La Delta del Ebro -Delta De LÉbre- es una de las maravillas de la península ibérica. La ruta abarca unos 30 kilómetros del curso del río desde Horta de San Joan a la Delta. Durante la misma atravesaremos playas salvajes, lagunas y planicies sembradas de arroz, contemplaremos las aves y finalmente llegaremos al mar.
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Iniciando la ruta en Tortosa
Partiremos de la histórica Tortosa, capital de la comarca del Baix Ebre, una de las ciudades pequeñas con más historia de nuestra geografía. La historia nos remonta en el momento en que los íberos se establecieron en este lugar. Algunos historiadores afirman que la actual Tortosa fue en su día Ibera. Si esto fuese así, esta ciudad habría dado el nombre al Ebro y a toda la península ibérica.
Tortosa se encuentra cerca de la desembocadura del río Ebro y lo primero que llama la atención es el castillo árabe de la Suda o de Sant Joan, ubicado sobre una colina y declarado Monumento Nacional. Hoy, reconvertido en Parador de Turismo, es un lugar estupendo en el que alojarse.
La ciudad conserva significativas muestras de arquitectura medieval, renacentista, barroca y modernista. Ha sido declarada conjunto histórico-artístico.
El río en sí, que atraviesa Tortosa, es uno de los grandes tesoros de la ciudad. Para conocerlo una buena opción es surcarlo río abajo a bordo del barco tradicional como el de Lo Sirgador. Si además la travesía lo realizas al atardecer, mientras el sol se se esconde detrás del macizo Els Ports, la experiencia es inolvidable.
Patrimonio monumental
La ciudad, declarada conjunto histórico-artístico, conserva significativas muestras de arquitectura medieval, renacentista, barroca y modernista.
Cerca del río se extiende la parte antigua de la localidad, con la Catedral gótica de Santa María, del siglo XIV. De fachada barroca, tres naves y claustro, en su interior destacan el retablo mayor policromado, del siglo XIV; y el de la Transfiguración, del siglo XV, así como la capilla de la Cinta, del siglo XVIII, con mármoles italianos y jaspes de Tortosa.
El visitante puede admirar también el Palacio Episcopal, construido en el siglo XIV, con patio, galería y escalera en saledizo, y en el interior una capilla del año 1316, con puerta de piedra policromada y esculturas del siglo XIV.
La ciudad luce hoy en día esplendorosa. Además de las edificaciones ya mencionadas son de interés son el claustro gótico del convento de Santa Clara (siglo XIV); los Reales Colegios de Tortosa, fundados por Carlos V en 1564 para la educación de los moriscos; el mercado modernista de estructura metálica; la Lonja (siglo XIV), en la que antiguamente se establecía el precio del trigo para toda la cuenca occidental del Mediterráneo, así como un recorrido por el barrio de Remolins, donde se encuentran el antiguo barrio judío, la calle de Els Gentilhomes y el palacio de los Despuig. Más información…
Ruta en bicicleta hasta MonNatura
Si obtamos por pedalear, la opción es transitar por el camino natural de Tortosa a Deltebre. Atravesando arrozales llegamos a MónNatura, un interesante centro de interpretación del Delta del Ebro. Allí se recrea la actividad salinera, una de las más importantes de la zona. La visita incluye subirse en su embarcadero a una pontona que es una de las típicas barcas de perchar y experimentar la navegación por aguas poco profundas.
Es aquí, desde el mirador 360º de MónNatura desde se obtienen las mejores vistas de la zona. Entre la diversidad de la fauna de la Delta del Ebro se encuentra la garcilla bueyera, la gaviota de Adouin, la garza imperial, los flamencos…en total más de 300 especies, lo que representa una de las comunidades de aves más ricas de la península.
Aquí también destacan algunos de los elementos más característicos de la península. Desde la Laguna de la Tancada hasta las antiguas salinas de Sant Antoni, sin olvidar la hermosa extensión de arena de la playa El Trabucador.
En Monsport nos ayudan con la ruta y/o el alquiler de bicicletas.
