Cerca de Sevilla, a unos pocos kilómetros se encuentra Itálica, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de España, itálica.
Aquí perviven a lo largo de los siglos los vestigios de una ciudad romana en la que nacieron los emperadores Trajano y según algunas fuentes también Adriano.
A pocos kilómetros de esta antigua metrópoli, en el otro de los extremos de Santiponce, más próximo al cauce del Guadalquivir, está el Monasterio de San Isidoro del Campo. Este soberbio complejo monumental se distribuye en torno a sus cinco claustros y su iglesia, presidida por valiosos retablos y tallas del imaginero barroco Juan Martínez Montañés.
Aquí durante décadas se formaron y dieron a conocer al mundo sus enseñanzas unos monjes adelantados a su tiempo.
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El Conjunto Arqueológico de Itálica
Dentro de las contiendas de la segunda guerra púnica entre cartagineses y romanos, en el año 206 a.C un soldado romano herido en la batalla de Ilipa, en Alcalá del Río, fundó la ciudad de Itálica.
Poco a poco el campamento fue creciendo hasta que en el siglo I d.C numerosas familias patricias de itálica alcanzaron una gran influencia en Roma.
Los gobiernos de los emperadores Trajano y Adriano trajeron el auge de esta ciudad, construyendo amplias calles y manzanas, lujosas casas patricias, obras hidráulicas y de saneamiento, así como grandiosos edificios públicos como las termas mayores o el anfiteatro.
El imponente anfiteatro con aforo de 25000 asientos, superaba el censo de la ciudad, que en sus mejores épocas llegó a alcanzar los 10.000 habitantes. Hoy en día, el anfiteatro es el eje principal de la visita al conjunto arqueológico de itálica.
Un sendero entre pinos nos conduce entre pinos a los miradores. Desde ahí, hacia el sur en suave desnivel, se puede admirar la grandiosidad de la antigua metrópoli. Ahí se encuentra el monasterio de Neptuno, la exedra, La casa de los Pájaros –antigua residencia de una influyente familia patricia con un mosaico con motivos de pájaros-o el palacio del Planetario.
Ya fuera de conjunto arqueológico y rodeado de viviendas modernas se encuentra el teatro. Contaba con una capacidad de 3000 espectadores para las representaciones tragicómicas que allí se representan.
Existe un pequeño centro de interpretación próximo al anfiteatro con información histórica de la ciudad y sobre el proceso arqueológico de los últimos siglos.
de itálica a El monasterio de San Isidoro del Campo
Pocas décadas después de que Sevilla fuese conquistada por los cristianos en 1301, Alfonso Pérez de Guzmán-Guzmán El Bueno- fundó sobre una vieja ermita mozárabe el cenobio como panteón familiar . Según una leyenda, en esa ermita habría sido enterrado San Isidoro de Sevilla.
Por el monasterio pasaron distintas órdenes religiosas. Fue en el siglo XVI cuando se inició la reforma por unos monjes que leyeron y tradujeron libros prohibidos por la inquisición. Algunos de ellos perecieron en la hoguera acusados de herejía, cuando lo único que pretendieron era dar una lectura más humana y cercana a una religiosidad estricta y desfasada de la época.
Uno de esos monjes reformistas fue Casiodoro de reina, el cual consiguió escapar a Europa después de haber traducido la primera biblia a lengua castellana.
En nuestra visita a las distintas dependencias se respira todo ese ambiente monacal, donde destacan abundantes pinturas barrocas y grandes cuadros murales.
La Isla de la Cartuja
Itálica está próxima a Sevilla pero más próxima está la Isla de la Cartuja. Allí el Guadalquivir describe un meandro. En su planicie, allá por 1992 se celebró la Expo.
De aquella exposición universal hoy siguen en pié muchos pabellones convertidos en centros expositivos y lúdicos, hoteles, y empresas. Uno de ellos es por ejemplo Isla Mágica. Junto a la Torre Pelli está CaixaForum.
Aquí podemos ver el Monasterio de la Cartuja que acoge el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo
la Iglesia de Santiponce
Además de Itálica y del Monasterio de Isidoro del Campo, Santiponce posee una Iglesia parroquial de estilo barroco ubicada en el centro histórico de la villa. En su interior se veneran imágenes religiosas de Semana Santa.
