Dos ríos marcan nuestra ruta de hoy, el río Dulce y el Salado, afluentes ambos del río Henares. Rodeando al norte y sur a la monumental Sigüenza, conforman a su vez uno de los entornos más espectaculares de Guadalajara.
Aquí la riqueza natural y geológica se une al legado medieval y al patrimonio industrial. Un trayecto que transcurre entre profundas hoces, salinas y campos de cereal.
Nuestro punto de partida es Pelegrina, al norte de la provincia, a nueve kilómetros de Sigüenza y a 72 de la capital Guadalajara. De Sigüenza a nuestro destino, Imón hay 16 kilómetros.
La primavera o el otoño son las mejores estaciones para recorrer las hoces del Dulce, Peregrina y Salado debido al espectáculo cromático que nos brindan los árboles de las riberas del río Dulce.
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Peregrina, punto de inicio
Es un pequeño pueblo de Sigüenza, situado en la loma de un cerro. Situado junto al parque natural del río Dulce, conserva las ruinas del castillo que un día fue retiro espiritual del obispo de Sigüenza.
Aquí y en Mandayona se encuentran los centros de interpretación del Parque Natural del Barranco del río Dulce-949 305948-. En ellos, además de las exposiciones, podemos observar los nidos de buitres a través de las cámaras instaladas en ellos. Abren los fines de semana de junio a diciembre.
El Mirador Félix Rodríguez de la Fuente
Siguiendo la sinuosa carretera GU-118 junto al cañón se encuentra el Mirador del naturista Félix Rodríguez de la Fuente, el cual o recuerda y homenajea. Un desfiladero kárstico de rocas contorsionadas, en el cual rodó en estos parajes secuencias de sus documentales televisivos, como El Hombre y la Tierra.
Sobre el mismo sobrevuelan los buitres leonados, en una de las zonas más elevadas del barranco del río Dulce.
Caminando por la Hoz del río Dulce
El tramo en el que el curso del agua del río Dulce ha excavado un profundo y sinuoso cañón, es hoy en día un parque natural. Adentrase en él es más fácil de lo que parece a priori, pues los caminos que discurren por sus riberas son prácticamente llanos.
Los recorridos senderistas por el barranco se dividen en dos tramos, el de la Peregrina y el que nos lleva hasta Aragosa.
Hoz de la Peregrina
El primero se centra en la Hoz de la Peregrina, una ruta circular de unos cuatro kilómetros en el paraje más abrupto del parque natural del cañón del río Dulce. Discurre por el sendero GR-10, bien señalizado.
Con un extraordinario bosque de ribera, junto a los álamos, fresnos y sauces crecen huertas con nogales, cerezos y avellanos. En el camino se puede admirar formaciones geológicas como agujeros, torres, arcos de piedra, cascadas…
Camino hacia Aragosa
El otro tramo, más largo, de Pelegrina hasta Aragosa, es igual de sencillo y se suele realizar a la inversa, comenzando en Aragosa. Un trayecto por valles más anchos, que solo se estrechan en algún punto.
Los paneles indicadores recuerdan que por aquí también pasa un itinerario jacobeo, El Camino de la Lana, el cual unía Alicante, Valencia y Burgos a través de distintos pueblos vinculados a la ganadería y al comercio.
Fábrica a de papel Los Heros
En el camino, junto al río, encontramos la antigua fábrica de papel Los Heros. Se trata de un molino construido en el siglo XVIII donde se elaboraba papel de imprenta y de estraza y en el que se fabricó el primer papel moneda de España.
El río Dulce continúa algunos kilómetros más abajo hasta unirse con el Henares, donde vierte sus aguas.
Siguiendo por la Hoz del río Salado
En la comarca existe otro río que nos brindará el complemento perfecto a nuestro trayecto. Se trata del río Salado.
El nombre del río deriva de que en su trayecto atraviesa una zona de rocas muy saladas que hacen que sus aguas se carguen de minerales, en especial cloruro sódico, es decir, sal. Por ello es normal que existan en la comarca dos complejos salineros, las salinas de Gormellón y las de Imón.
Parece ser que las salinas se construyeron en el siglo X, aunque los romanos ya extraían la sal en el siglo I. Utilizada como moneda de cambio en manos de los reyes, el obispo de Sigüenza logró que Alfonso VI le concediera la explotación de la salina. Con ello comenzó una época de prosperidad en la villa medieval, e incluso con los beneficios obtenidos de la explotación se levanto la catedral.
Las Salinas de Imón
Las Salinas de Imón están situadas junto al pueblo que les da nombre, Imón.
Fueron durante mucho tiempo las salinas de mayor producción de la península ibérica. Luego fueron abandonadas y hoy en día una parte de ellas están en activo, aunque solo se pueden ver desde el exterior. Un espectáculo de colores, rosa, blanco y parduzco, que se crea en el proceso de evaporación del agua en sus balsas y estanques, contrastando con el color de los campos de cereal.
Riba de Santiuste
El rio Salado se encañona en algunos puntos de su recorrido, como en Riba de Santiuste, donde demás del patrimonio industrial, cuenta con un patrimonio natural. Bajo su imponente castillo crecen plantas como la salicornia o espárrago de mar, una especie de suculenta que crece en saladares, playas y manglares y que puede usarse como sustitutivo de la sal común.
Santamera
Al llegar a Santamera, el río Salado también forma unas hoces distintas a las del río Dulce pero igualmente llamativas. Sus enormes paredes de roca nos conducen al punto final de nuestro trayecto, al embalse de El Atance, donde podemos disfrutar de un paseo en canoa. Multiaventura El Molino ofrece interesantes recorridos por la zona.
Románico de Sigüenza, Carabias, Sauca, Jodra del Pinar y Atienza
No solo Sigüenza esconde sorprendentes joyas del románico rural, también otros pueblos de la Serranía. Carabias, con su iglesia de San Salvador, con un magnífico pórtico de columnas dobles. Sauca, con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Jodra del Pinar, con la de San Juán Bautista, que conserva casi intacta su fábrica románica. También Atienza, con las iglesias de San Bartolomé, San Gil, La Santísima Trinidad y Santa María del Rey entre otras.