Como isla que es, el mar es fuente de riqueza en la gastronomía tinerfeña, proporcionando pescados. Chicharro, vieja (una especie autóctona muy apreciada) sancochada (cocida), las sardinas, la caballa, el mero, el cherne y la sama, son algunos ejemplos. También diversos mariscos, como las lapas.
Cazuelas de pescado, potajes de verduras, y carnes a la brasa completan el recetario canario. El cerdo es la base para la elaboración de ranchos (guiso típico). Cabe mencionar la carne en adobo y el conejo en salmorejo.
Además, comparte con el resto del archipiélago las conocidas papas arrugadas (patatas cocidas con sal) y los mojos (salsas) picón (aceite, vinagre y pimentón). El gofio canario, harina de trigo, maíz o garbanzo también se incorpora a sabrosas recetas y remonta su origen a los guanches, los habitantes prehispánicos.
La repostería cuenta con delicias como el pastel de cabello de ángel, el frangollo con miel (postre típico a base de maíz) o las truchas de batatas con almendras. Los huevos moles (elaborados con yemas y azúcar), el bienmesabe (bizcochos con huevos moles) y la leche asada (dulce de leche) son algunas de nuestras recomendaciones.
Una costumbre muy arraigada entre los tinerfeños es la de comer en los “guachinches”, restaurantes típicos en los que pueden degustarse los platos más representativos de la cocina tradicional, potajes de verduras y la cazuela de pescado.
Para acompañar estas delicias, se puede elegir entre alguna de las cinco Denominaciones de Origen de vino que se producen en Tenerife: Abona, Tacoronte-Acentejo, Valle de Güimar, Valle de la Orotava e Ycoden-Daute-Isora, la genérica DO Islas Canarias y su delicioso Ronmiel de Canarias.
