Los ríos Avía y Miño confluyen en Ribadavia, en la comarca del Ribeiro.
Este bello, verde, y fértil valle siempre ha estado unido al cultivo de la vid. Con ella, la elaboración de uno de los vinos con más historia y reputación de España y del mundo, el Ribeiro.
Su importancia en el desarrollo de la villa ha sido determinante. Aún hoy en día tiene reflejo en el patrimonio monumental y etnológico de la villa. En sus calles empedradas–llamadas rúas en gallego-, pero también en sus iglesias, castillos y monasterios.
Tabla de contenidos
Cómo llegar y cuando ir a Ribadavia
Ribadavia se encuentra a unos 30 kilómetros de Orense y a menos de 100 de Vigo y Santiago. Para llegar desde Santiago y Orense se va por la A-53 y para ir de de Vigo, Madrid u Oporto por la A-5. Esta localidad dista poco más de 100 kilómetros de Palencia, Burgos, León y Santander.
Hay dos fechas claves para ir a Ribadavia coincidiendo con dos eventos importantes declarados ambos fiestas de interés turístico nacional.
Uno es la Fiesta del Vino de Ribeiro, durante el primer fin de semana del mes de julio. Se realizan apertura de bodegas, catas, degustaciones música y folclore.
El otro es la Fiesta de la Historia, con la evocación del pasado judío de la localidad, los días 30 y 31 de agosto.
La historia de Rivadavia y del vino de Ribeiro
Ribadavia es Ribeiro y Ribeiro es Ribadavia. Esto es así ya que desde los inicios de esta bonita villa orensana, la urbe siempre estuvo ligada al apreciado vino gallego.
De hecho, la vid ya era cultivada por los celtas. Y su vino del Ribeiro descubierto por los romanos. Cuando vinieron a estas tierras en el siglo II atraídos por el oro que fluía arrastrado por las aguas del río Miño.
Posteriormente, con la llegada del cristianismo, se fueron instalando monasterios en su entorno.
Poco a poco, con la consolidación del Camino de Santiago se fue extendiendo al resto de reinos peninsulares la fama de la calidad de este vino gallego.
La comercialización del vino supuso un importante empuje económico, convirtiendo a Rivadavia en el principal núcleo vitivinícola de la comarca, lo que le llevo a convertirse en la capital del reino de Galicia. La villa se fue poblando de eclesiásticos de los monasterios, artesanos de distintos oficios, hidalgos y comerciantes, entre los que predominaron los judíos. La labor de los judíos fue esencial para la expansión del vino de Ribeiro, ya que la comunidad hebrea aprovechó sus contactos familiares y mercantiles para llevar el preciado caldo a los distintos mercados europeos. Portugal, Francia, Italia y Gran Bretaña pronto degustaron la calidad de estos vinos. Además, la existencia del rio Miño y su navegabilidad facilitó el comercio del Ribeiro hasta alcanzar su punto más álgido en el siglo XVIII, al exportarse al continente americano.
El vino del Ribeiro
Para conocer más sobre la historia de la villa y del vino de Ribeiro podemos visitar el Museo Etnológico, también llamado Casa de la Fundación. El edificio tuvo desde su construcción distintos usos y en la actualidad posee una importante biblioteca de fondos propios y diversos legados, como el de la familia Meruéndano, con estudios de la historia de Rivadavia y el Ribeiro.
La Denominación de origen Ribeiro es la segunda más antigua de España, quedando oficialmente reconocida en 1932.
El vino, es elaborado con uvas autóctonas, Sousón pero sobre todo la Treixadura la variedad indiscutible. Estas dan predominantemente a vinos blancos , matices aromáticos y elegantes, fundamentalmente frutosos, con recuerdos de piel de manzana y unas delicadas notas florales.
Para degustar este excelente vino en algunos sitios se sirven de las tradicionales tazas (cuncas). Tanto en taza como en copa, puedes probarlo bien en los socalcos (terrazas adaptadas a las pendientes de los valles), en bodegas o en los numerosos bares y restaurantes de la zona.
El patrimonio monumental de la villa
La historia de la villa y su relevancia está aún presente en los vestigios que perduraron a lo largo de los tiempos.