Inmersión en la cultura local
Para un foodies nada es mejor que encaminarnos a la laguna de L´Encanyissada para introducirnos en la cultura local.
En la carretera de La Rápita a Poble Nou, lo primera primera de las experiencias que podemos disfrutar es en Sant Carles de La Rápita. Aquí, la Cofradía de Pescadores de Sant Pere realiza demostraciones de Pesca introduciéndonos en la pesca de la patena, que es una red que se utiliza para capturar anguilas. Al final se ofrece una degustación de las capturas con el vermut.
También es auténtica experiencia la degustación de las joyas de la bahía; Ostras y mejillones sobre una batea, como la Musclarium. La experiencia comienza con un viaje en lancha hasta ella, donde se da a conocer la historia de la actividad de acuicultura y se realiza la degustación de estas delicias gastronómicas.
Deltebre y Nou del Delta
Al sur de la provincia de Tarragona, en plena desembocadura del río Ebro, en la comarca del Baix Ebre, se encuentra Deltebre. La localidad es un punto de partida para conocer uno de los humedales más importantes de España: el Parque Natural del Delta del Ebro.
El parque está formado por un conjunto de canales, lagunas y arenales que atrae a gran número de aves migratorias. Varias empresas realizan cruceros fluviales que recorren el curso del río hasta su desembocadura.
También es recomendable pararse en el pueblo Nou Del Delta situado en pleno corazón del Delta. Aquí destacan sus calles ajardinadas, con palmeras y casas coloniales.
Aquí hay que contemplar los arrozales, pues quienes habitan la Delta del Ebro dicen que las estaciones van dejando su impronta a lo largo del año, generando así cuatro paisajes diferentes. En primavera, el color verde inunda los campos de arroz, los mismos que se tornan dorados en el verano. Enlodados tras la siega e inundados como espejos se van transformando año tras año.
Por último, no podemos dejar esta tierra sin contemplar el mar con la puesta de sol, cuando el este se vuelve irisado y con infinidad de tonalidades ambarinas y degustar su rica gastronomía. El arroz cultivado en el delta, que cuenta con Denominación de Origen propia y las angulas del Delta del Ebro son algunos de los productos costeros que nos brinda la gastronomía de la zona. Más información…
Sant Carles de la Ràpita
La localidad de Sant Carles de la Ràpita fue en la época musulmana, un centro espiritual y religioso muy importante. Tras ser reconquistado en el siglo XI, se estableció una comunidad de monjes hasta el siglo XVI.
En el XVIII, con la llegada de los Borbones, se cambió la fisonomía del lugar con proyectos como el canal de navegación, la fortificación del puerto, la plaça de Carles III, la Esglèsia Nova, la Glorieta, las Fonts de les Alamedes, la plaça del Mercat, punto neurálgico de la población, y los Porches. También destaca el mirador de la Guardiola, de 116 metros de altura, indicado para admirar la panorámica del Delta.
Además de historia, Sant Carles de la Ràpita, cuenta con extensas playas, ideales para practicar actividades náuticas como el submarinismo, la vela o el windsurf. De su gastronomía, destaca por encima de todo su langostino, exquisito y de gran fama. Más información…
Recorrer la Vía Verde de la Val de Zafán
La Vía Verde de La Val de Zafán atraviesa el Parque Natural de Ports. El bonito paisaje de montaña del Parque contrasta con el de las llanuras del Delta.
La ruta la comenzamos en Horta de Sant Joan, el lugar en el que por dos ocasiones estuvo residiendo el célebre pintor malagueño Pablo Picasso.
Desde allí tomamos la vía verde en sentido sur por la antigua vía férrea del valle de Safán.
Pedaleando entre abruptas montañas, pasando por bosques de pinos silvestres y por valles de encinas, descubrimos puentes, acueductos, túneles y antiguas estaciones reconstruidas.
Se recomienda detenerse a la altura de Pinell de Brai para visitar su hermosa Catedral del Vi, un edificio cooperativista de estilo modernista de principios del siglo XX. Diseñado por César Martinel, discípulo de Antonio Gaudí.