cuevas gitanas se llenan de vida y el arte y la fiesta lo domina todo.

Museo Cuevas del Sacromonte

El Museo Cuevas del Sacromonte es el lugar perfecto al que hay que ir para poder entender el significado de este barrio. Abierto desde 1928 en el barranco de los Negros, el Museo recrea mediante un recorrido de alrededor de una hora, la historia, usos y costumbres de los habitantes de estas cuevas con mobiliario y enseres de la época.

El Museo exhibe en sus salas imágenes de escultores de reputación que han pasado por Granada, lienzos de pintores como Bocanegra o Cotán, tapices de Bruselas y una colección de libros incunables-escritos antes del 1500-. Cuenta además con una zona destinada al hábitat, al trabajo y un espacio didáctico.

La Cueva de Maria la Canastera

La Cueva de Maria la Canastera es una de las mejores zambras de la ciudad. Aquí, al caer la noche, se puede disfrutar del mejor flamenco. Un espectáculo basado en los cantes y bailes típicos del Sacromonte como la alboreá, la mosca, la cachuchá, el fandango del Albaicín o los tangos del Sacromonte.
De día se disfruta como museo, pues está decorada con la artesanía típica del Sacromonte (cerámica y cobre martillado) y fotografías de sus visitantes más ilustres, donde destacan los duques de Windsor o la actriz Ingrid Bergman.

Abadía del Sacromonte

La Abadía del Sacromonte

El origen de este lugar hay que buscarlo en 1594, cuando dos vecinos de Granada y Jaén encontraron una cueva en cuyo interior había unas láminas de plomo, los Libros Plúmbeos, que relatan que en este lugar, habría sufrido un martirio San Tesifón.

El arzobispo de la ciudad ordenó hacer excavaciones y también se hallaron restos humanos que se relacionaron con otros santos, como San Cecilio, patrón de Granada y San Hiscio.

En 1600 el concilio diocesano autentificó los restos y los libros y ese fue el origen de la Abadía del Sacromonte y del colegio de San Dionisio Areopagita.

Construidos en lo más alto del monte de Valparaiso, disfrutando de envidiables vistas, se encuentra la Abadía del Sacromonte.

El conjunto religioso está presidido por una iglesia de planta de cruz latina rodeada de capillas donde se dan cita importantes obras de imaginería y pintura barroca.

Lo más destacable de este templo, junto al Darro, son los artesonados mudéjares de la nave central del crucero y de la capilla mayor. Por la sacristía y el patio se penetra a las santas cuevas donde la tradición dicta que fueron hallados los restos de los mártires.

La colina de la Sabika

Frente al pintoresco barrio del Sacromonte se encuentra la Sabika, la colina roja donde se levanta la Alhambra, cada uno a una orilla del río Darro.

En el inicio de la cuesta del Chapiz, en uno de los extremos del paseo de los Tristes empieza un camino paralelo al Sacromonte pero por la otra orilla del Darro, que nos conduce hasta la fuente del Avellano. A cada cien metros del camino hay azulejos y placas metálicas donde están escritos los poemas que los escritores que se inspiraron en este lugar. Uno de ellos era Lorca, que solía llegar hasta aquí acompañado de su amigo el músico y compositor Manuel de Falla.

Y hasta aquí llega nuestra visita al Sacromonte. Podríamos hablar de sus Miradores, el de Miguel Alto y el de la Silla del Moro, pero ya lo hemos hecho en otra ocasión, así que mejor vamos a descubrir el mundo de Lorca. Os invitamos.

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