Destaca el Castillo de los Sarmiento llamado también Castillo de los Condes de Ribadavia. Una fortaleza del siglo XV representa una parte fundamental de la historia de la villa. Construido como símbolo del poder fue levantado sobre la anterior iglesia y Torre de San Xes, como recuerda la necrópolis que se incluye en el conjunto. En su interior se pueden admirar restos labrados en piedra del siglo IX y un sepulcro del XII
También las iglesias, como la Iglesia románica de Santa María de Oliveira, la de San Juán y la de Santiago, que son los mejores testimonios del románico en la ciudad y la Iglesia y Convento de Santo Domingo, uno de los mejores ejemplares del gótico medicante en Galicia. Esta última es del siglo XIII y cuenta con un claustro del más puro neoclásico gallego, una nutrida colección de capiteles historiados, hermosas muestras de arte sepulcral e imágenes del los siglos XV al XVIII.
El Barrio Judío
Si el vino y el patrimonio de Ribadavia es importante no lo es menos su bien conservada judería. Por su importancia histórica y arquitectónica forma parte de la Red de Juderías de España y del proyecto Caminos de Seafarad.
El barrio judío se desarrolló en el entorno de la Porta Nova de la muralla, convirtiéndose en poco tiempo en la aljama más poblada de toda Galicia. El motivo es que muchos de sus habitantes se resistieron a su expulsión a finales del siglo XV, abrazando el cristianismo o refugiándose posteriormente en Portugal.
Además de fisonomía de sus largas y estrechas calles empedradas, destacan las casas de granito con bodegas y típicos rellanos y voladizos donde los judíos comercializaban el vino o elaboraban y/o vendía su artesanía. En ocasiones se abre una plaza más amplia con pórticos y suelos enlosados como la de la Magdalena donde se ubica el edificio que en su tiempo albergó la Sinagoga.
Las huellas más destacadas de la herencia judía de Rivadavia son La Casa de La Inquisición, un bonito edificio del siglo XVI cuya artística fachada recrea los escudos de las familias ligadas al Santo oficio en la villa. La otra es el Centro de interpretación judía de Galicia.
También de herencia judía es A Tafona da Herminia, un horno especializado en dulcería sefardí tradicional.
Otros lugares de interés en los alrededores de Ribadavia
Las termas de prexigueiro
Si quieres relajar el cuerpo y la mente en Rivadavia, como en el resto de la provincia de Orense, las termas son una opción.
En la parroquia de Prexigueiro se encuentran las termas del mismo nombre, que tras la apertura de su balneario -proyecto de Vila Termal Prexigueiro-marca el antes y el después de estas instalaciones.
Obra del prestigioso arquitecto Álvaro Varela de Ugarte. Las diferentes salas se identifican con el nombre de lugares próximos como San Xés o Pazos de Arenteiro.
El complejo alberga ocho termas en total, seis de agua caliente -entre 37 y 41º-, una de ellas con Spa y dos de agua fría, con capacidad para entre 20 y 25 personas, aunque una de ellas llega a las 30. Su uso se basa en los contrastes térmicos.
iglesia de San Xes de Francelos
En Francelos, a las afueras de la ciudad, se encuentra una iglesia que merece una mención especial por su singularidad. La Iglesia San Xes de Francelos es considerada una obra de arte prerrománica.
De influencia asturiana, lo más destacado es la delicada celosía situada junto a un arco de herradura, elementos casi insólitos en Galicia.
El Monasterio de Santa María de Clodio y Viña Meín
Otro monumento de interés es El Monasterio de Santa María de Clodio en Leiro, a mitad de camino entre Ribadavia y O Carballino, junto al río Avia.
Su origen es medieval y alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XII y XIII. En la actualidad ha sido rehabilitado como hotel monumento que combina historia y modernidad.
Es recomendable hacer un tour por las bodegas y aldeas medievales del vino de los alrededores de Ribadavia.
Por último, Viña Meín, es según la historia de Galicia uno de los primeros asentamientos de población. Nacido a la sombra del Monasterio de San Clodio y ligado al origen de la viticultura en la comarca del Ribeiro.
