El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, valioso espacio natural jalonado por ríos de aguas bravas, meandros de alta montaña y más de un centenar de estanys o lagos, se creó en 1955.
El lugar alberga dos zonas bien diferenciadas. En nuestra primera escapada a Lérida nos adentramos a él por La Vall Fosca. Hoy accedemos por la parte oriental, subiendo desde Espot en el valle del Àneu, donde su morfología es más suave pero así mismo espectacular en dirección al sector más occidental, donde se accede desde el Valle del Boí.
Además de las maravillas naturales del parque nacional, en el Valle de Boí se encuentran un conjunto de joyas medievales, concretamente ocho iglesias y una ermita, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, las cuales despuntan entre sus pueblos y que han hecho de Boí un lugar de referencia mundial en la Historia del Arte.
La visita al Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici es especialmente recomendable en primavera y verano, una vez pasadas las nieves y el rigor del invierno. Sin embargo es en otoño cuando el contraste de verdes, ocres y amarillos de la vegetación supone un deleite para la vista, donde despuntan agujas de granito, conocidas como Els Encants. Además, en el mes de junio se celebra en todo el valle la fiesta de las Fallas, un rito ancestral en torno al fuego.
Existe un servicio de taxis para subir al planell de Aiguestortes (información en los centros de información del parque o llamando a la Asociación de Taxistas de la Vall de Boí. Teléfonos 620 5489 y 973 696314 o a la de Espot (973 624105). Más información…
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Iniciando la ruta en Espot
Situada a las puertas del Parque Nacional de Aigüestortes se encuentra el pueblo de Espot, es una de las poblaciones más bellas de la comarca del Pallars Sobirà. Emplazado en pleno valle del río Escrita, es un pueblo de típica arquitectura pirenaica.
Dentro de su patrimonio artístico, cabe destacar su iglesia parroquial de Santa Llogaia y la Torre dels Moros, que en época medieval fue torre defensiva.
Aquí, las grandes crestas de granito rodean decenas de lagos. El más famoso es el estany de Sant Maurici, un lago de aguas cristalinas a 1900 metros de altitud. En sus alrededores encontraremos paisajes de insólita belleza, como el pico de Gran Encants y Petir Encantats (de más de 2700 m.) que son el marco ideal para deportes al aire libre como el senderismo o el montañismo. La estación de Espot Esquí, dotada con modernas instalaciones, completa una interesante oferta turística.
Estany de Sant Mauruci y otros lagos
Aunque es el más conocido, el lago de Sant Maurici no es ni el más grande ni el más bonito de las casi 200 lagunas que salpican la accidentada y singular geografía del parque.
Las hay de distintos colores y formas; de colores azulados como el Rateta u oscuros como el estany Negre; alargadas como estany Tort; redondas como el Amitges o el Rodo.
La vertiente occidental del parque: El Valle del Boí
La mitad occidental del parque, Aigüestortes, se enhebra en torno al río Sant Nicolau, el cual vierte sus aguas en el valle del Boí.
En esta parte del parque el agua es la verdadera protagonista. Fluye y se embalsa de mil maneras. El rio se divide en docenas de bazos y meandros creando una extensa pradera herbácea. El nombre de Aigüestortes, Aguas tortuosas, bien define este lugar, donde las aguas se extienden buscando alguna oquedad en las que depositarse.
Senderos señalizados en la zona
El parque Nacional de Aigüestorte i Estany de Sant Maurici cuenta con más de 150 kilómetros de senderos señalizados, entre ellos la Senda de la Nutria , una de las excursiones más recomendables del parque .
Son unos ocho kilómetros de recorrido, que atraviesa los distintos ecosistemas del parque. Se inicia en el aparcamiento de la Palanca de la Molina, entre Boi y Caldes de Boí y asciende por el valle del río Sant Nicolau.
Visitando las iglesias románicas de los pueblos del Valle del Boí
Es en esta vertiente occidental del valle donde destacan un conjunto de bellezas, las iglesias románicas del valle del Boí. En total ocho iglesias y una ermita construidas hace más de ocho siglos por canteros lombardos mandados traer por los señores de Erill, nobleza de la Alta Ribagorza muy ligada durante siglos a los reyes de Aragón.
Se trata de uno de los conjuntos de arquitectura medieval más reconocidos de toda Europa, declarados patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Entre las iglesias del valle, dos despuntan en el pequeño pueblo de Taüll, la de Sant Climent y la de Santa María.
