Visita a las cuevas burgalesas Ojo Guareña

En esta ocasión vamos a visitar  Ojo Guareña, un auténtico monumento natural. Uno de los pocos lugares del mundo donde es posible rastrear el origen de la humanidad desde el Paleolítico Inferior hasta nuestros días. Estamos en la comarca burgalesa de Las Merindades.

Ya hace más de 45000 años los neandertales eligieron el intrincado laberinto de sus cuevas como refugio. Casi 110 kilómetros de longitud en uno de los complejos kársticos/cárstico más extensos de la península ibérica y uno de los 15 mayores del mundo de gran interés arqueológico y estereológico.

Aquí, puedes acercarte a la Casa del Parque Ojo Guareña, en el pueblo de Quintanilla del Rebollar donde te darán a conocer toda la información relativa a este monumento natural.

Inicio de la ruta de Ojo Guareña

Ojo del Guareña es el punto de inicio de nuestra visita. Un sumidero que da nombre al espacio natural, a través del cual las aguas del río Guareña se introducen en el interior de las cuevas calizas. Un lugar realmente llamativo sobre todo en los deshielos, cuando el agua se precipita sobre las rocas y la densa vegetación.
Por encima del sumidero en el escarpe calizo que da forma al el Circo de San Bernabé se localiza la ermita rupestre de San Bernabé. En ella se encentran unas pinturas que narran la vida de San Tirso, el otro Santo del templo. Al lado se abre un gran portalón natural que da acceso a la sala donde hace decenios se celebraba el concejo de la Merindad de Sotoscueva, ayuntamiento al que pertenece el conjunto Ojo Guareña. Aquí está también la taquilla y la entrada a la Cueva de la Ermita. La visita incluye una proyección sobre los valores del complejo kárstico, de varios restos arqueológicos y de la enorme caverna de medio kilómetro.

Otras cuevas

Para recorrer la Cueva Palomera se ha de estar en unas mínimas condiciones físicas puede recorrer un tramo acompañado por expertos guías. Hay dos recorridos; El corto, de unas dos horas y media y que comprende 1,5 kilómetros y el largo de unas cuatro horas y 2,5 kilómetros.
La temperatura en el interior de la cueva no sobrepasa los 8ºC por lo que además de con casco y botas de suela antideslizante se tiene que ir muy abrigado. El recorrido conduce a una dolina en cuyo fondo cubierta de líquenes está la entrada a las cuevas. En medio del silencio de la enormidad solo se escucha el goteo de las estalactitas hasta alcanzar Sima Dolencias, uno de los lugares más impresionantes de las cuevas. Una cavidad de más de 60 metros de profundidad abierta por la que se precipita una cascada que dadas las bajas temperaturas suele helarse por completo en invierno.

otros planes

Unas cuantas horas en el interior de las cuevas es suficiente para una persona tan claustrofóbica como yo, a pesar de que la experiencia es especial. Ya en la superficie es maravilloso ver el cielo y oler la vegetación.

Para los que les guste el senderismo en esta zona hay diez rutas circulares perfectamente señalizadas. Unos 97 kilómetros en total que te acercan a los enclaves más destacados; La cascada de La Mea, los Canales de Dulla o el Pico del Cuerno.

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