la Vía Verde de la Subbética transcurre por la comarca de la Subbéticas, una comarca salpicada de radiantes pueblos blancos y castillos de origen árabe entre deslumbrantes rocas calizas rodeadas de infinitos campos de olivos. En su interior se halla el parque natural de las Sierras Subbéticas, espacio protegido de gran riqueza ecológica.
Nuestro recorrido por la Sierra Subbética siguiendo el trazado del antiguo Tren del aceite está llena de sorpresas. Enormes puentes de hierro, cuevas, y cañones. Un camino llano por el que pedalear es un placer rodeado del olor de las almazaras, el aroma eterno de Andalucía.
Pedaleando por las sierras del sur de Córdoba llegamos a nuestra primera sorpresa, una laguna repleta de aves, la laguna del Salobral. Luego a uno de los pueblos más bonitos de España, Zuheros. Aquí, en Zuheros hay aceite, del bueno, y quesos, de los que saben, queso, queso, de los de siempre.
Un total de 4 viaductos componen este recorrido. El primero es el viaducto sobre el río Guadajoz. Los más importantes por su longitud y panorámica que proporcionan son el de Sima, y el de Zuheros, ambos con más de cien metros de longitud.
El invierno es la mejor época para ver las aves de la laguna del Salobral y tampoco es mal momento para pedalear por el sur de Córdoba.
Tabla de contenidos
Siguiendo el recorrido del Tren del Aceite
El recorrido sigue el mismo trazado que antaño recorría el Tren del Aceite. Aquél que recorría a una velocidad de 40 kilómetros por hora la distancia que separa Linares, en la provincia de Jaén, de Puente Genil, en Córdoba.
El tren transportaba el oro líquido de Andalucía, el aceite de oliva, pero también plomo, carbón y pasajeros. El bajo tonelaje que soportaban los viaductos de hierro nunca lo hicieron rentable y acabó cerrando en 1985.
Su trazado se ha conservado intacto, igual que sus viaductos y estaciones. Una suerte para el disfrute de los cicloturistas. Quizás la parte más bonita de la ruta son los 60 kilómetros por el sur de la provincia de Córdoba.
Inicio de la ruta
El viaducto sobre el río Guadajoz, inicio de la Vía verde de la Subbética, se encuentra a 10 kilómetros de la estación de Luque, en la frontera entre Córdoba y Jaén.
No tiene acceso en coche por lo que lo mejor es acercarse pedaleando desde la estación a 70 kilómetros al sureste de Córdoba por la N-432 en dirección a Granada.
El viaducto es un imponente puente de estructura reticular metálica de 199 metros de longitud por 50 de altura. Reliquia de arquitectura de hierro del siglo XIX, fue construido en 1891 por la casa francesa Daydé-Pillé, la misma que construyo los Mirabeau y Bir-hakeim sobre el río Sena en París.
La Laguna del Salobral
A unos cuatro kilómetros de iniciar la ruta, nos encontramos ya con la primera sorpresa, la Laguna del Salobral. Se encuentra a seis kilómetros al este de la estación de Luque y bordea la vía verde por el norte, donde se encuentra un observatorio.
La Laguna del Salobral es la mayor laguna de Córdoba. Una charca estacional de 46 hectáreas –lo que equivale a 40 campos de futbol- que sirve de refugio de invierno de una gran cantidad de aves acuáticas, como las grullas, cigüeñas, cormoranes, ánades, y la malvasía cabeciblanca, entre otras.
La antigua estación de Luque
Tendríamos que alejarnos de la Vía Verde de la Subbética, subiendo tres kilómetros hacia arriba para visitar el pueblo de Luque, y aunque es un pueblo bonito, típico de la zona, blanco y con su castillo nazarí, en esta ocasión no lo vamos a visitar.
Lo que sí vamos a visitar es la antigua estación de Luque, situada en el kilómetro 10 de la ruta. Transformada actualmente en un bar-restaurante, donde se conserva el andén cubierto y los viejos vagones de mercancías, la estación es un punto turístico de interés. Una muestra son la cantidad de autobuses de japonés que se acercan a visitar este complejo ferroviario gastronómico oleícola.
Este es un buen lugar para desayunar o comerse algo. También para visitar su museo del aceite, y de paso, comprar alguno en su tienda.
Zuheros
En el kilómetro 17 de la ruta se encuentra el fotogénico pueblo de Zuheros. Un bello pueblo de blancos caseríos agolpados en torno a un castillo ubicado en el alto de una roca.
