En el corazón de la provincia de Álava pero perteneciente a la de Burgos se encuentra el Condado de Treviño. Un lugar repleto de historia y con muchos lugares de interés turístico esparcidos por sus más de cincuenta pueblos, donde visigodos y ascetas moldearon su roca y pasado dejando una huella imborrable.
Los municipios de Laño, Faido y Markínez atesoran uno de los más importantes conjuntos de ermitas, iglesias y necrópolis excavadas en la roca de toda la península ibérica.
Laño se encuentra a 27 kilómetros de Vitoria, con acceso por la BU-7 y después tomando la A-124. Un camino de 7 kilómetros y sin dificultada lleva desde el pueblo hasta sus dos conjuntos de cuevas.
Cualquier época del año es buena para visitar este fascinante y singular condado, siempre claro está que la climatología sea buena, pero antes vamos a conocer algo de su historia.
Historia del Condado de Treviño
Hace más de 1300 años, un pequeño grupo de seguidores del obispo Prisciliano condenado por herejía al defender la austeridad y pobreza dentro de la Iglesia, en esa época de opulencia, encontraron refugio en lo que hoy es el Condado de Treviño.
Este territorio cubierto de frondosos bosques sirvió de escenario para que los cismáticos priscilianistas sentaran las bases de la vida eremítica.
Precursores del monacato y defensores del estilo asceta siguieron estas escarpadas paredes calizas en las que se asienta el pueblo de Laño para excavar un impresionante conjunto de iglesias , celdas y sepulturas rupestres. Su abundancia, estado de conservación y categoría ha convertido a este legado en un verdadero tesoro. Un valle santo que nada tiene que envidiar a las de la fascinante Capadocia turca.
Las Cuevas Eremíticas de Laño
Fechadas en la época visigoda, dos grupos eremíticos que puedes visitar por libre ocupan los escarpes del valle de Barruntia: Las Gobas y Santorcaria.
Las Gobas y Santorcaria son dos conjuntos de cuevas excavadas a pico y situadas una enfrente de la otra. En ellas una comunidad campesina visigoda estableció sus viviendas, templos rupestres, almacenes y celdas. Siglos después de su abandono fueron reutilizadas como necrópolis medieval, con decenas de tumbas antropomórficas.
Las Gobas
Cuenta con trece cuevas artificiales agujereadas en sus rocas calizas arenosas. Casi contiguas se localizan dos iglesias protegidas con una vegetación de enebros, arces, bojes y quejicos y rodeadas de celdas individuales donde vivían los monjes.
Los dos templos rupestres presentan una nave única rectangular, cámara lateral, presbiterio y contraábside con planta de herradura.
Cada una de estas iglesias presenta unas características peculiares. La iglesia inferior posee una impactante y bien trabajada bóveda de cañón con cuatro arcos fajones fingidos. La superior por su parte, es más amplia y en su suelo aparecen cavadas un gran número de tumbas. Sus muros además, recogen una serie de inscripciones dejadas por los visigodos y anacoretas que las construyeron. Algunos de los cuales dejaron gravados en la piedra sus nombres ( Armerius, Flainus, Stanasius…) para el resto de los siglos.
Santorcaria
Enfrente de Las Gobas, en la otra orilla del río se encuentra el conjunto eremítico de Santorcaria.Como ocurren en Las Gobas, las zonas habitacionales y las necrópolis son altomedievales. Pertenecieron a una comunidad campesina que se instaló allí en torno al siglo IX. De las dieciocho cuevas artificiales cavadas en la piedra sobresalen dos iglesia, unas viviendas y varios almacenes.
Ermita de Nuestra Señora de la Peña en Faido
Cerca de Laño se encuentra la localidad alavesa de Faido, donde merece la pena acercarse para visitar la hermosa ermita de Nuestra Señora de la Peña.
Construida dentro de una cueva excavada en la roca en el siglo VI., esta ermita está considerada una de las iglesias cristianas más antiguas (en las que se ha mantenido el culto ininterrumpido) que se conservan actualmente en el País Vasco, lo que ha valido la etiqueta de Monumento Nacional.
Situada en lo alto de una ladera, desde aquí se puede divisar un extenso y frondoso bosque. Un cerrado pórtico edificado en el s. XIII protege la ermita construida antes, en el VI.
Articulada en cuatro niveles presenta capillas adornadas por misteriosa simbología visigoda y distinto pinturas murales.
También aquí se encuentran escavadas en el suelo tumbas antropomorfas de la época altomedieval y un retablo rupestre con la imagen gótica de la patrona. Pero sobre todo, llama la atención una enigmática y monolítica pila bautismal.
Ermita de Santa Leocadia de Markinez
Para finalizar nuestra excursión, solo nos queda acercarnos a la localidad alavesa bien conservada de Markínez.
Perteneciente a la localidad está la Ermita de Santa Leocadia. Excavada en el interior de una peña sobresale protegidos por una verja, un grupo escultórico en bajorrelieve con dos figuras desnudas una de ellas montada a caballo. Se trataría de una representación de Epona (diosa de los caballos) y de una figura implorante de probable, que no cierto, origen celta.
Otros lugares de interés en el condado de Treviño
El Parque Natural de Izki situado en Urturi, en la montaña alavesa alberga uno de los mayores bosques de roble marojo y de abedules más importantes de Europa .
En sus inmediaciones se sitúa el Campo de Golf de Izki , diseñado por el mítico golfista cántabro Severiano Ballesteros.
También podemos hacer senderismo por el desfiladero del río Ayuda, visitar la Iglesia de San Vicente (Vicentejo) de Treviño –o de La Purísima Concepción-, joya del románico, o pasear por el pueblo deshabitado (y “maldito”) de Ochate y percibir junto a su Ermita de Burgondo todo el misterio que lo rodea.
