Siguiendo la ruta del Cid (I): De Torija a Atienza

En esta ocasión, nos espera un apasionante viaje por la sierra norte de la provincia de Guadalajara, siguiendo la legendaria ruta que en su día siguió el legendario Cid Campeador, Don Rodrigo Díaz de Vivar.

Recorreremos un itinerario triangular por villas medievales, primero de Jadraque a Atienza y luego nos detendremos en Sigüenza, partiendo de Torija. Todas estas villas están repletas de historia y no menos atractivo, suficientes razones para disfrutarlas con calma.

Jadraque punto de partida de esta ruta, se encuentra a 40 minutos de Guadalajara y a menos de una hora y media de Madrid por la A-2 que va a Zaragoza.

La mejor época para disfrutar la zona es en junio, pues es en este mes cuando Jadraque rememora su paso histórico con una cena medieval y las hogueras de San Juan en el Castillo del Cid. También coincidiendo con el domingo de Pentecostés cuando Atienza celebra, desde hace más de ocho siglos La Caballada.

Torija

Si nos ceñimos a la ruta que siguió el Cid por tierras de Guadalajara, nuestro punto de partida será Miedes de Atienza. Esta localidad situada entre las localidades de Gormaz y Atienza fuñe la primera que vio pasar al Cid camino de su destierro en Valencia. Sin embargo, hoy en día tiene más sentido iniciar la ruta en Torija, cuyo castillo tiene reservado un espacio dedicado a su figura, y a la ruta del Cid.

Castillo de Torija

El Castillo de Torija acoge el Centro de Interpretación Turística de la provincia. Cuenta con un espacio dedicado al Camino del Cid a su paso por Guadalajara. En él se encuentra una réplica de la famosa espada La Tizona. Además, alberga el Museo del libro Viaje a la Alcarria de Cela. Abre de jueves a domingo y festivos.

Jadraque

Saliendo por la A-2, tras pasar por el Mirador de La Alcarria nos asomamos al balcón de Trijueque desde el que tenemos una espléndida panorámica de la comarca.
La ruta transcurre por carreteras secundarias hasta llegar a Jadraque, cuyo castillo, de imponente silueta, es visible varios kilómetros antes de llegara a él.

Castillo del Cid (de Jadraque)

El castillo de Jadraque corona, según diría Ortega y Gasset, “el cerro más perfecto del mundo”.
Haciendo un pequeño esfuerzo subimos hasta su paseo de ronda, que desde lo alto nos regala una espectacular panorámica del Valle de Henares por los que un día, cabalgó el héroe castellano.

Se dice que la edificación fue levantada sobre una torre de vigía islámica, de la que se conservan algunos aljibes entre sus muros, y que fueron las mismas tropas del Cid quienes la reconquistaron de los árabes, alcanzando su máximo esplendor en el siglo XV, con el Cardenal Mendoza, el cual se decía ser descendiente del mismo Cid.

El castillo se puede visitar sábados, domingos y festivos conjuntamente con la iglesia de San Juan Bautista y la Saleta de Jovellanos, una antigua casa-palacio que guarda dibujos atribuidos a Goya y Jovellanos.

Atienza

A nuestro siguiente destino, Atienza, se puede ir por Robledo de Corpes o por un atajo, tomando la CM-101, para llegar en poco más de media hora.

Su casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural.

Los orígenes de Atienza se remontan a la época prehistórica. En su momento fue un lugar estratégico fronterizo entre las posesiones cristianas y musulmanas.

Castillo y murallas de Atienza

Con semejante pasado es normal que esta villa medieval conserve la estructura urbanística y un catálogo de arte vocación militar y fronteriza. El detalle más evidente de ello son los restos de sus murallas que la bordean (siglos XI-XIII) y las ruinas de su enorme castillo del siglo XII, emergiendo de un escarpado peñón, con su torre del homenaje, otros torreones y puertas.

Arquitectura civil

El paseo por sus empedradas calles ha de empezar por la Casa-posada del Cordón. Antiguo caserón del siglo XV de estilo gótico y que acoge la oficina de Turismo y el centro de la Cultura Tradicional de la Provincia.

Luego hay que continuar por sus dos grandes plazas. La plaza de España y unida a esta por el arco del Arrebato, la plaza del Trigo. Aquí destacan sus casas de hermosa arquitectura tradicional con soportales, como la del balcón de la esquina o la antigua del Cabildo.

También destacan el hospital o convento de Santa Ana (siglo XVIII), además de las numerosas casonas blasonadas del siglo XVI.

Arquitectura religiosa

De su arquitectura ha conservado en parte varios templos románicos de los hasta 15 que parece que llegó a contar: los de la Santísima Trinidad (1200, siglos XV-XVIII), San Bartolomé (mediados siglo XII-siglo XVI), San Gil (siglos XIII-XVI) y de Nuestra Señora del Val (siglos XII-XVI). Algunos de ellos reconvertidos en museos, como el museo Paleontológico de San Bartolomé y el Museo de Arte Sacro de San Gil.

Otros edificios religiosos son la iglesia arciprestal de San Juan (gótico-renacentista, siglos XV-XVI), la de Santa María del Rey (siglo XVI) y el convento de San Francisco (gótico, finales siglo XIV).

Podríamos quedarnos mucho tiempo en Atienza, pero nuestro itinerario continúa hacia nuestro siguiente destino. A unos treinta kilómetros antes de llegar a Anguita nos espera la hermosa ciudad de Sigüenza. Os esperamos en nuestro siguiente post Siguiendo la ruta del Cid (II) : La monumental Siguenza.

Fiestas de la Caballada de Atienza

En Atienza se celebra una popular fiesta, típica por sus trajes que rememoran la historia del pueblo. La Fiesta de la Caballada. Una fiesta que mezcla el elemento histórico con el religioso.
Conmemora la galopada de los arrieros de Atienza en 1162 para salvar al rey Alfonso VIII de caer en poder de su tío Fernando II de León, que quería arrebatarle el trono. Dicen que los soldados del rey leonés creyeron que se estaba celebrando una romería en honor de la Virgen de la Estrella y que por eso los arrieros consiguieron salir sin ser vistos.

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