Taül
Muy próximo al parque, a 1.482 metros de altitud, se encuentra Taüll. Un entorno inmejorable para realizar excursiones a pie por las rutas que atraviesan los valles y ascienden por las cimas próximas. También para practicar deportes de aventura. Por ejemplo parapente o barranquismo; la equitación; el ciclismo de montaña, o el esquí en invierno, en la Estación de Boí-Taüll.
Taüll consta de dos núcleos urbanos, que giran alrededor de la iglesia de Santa María y Sant Climent de Taüll. Las primeras menciones a sus templos se remontan al siglo XII. Y es que la idea era fundar un centro monástico en este lugar. Ambas iglesias, románicas, con sus espectaculares campanarios en piedra y pizarra, fueron declaradas en el año 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Sant Climent de Taüll
Las primeras noticias que se tienen de ella datn del siglo XI, aunque fue consagrada casi cien años después, en 1123.
Se encuentra a la entrada del pueblo y es la más icónica de todo el conjunto medieval. Su torre exenta de seis pisos de altura es el emblema del románico catalán. Sus pinturas murales policromadas son de las más importantes del románico catalán. De entre todas, destaca el Pantocrátor, o Cristo en Majestad, cuya reproducción decora su altar mayor y su original se puede ver en el Museo de Arte de Cataluña, en Barcelona. Su restauración comenzó en la década de los 70, y tras muchos esfuerzos finalmente ha recuperado el esplendor de sus orígenes. En su interior se proyecta un vídeo mapping. Abre todos los días.
La Iglesia de Santa María
Sin salirse del pueblo de Taül se puede ver la otra joya de la arquitectura medieval, la Iglesia de Santa María de Taül. Situada en la parte alta del pueblo, despunta sobre los tejados de pizarra negra de su caserío. Esta iglesia acoge reproducciones del ábside central y del muro sur. Abre todos los días.
el Centro románico y LAS OTRAS IGLESIAS del Valle
Centro del Románico del Valle de Boí
El Centro del románico del Valle del Boí está situado en Erill la Vall, en este espacio de interpretación se proporciona las claves para conocer y entender el conjunto de iglesias románicas del valle de Boí.
Las otras iglesias
La Iglesia de Santa Eulalia de Erill la Vall a diferencia de las demás uenta con un porche con arcadas y pilares. Conserva en su interior una copia de las siete figuras que formaban el Descenso, obra escultórica cuyo original se repartió entre el Museo Nacional de Arte Románico de Cataluña y el Museo Episcopal de Vic.
La de San Juan de Boi, destaca también por su belleza, como el resto; San Quirce , la Nativitat en Durro, Sant Feliú en Barruera y Santa María en Cardet o La Asunción de Còll.
Visitando otros pueblos del Valle
Tremp
Tremp es la capital de la comarca leridana del Pallars Jussà. Su territorio agrupa a una treintena de pequeños núcleos rurales, lo que le convierte en el municipio más extenso de Cataluña.
Se encuentra en el valle medio del río Noguera Pallaresa, que vertebra de norte a sur este enclave prepirenaico. Su estratégica situación y belleza del paisaje prepirenaico de su entorno natural permite realizar numerosas rutas y practicar todo tipo de deportes al aire libre. Senderismo, montañismo y otros deportes al aire libre, además de modalidades náuticas en el embalse de Sant Antoni.
Su casco histórico, de trazas medievales, tiene su centro en la plaza de la Creu, donde se alzan el Ayuntamiento y la iglesia de Santa María de Valldeflors. También se pueden apreciar varias torres defensivas que pertenecían a la antigua muralla de la ciudad.
Tremp celebra cada 19 de enero sus fiestas en honor de Sant Antoni, celebración de origen agrícola que incluye bailes tradicionales y degustación de productos típicos.
La Pobla de Segur
La Pobla de Segur es una de las villas con más historia del Pirineo leridano. Se encuentra junto al río Noguera Pallaressa.
En su casco antiguo medieval sus calles desembocan en dos portales, el de Orteu y el de Parrau. De entre todas destaca la calle Mayor, con sus antiguas casas señoriales. La Torre Mauri, edificio modernista, alberga el Ayuntamiento.
Otros lugares que deben conocerse son el Antiguo Molino de Aceite, de 1904; el Molino de Harina; la ermita románica de Sant Miquel (siglo XII), popular por su romería; el parque municipal y el espacio natural del Bernadot; y la fuente de la Figuereta. Y, por supuesto, el Museo de los Raiers, donde se muestra el antiguo y desaparecido oficio de la transformación de la madera y su transporte fluvial, de enraizada tradición en la comarca.
Como no podía ser de otra forma, en la Pobla de Segur, además, pueden practicarse deportes de aventura (rafting, barranquismo, ala delta, hípica), senderismo y excursiones en 4×4, entre otras actividades.