Existe un lugar en el sur Mallorca en el que extrañamente el hombre ha sido respetuoso con la naturaleza el Salobrar de Campos.
Aquí no se permite edificar ni fondear. Por lo tanto no hay sombrillas ni chiringuitos. En la zona del Salobrar de Campos encontramos una playa virgen y unas marismas donde se produce sal marina.
La playa de Es Trenc en el Salobrar de Campos es un arenal interminable con aguas de azul turquesa, rodeado de dunas, monte y pinar. Para poder acceder a esta playa virgen de tres kilómetros, los coches deben aparcar en alguno de los aparcamientos de pago situados a más de 200 metros del mar.
Este espectacular entorno ya era conocido por los romanos hace más de 2000 años. Grandes conocedores de todo el Mediterráneo el ecosistema del Salobrar no pasó desapercibido para ellos. Clima templado, agua cristalina, suave brisa marina y una baja humedad propiciaron la creación de un sistema de balsas para producir sal marina entonces y que hoy en día, ampliado, sigue funcionando.
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Las salinas y el proceso de elaboración del la sal
Las Salinas de Es Trenc es un arenal de sal con la sal acumulada en las montañas. Se localizan en la carretera de Campos a Colónia, de Sant Jordi en el kilómetro 8, a 900 metros del mar, junto a unos caminos de acceso a la playa.
El recorrido por las mismas nos muestra como el agua va pasando por distintos tanques, donde el sol y el viento la calientan y evaporan el agua hasta que solo queda la sal. Según van aumentando de concentración, las balsas van cogiendo un color de rosado a blanco. Cuando está blanca se recolecta y envasa en función de su destino, industrial o doméstico para alimentación.
En las salinas se produce sal común y la delicada flor de sal. Estos delicados cristales de cloruro sódico se forman en la parte superior de los estanques y se recogen antes de que toquen el suelo. Considerada la sal más delicada, se comercializa mezclándola con otros ingredientes, como hiervas aromáticas, pétalos de hibisco o rosas, aceitunas negras, boletus o cítricos, por citar algunos.
Las salinas se pueden visitar todos los días. También hay visitas a la carta centradas en el lado más gourmet, la flor de sal y en las catas de productos que elaboran, a elegir entre catas de sal, combinadas con tapas o con degustación de vinos mallorquines de autor.
El sorprendente ecosistema de las salinas
Toda la zona del Salobrar está protegida bajo la figura de Área Natural de Especial Interés Paisajístico y Rural. Esto motiva que no se vea ninguna construcción en el entorno, salvo unos viejos búnkeres integrados en el entorno y una caseta de captación de agua para las salinas.
El curso del agua salada, desde que se capta a través de un canal construido con bloques de marés-típica piedra caliza de Baleares utilizada mucho para levantar muros y bóvedas-hasta que llega a las balsas pasa conducida por una acequia por zonas muy diferentes. Bosques de pinos, tamarindos y otras plantas de ecosistemas marinos, lagos y lugares más resguardados. Esto las convierte en un área de especial protección para las aves, lo que atrae a aficionados del avistamiento de aves. Ya que aquí entre otros hay garzas, correlimos, águilas pescadoras o aguiluchos laguneros y además en septiembre la marisma se llena de flamencos.
Las termas y el Faro
Cloro y sodio son los minerales principales del único manantial termal de Mallorca, famoso en toda la isla por las propiedades beneficiosas para la salud de sus aguas.
Situado a cientos de metros de las salinas, se dice que ya los romanos lo utilizaban. Con el tiempo se construyó un balneario que luego se transformó en un hotel donde hoy en día aún se puede seguir disfrutando de sus aguas en la piscina, en los baños termales o en el jacuzzi.
En el cabo de Ses Salinas sobresale un gran faro del siglo XIX, el Faro de Ses Salines. Fue construido en la segunda mitad del siglo XIX en la misma punta del cabo, hoy a 60 metros de la orilla. Fue el primero de España en funcionar con paneles solares. Desde el mismo se puede divisar en días despejados la costa de Formentera.
Concluimos nuestra ruta en Cap Enderrocat, donde hay una antigua fortaleza militar excavada en la roca y camuflada en el paisaje. En su día fue utilizada como plataforma defensiva. Hoy es un lugar desde donde admirar este magnífico Mar Mediterráneo.