Iniciamos nuestra ruta en Benavente camino a Puebla de Sanabria. Un viaje en el tiempo por el oriente de la provincia de Zamora. Esta localidad atrae por igual a peregrinos y amantes de la historia.
En su entorno confluyen corrientes de aguas y amplios valles. Esto propició que hace ya más de 5000 años se instalaran aquí asentamientos de distintas poblaciones que fueron transformando las formas de vida y paisajes de estos valles.
En nuestro camino encontraremos castros y monumentos megalíticos, castillos y otras joyas del románico. Todos ellos nos llevarán al pasado, como si estuviésemos haciendo un viaje en el tiempo.
Inicio de la ruta. Benavente
La ruta empieza en el punto más alto, donde se alza el castillo que los Pimentel, tras recibir la villa de manos del rey Enrique III en 1938, convirtieron en cabeza de su condado.
De esta magnífica fortaleza palaciega solo sobrevive la Torre del Caracol, que actualmente forma parte del Parador de Turismo.
La bóveda de su piso superior se cubre con un espectacular techumbre mudéjar procedente de un desaparecido convento.
Junto al Castillo se encuentra la ermita de San Cayetano y la Iglesia de Nuestra Señora del Azogue, joya del románica y uno de monumentos más representativos .
También merece una visita la Iglesia de San Juan del Mercado y el Hospital de la Piedad, con un bonito patio de planta cuadrada.
Primera parada. Manganeses de la Polvorosa
Nuestra primera parada es en Manganeses de la Polvorosa. En su aula de arqueología se muestran piezas y se ponen en relieve los trabajos realizados en el yacimiento de La Corona-El Pesadero, un importante asentamiento del siglo VII a.C.
A unos dieciocho kilómetros de distancia entramos en el pueblo de Arrabalde, con su barrio de bodegas tradicionales. Llama la atención el aspecto de poblado hobbit de este municipio zamorano de la comarca de Benavente y Los Valles.
Pero lo que más llama la atención de este pueblo, sobre todo a los interesados en el mundo de la arqueología es es el tesoro descubierto a tres kilómetros del pueblo, el castro de Las Labradas. Allí, en una meseta en lo más alto de la sierra de Carpurias se divisan unas vistas infinitas. Además de la visita insitu al castro de Las Labradas, hay que visitar su aula de arqueología.
A las afueras del pueblo también se encuentra el Dólmen del Casetón de los Moros.
Rosino de Vidriales y Santibáñez de Vidriales
Un poco antes de llegar a Santibáñez de Vidriales se ve junto a la carretera, la reconstrucción de un tramo de muralla y alguna torre del campamento romano de Petavonium. Escogido por la Legio X Gemina para asentarse a finales del siglo I a.C. y , más tarde, por el Ala II Flavia.
Todo ello se explica en el Centro de Interpretación de los Campamentos Romanos de Santibáñez de Vidriales. Desde el mismo se organizan las visitas por libre o guiadas.
Ya en Santibáñez de Vidriales visitamos el Centro de Interpretación y el Museo Arqueológico ubicados ambos junto al Ayuntamiento.
El siguiente alto en el camino en busca de monumentos megalíticos hay que hacerlo en Granucillo, donde se localizan los dólmenes de San Adrián, junto a la ermita del mismo nombre, y el de Las Peñezuelas, en la salida Grijalba de Vidriales.
En las orillas del Tera hacia puebla de sanabria
Aquí se encuentra la Iglesia de Santa Marta del Tera. Se dice que esta iglesia luce en su portada la que se considera la representación más antigua de Santiago peregrino.
En su interior se produce el fenómeno equinoccial de la luz que penetra en el templo. Por eso es mejor visitarla el 21 de marzo y el 23 de septiembre y tres días antes y después alrededor de las 8 horas.
Muy cerca está Camarzana del Tera, donde se encuentran en mitad del pueblo los restos de una villa romana bajo imperial. Al pié de la carretera una red de pasarelas permite observar desde lo alto algunos de los mosaicos que adornaban sus suelos.
Ya en Mombuey, podemos contemplar la torre románica de sus iglesia, la cual sorprende por sus peculiares formas tardorrománicas y su aspecto defensivo.
Puebla de Sanabria es el mejor punto y final a esta ruta
Puebla de Sanabria, con su cuidado casco antiguo es el mejor punto para acabar nuestro recorrido. Su casco histórico requiere un detenido paseo a pié. Solo así podemos apreciar sus casas con balcones de madera y blasones hidalgos.
Para aprovechar mejor la visita a la ciudad lo mejor es acercarse a este castillo de Puebla de Sanabria pues en ella está ubicada la oficina de turismo, que nos puede informar de qué vale más la pena en la localidad. Aquí se realiza un recorrido expositivo sobre la saga de los Pimentel, la localidad y su entorno.
Pero además, el castillo se encuentra en excelente estado de conservación. Visitarlo es como realizar una inmersión en la edad Media. Formado por un recinto amurallado y una sólida torre central totalmente independiente conocida como El Macho. En ella se ubica el Centro de las Fortificaciones, con unas magníficas vistas sobre las almenas.
Otros lugares de Interés
Aquí, en uno de los pueblos más bonitos de Zamora todo es historia, porque lo que no es histórico tiene su historia, como la del origen del Lago de Sanabria.
La leyenda popular dice que el lago es el resultado de un castigo de Jesucristo a este pueblo, que llegando como peregrino salvo una familia nadie quiso acogerlo. La ciencia dice que su origen fuñe debido a un deshielo glaciar.
Sea como fuere, el caso es que este lugar es una visita obligada, porque además de ser un Parque Natural existe una playa donde tomar algo, bañarse y tomar el sol.
