El andaluz parque nacional de Doñana encierra muchos atractivos, tanto para los amantes del turismo activo como de la naturaleza, sobre todo en invierno y primavera, que es cuando se concentra un mayor número de aves.
En Doñana podrás pasear por la playa más larga y salvaje de España o realizar rutas en todoterreno, a caballo e incluso en dromedario. El parque es un lugar ideal para la observación de aves ya que es el humedal más importante de todo el continente europeo.
Pero además de explorar el entorno, es imprescindible también explorar los restaurantes y barras de la ciudad de Huelva, que en 2017 fue Capital española de la Gastronomía. Entre sus delicias merece especial atención e jamón de Jabugo y la gamba de Huelva, estrella de su despensa marinera, de la que también forman parte las coquinas, las puntillas y los chocos. Huelva también es muy conocida por sus fresas y el fresón de Huelva.
Desde Huelva a la playa de Doñana, punto de inicio de nuestra ruta hay 51 kilómetros. Se va por la carretera N-442 hasta Mazagón y luego por la A-494 hasta Matalascañas. Desde Sevilla hay 99 kilómetros y se va por la A-49 hasta la salida 48, para seguir por Almonte y el Rocío.
Paseando por la playa de Doñana
Doñana es un lugar ideal para los que les gusta caminar por la playa ya que aquí podrás hacerlo hasta reventar, ya que la playa se extiende unos 28 kilómetros desde Matalascañas hasta la desembocadura del río Guadalquivir. Un entorno singular donde se juntan tierra, rio y océano.
Una pasarela de madera de más de un kilómetro conduce a Cuesta Maneti, una playa memorable custodiada por dunas, acantilados y pinos piñoneros esculpidos por el viento. Las dunas llegan a penetrar varios kilómetros hacia el bosque.
Nos esperan un total de más de siete horas rodeados de mar y arena, en un entorno salvaje solo enturbiado por las ruinas de antiguos cuarteles de carabineros y atalayas como la torre Carbonero o la de San Jacinto.
Un paseo que nos llevará toda la jornada y en el que podrás disfrutar de una fauna única ya que es uno de los últimos refugios del lince y del águila imperial ibérica y lugar de paso en las emigraciones invernales y de cría decenas de aves europeas y africanas.
El Centro de Visitantes José Antonio Valverde es el mejor lugar para la observación de aves en Doñana, pues aquí se concentra una gran infinidad de colonias de cría de ardeidas, miles de garzas imperiales, garcillas bueyeras y cangrejeras, martinetes, garcetas comunes, moritos y un largo etcétera.
Detrás de la playa se encuentra duna fósil que forma un escalón, el Parque Dunar de Matalascañas. Aquí nos espera una sorpresa: un paseo en dromedario. Aunque hoy en día nos parece extraño encontrar este animal en este entorno, en la España romana y musulmana este era un hábitat habitual. La empresa Aires Africanos ofrece esta actividad y otras igualmente originales.
Visita al Centro de Visitantes El Acebuche
Después de explorar el terreno toca acercarse al Centro de visitantes de Acebuche-959 43 9629-, situado a tres kilómetros de Matalascañas por la carretera que lleva a El Rocío.
En el centro, de entrada libre, hay una exposición sobre el Parque Nacional de Doñana. Aquí se crían en cautividad linces, que pueden ser observados en directo a través de monitores.
El centro es punto de partida de senderos autoguiados a las lagunas del Acebuche, del Huerto y las Pajas y también reserva de las excursiones en todoterreno que recorren la zona sur del parque y sus ecosistemas más representativos (playa, marismas, dunas, coto y vera) en unas cuatro horas, llegando hasta la desembocadura del rio Guadalquivir en la población de Sanlúcar de Barrameda, ya en la provincia de Cádiz. La ruta sur es organizada por la Cooperativa Andaluza Marismas del Rocío.
Visita a la aldea de El Rocío y su ermita
Nuestro siguiente destino nos llevará a la aldea de El Rocio, una aldea muy conocida debido a la romería que a finales de mayo, principios de junio, reúne a casi un millón de devotos de la Blanca Paloma.
Dicen que los santuarios se encuentran en entornos bonitos y el de El Rocío lo hace en un lugar espectacular. La blanca ermita de El Rocío, de alta espadaña de tres naves y estilo neobarroco se encuentra a la vera del arroyo de la Rocna, en cuyas aguas encharcadas se reflejan los calomones, cigüeñas, garzas, flamencos y yeguas.
La ermita data de 1969. Antes hubo otra que se quedó pequeña y antes otra del siglo XV que arruinó el terremoto de Lisboa.
Rutas a caballo y excursiones en todoterreno por Doñana
Sin embargo el resto del año, la aldea de El Rocío es un lugar casi desértico al que se acercan los amantes de la naturaleza en sus rutas a caballo. Una de estas rutas a caballo más especiales es la que sigue el camino rociero de la Raya Real y se adentra en la zona de Coto del rey en cuyo bosque vive en libertad el lince ibérico.
Otra es la que trascurre por el Acantilado del Asperillo, un sistema de dunas fósiles que se extiende a lo largo de doce hectáreas de costa y que es el acantilado de este tipo más alto de Europa.
Las empresas Doñana a caballo y Doñana Hípica El Passodoble prestan estos servicios.
La aldea de El Rocío es también punto de partida de excursiones autoguiadas en todoterreno que recorren el norte del parque nacional por sus zonas de cotos y marismas. La ruta norte la organizan distinta empresas, como Doñana Reservas, Discovering Doñana o Doñana Nature. Todas ellas se detienen en el Centro de Visitantes José Antonio Valverde.