Sujaira, “roca inexpugnable” como llamaron los moros a este lugar tiene un caserío impecable. Sus muros encalados se rematan por debajo con una finísima línea negra para que la unión con la acera sea perfecta, por eso también le llaman la cenefilla.
La cueva de los Murciélagos
El cerro calizo de la Subbética que protege Zuheros atesora en su interior una de las oquedades más grandes del sur meridional. A cuatro kilómetros del pueblo de Zuheros se encuentra la cueva de los Murciélagos, una verdadera escultura de la naturaleza, llamada así, por la gran cantidad de estos animales que la habitan.
Es la única cueva visitable de todas las grutas krásticas que existen en la zona. Dentro de ella hoy en día todo es silencio y oscuridad, sin embargo hubo un tiempo en que estuvo habitada y actualmente constituye un conjunto arqueológico de valor excepcional,
Destaca por sus formaciones calizas de estalactitas y estalagmitas que aparecen en salas abiertas como las de los Estratos, la Celosía, el Órgano o la más importante, la de las Formaciones. Pero también tiene gran valor arqueológico justificado por los hallazgos prehistóricos, por ser un importante yacimiento del neolítico, así como por sus muestras de arte rupestre del Paleolítico Superior. Aquí El Homo sapiens dejó en su legado, además de útiles de piedra, restos de cereales carbonizados, grabados en las paredes con pinturas de diferentes animales (cabras, caballos, ciervos…) y otra figuras que datan de hace unos 18 000 años. Además se localizó el cadáver de una persona enterrada en un gur (antiguo charco).
La visita guiada por la cavidad cuesta 6€ (9 € si se combina con la visita al museo arqueológico y al castillo).
Cañón del Río Bailón
El cañón del río Bailón es un formidable tajo abierto por la erosión fluvial en la roca caliza al lado mismo del pueblo de Zuheros. Muchos senderistas visitan la zona para caminar por el cañón del río Bailón. Aquí un viaducto en curva de unos cien metros atraviesa la vía en un paisaje llenos de colinas y olivares.
En el área recreativa de Las Cruces nace un sendero circular de 4,7 kilómetros de longitud y dos horas de duración que permute contemplar el cañón a vista de pájaro desde el Mirador de la Atalaya y luego recorrerlo por su fondo.
Doña Mencía
En el kilómetro 20 de la ruta se encuentra el pueblo de Doña Mencía. Aquí, como foodies que somos, hay que parar sí o sí para probar sus famosos vinos de Montilla-Moriles.
Luego atravesamos el único túnel del recorrido, el del Plantío, y otro viaducto espectacular, el de la Sima, de unos 13o metros de longitud.
Cabra
Finalmente llegamos a Cabra, donde acaba la parte más bonita de la vía verde de la Subbética. Aquí podemos decidir retornar a nuestro origen, con lo que recorreríamos 65 kilómetros, disfrutando del mismo paisaje que hemos recorrido antes.
La otra opción es completar la ruta 32 kilómetros más, con lo que en total se alargaría a 130 kilómetros, considerando la vuelta hasta la estación de Campo Real, cerca de puente Genil, donde concluiría nuestro trayecto del Tren del Aceite.
El Centro de Interpretación del tren de Aceite
Aquí, en Cabra, ubicada en la antigua estación, se encuentra el centro de interpretación del Tren del Aceite. En su exterior pueden verse dos curiosas máquinas (una enorme locomotora de vapor Mikado de 1912 y un tractor de maniobras diesel Pegasín de 1962) y varios vagones de mercancías.
Lucena
Siguiendo la segunda de las opciones, por el camino pasaremos por Lucena. La villa tiene una gran tradición alfarera y un gran pasado judío. De su patrimonio destaca la Capilla del Sagrario de la iglesia parroquial de San Mateo de Lucena una de las joyas del barroco cordobés. Entre su rico revestimiento ornamental se despliega un complejo programa iconográfico. También destaca el castillo de San Mateo, donde estuvo encerrado Boabdil.
Empresas de turismo activo en la Subbética
La empresa Subbética Bikes Friends alquila bicis (14€) en la antigua estación y organizan paseos guiados por la localidad (6€) visitando bodegas y rincones relacionados con la vida y obra de Juan Valera, el escritor que escribió y ambientó en Doña Mencía varias de sus bodegas. La empresa también ofrecen servicio de transfer y apoyo logístico para aquellos que realizan rutas en bici por la vía verde, algo muy útil si se desea hacer el recorrido en un único sentido.