Espalmador, el paraíso que no se toca

Espalmador es un diminuto islote perteneciente al Parque Natural de Ses Salines con un elevado nivel de protección.

Esta lengua de arena queda a solo cien metros de Formentera, al norte, apuntando a la Isla de Ibiza. Es la más salvaje y paradisíaca de las islas del Mediterráneo. Con apenas 800 metros de anchura es una isla privada de disfrute público.

Cómo llegar al Espalmador, paraíso de naturistas y ornitólogos

Esta lengua de arena está al final de es Pas d´Es Trucadors. Deja al este playas tan deslumbrantes como la de Levante y al oeste las de Cavall e Illetes. En su curso natural deja ver, con la marea baja un camino que la enlaza las playas con Espalmador.

Debido a las fuertes corrientes marinas de la zona, no es aconsejable atravesarla ni a pié ni a nado. Lo ideal, es hacerlo en un barco particular. Pero si no se tiene esa suerte, hay un ferry de línea regular que cubre la ruta desde el puerto La Sabina, unas cuantas veces al día.

Último reducto virgen de la menor de las islas Pitiusas aquí no hay edificaciones; residenciales u hoteleras, ni locales con música, ni siquiera chiringuitos playeros.

En Bassa de s´Espalmador encontramos una laguna de lodo líquido, en la que muchos se embadurna por la falsa creencia de sus beneficios medicinales cuando esto está totalmente prohibido. En esta laguna se embadurnó Paz Vega en la película Lucía y el sexo y aunque esta imagen nos quedo grabada para la posteridad, hoy en día sería imposible repetirla dada la fragilidad del lugar.

Sus estrictas leyes medioambientales han permitido mantener oculta una impresionante riqueza biológica. Una riqueza que la convierte en todo un paraíso para naturalistas y ornitólogos. Y es que aquí encuentran su hábitat ideal especies tan raras de aves marinas como el Chorlitejo patinegro, el tarro blanco o la cigüeñuela. Escondidos en un bosquecito de salinas y en la explanada salinera que se oculta en el centro de la Isla.

En el punto más alto de su costas de acantilados se erige la Torre de Sa Guardiola, levantada para vigilar a los corsarios que acechaban el codiciado estrecho entre Ibiza y Formentera.

Además de una costa acantilada, un bosque de salinas y un ramillete de atolones, Espalmador cuenta con tres playas: Sa torreta, Cala Bosch y Sálga , esta última con forma de media luna. Aquí invierten su tiempo los amantes de las actividades náuticas practicando paddle surf o buceo con aletas y tubos.

Sus inigualables, tranquilas, cálidas y azules aguas y su la riqueza de sus fondos la convierten en un auténtico paraíso. La pradera oceánica más grande del Mediterráneo, declarada Patrimonio de la Humanidad actúa como una alfombra y su fotosíntesis proporciona a la superficie todas las graduaciones del color azul.

Además, en Espalmador hay unas playas únicas distribuidas en idílicos atolones vecinos; Illa de Castelví, Illa de sÁlga, Illa de sa Torreta o Illa des Porcs, dispuestos como un anillo.

Pero si lo que buscamos es solo relajarnos, después de disfrutar de los encantos de Formentera (rutas verdes, mercadillos, gastronomía) Espalmador sigue siendo el destino. Nada es mejor que tumbarse en el paraíso y contemplar el entorno, porque no hay en el mundo un lugar semejante.

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