Alcañiz, un fascinate lugar sobre su superficie y bajo ella

Alcañiz se encuentra a 159 kilómetros de Teruel. Ceñida por el río Guadalope, es la segunda localidad en importancia de la provincia de Teruel.

La ciudad parece un recinto monumental en torno a su bonita Plaza de España, bello conjunto medieval donde se localizan la lonja y el edificio del ayuntamiento obra maestra de la arquitectura renacentista. Cerca se encuentra la ex colegiata de Santa María la Mayor.

Sin embargo, debajo de esta plaza de estilo renacentista, se extienden una red de galerías subterráneas que no nos podemos perder y que constituyen otra ciudad, pero bajo tierra. La longitud y trazado de estos pasadizos es aún hoy un misterio, ya que aún solo se han explorado unos doscientos metros.

Lo ideal es visitar Alcañiz en Semana Santa, ya que pertenece a la “ruta del bombo tambor” y como su capital, cientos de estos no dejan de sonar durante horas durante los dos días seguidos de las celebraciones.
Para llegar hay que ir por la N-420. Después de recorrer 78 kilómetros hay que seguir otros 73 por la N-211 hasta tomar la A-2405 en dirección a Castelserás. Nuestro destino está a 8 kilómetros por la A-1409. Más información…

Patrimonio en la superficie

La prosperidad económica de la ciudad en los siglos XV y XVII llevó a levantar en Alcañiz grandes construcciones en piedra tallada agrupadas en torno a su plaza principal, la Plaza de España, dando la sensación de un crecimiento más vertical que horizontal.

La Plaza de España, casa consistorial y Lonja

La Plaza de España de Alcañiz está presidida por el edificio renacentista más notable de la comarca, el Ayuntamiento. Edificio de tres plantas de estilo italianizante rematadas por un alero de madera tallada.


A su lado también destaca la lonja o loggia, un ejemplo perfecto de la arquitectura civil gótica, y que era el lugar bajo su soportal porticado donde antiguamente se celebraban los mercados públicos. Esta solución arquitectónica se repite una y otra vez por su practicidad en mucho otros ayuntamientos.

Santa María La Mayor

La vecina ex colegiata de Santa María la Mayor, iniciada en 1736, es un templo de grandes dimensiones que combina trazos barrocos con influencias mudéjares.

De una u otra manera, lo lugareños colaboraron en los trabajos de construcción de esta iglesia que tardo casi 50 años en construirse. Por ello, es su gran obra pues para ellos tiene un gran valor sentimental.

La elegante edificación, de grandes dimensiones, es una excolegiata (hasta el año 1851) de estilo barroco que sustituyó a otra de estilo gótico que amenazaba ruina. Hoy en día solo se conserva la grandiosidad de su torre campanario gótico, símbolo del poder municipal en su tiempo con otro gran monumento, el gran castillo Calatravo.

Castillo de los Calatravos

El Castillo de los Calatravos es un castillo-convento que en su día fue sede de la Orden de Calatrava, una orden de monjes guerreros, de ahí su nombre.
Comenzó a construirse en el siglo XII sucediéndose siglos de guerras, saqueos, reconstrucciones y reformas hasta el XVIII. En la actualidad funciona como Parador de Turismo, un sitio ideal donde descansar y tomarse algo después de pasear por la ciudad y subir hasta su ubicación en la loma de Pui Pinos.

Sin embargo, la zona más interesante del Parador se encuentra detrás, en su capilla y torre del homenaje de la fortaleza primitiva. Aquí, en sus paredes aún puedes admirar parte de sus pinturas murales que solían decorar estos edificios. Unas obras de gran valor histórico y artístico por los datos que aportan sobre la vida monástica, militar y social de aquella época.

Patrimonio subterráneo

Fue al levantar el pavimento de la lonja para construir la Oficina de Turismo cuando apareció la red de pasadizos subterráneos excavados en Alcañiz en los tiempos de los árabes. Una intrincada red kilométrica de Subterráneos Medievales que unía iglesia, castillo, principales edificios del casco antiguo y extrarradio, muy común en las leyendas de los pueblos medievales y que aquí demostró ser toda una realidad.

Los pasadizos han tenido distintos usos a lo largo de la historia, muchas veces como lugar de reuniones clandestinas, refugio o medio de defensa o huida ante posibles conflictos bélicos.
Hoy, tras una acertada rehabilitación, se han convertido en un reclamo turístico tan sugerente como el de su superficie. Su longitud y trazados aún es un misterio, pues solo se han explorado y limpiado un par de centenares de metros. ¡¡¡¡Descubrámoslos!!!!.

La Bodega

La Bodega está cubierta por una bóveda de cañón de sillería de 8×5 metros de lado. Su antigua función era la de servir de almacén.

Hoy en día solo queda en pie una columna. Se accede a ella a través de la Oficina de Turismo de Alcañiz y actualmente acoge una pequeña exposición con piezas del castillo calatravo, capiteles y cerámica turolense.

Nevería Medieval

Desde la Bodega se accede a la parte más atractiva del recorrido guiado que propone la Oficina de Turismo, la Nevería.
Una especie de frigorífico que data del siglo XVI.

En este espacio se guardaba durante todo el año nieve y hielo para conservar alimentos o para fines medicinales. Tiene unos 20 metros de longitud en cuya base se conserva una red de pequeños canales que desembocan en el pozo de planta cuadrada.

Su reconstrucción pudo llevarse a cabo, gracias a un valioso grabado antiguo que fue hallado en el museo de la ciudad de Huesca.
Cuando los primeros arqueólogos y espeleólogos penetraron en la sala, una capa de dos metros y medio la colmaban prácticamente hasta el techo.

La visita a esta nevera forma parte de la ruta de Las Bóvedas, un bello recorrido por estas sorprendentes construcciones del Bajo Aragón del siglo XVI y XVII que discurre por localidades como Valdealgorfa o Calanda, entre otras.

Gastronomía

Son famosas en Alcañiz las longanizas y la perdiz escabechada, así como sus quesos. En su repostería cabe resaltar las denominadas “tetas de Santa Águeda”.

Alrededores

No podemos dejar la zona sin visitar los yacimientos rupestres Barranco de la Val del Charco del Agua Amarga, ni la comarca del Matarraña.

Los primeros fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, dentro del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica. Por su parte. La comarca de Matarraña está alejada de cualquier ruta convencional, guarda entre sus encantos cinco pueblos declarados conjunto-histórico-artístico. Estos son; Calaceite, Valderrobles, Beceite, Ráfales, y a Fresneda. Naturaleza salvaje en los puertos de Beceite e incluso un dialecto propio.

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