El río Najerilla a pesar de que su nombre nos puede llevar a engaño, es con casi 100 kilómetros de curso, el río de mayor longitud y caudal de La Rioja, la cual atraviesa para luego desembocar en el río Ebro. Dos monasterios, el de Santa María La Real de Nájera y el de Valvanera maravillan a todo aquel que siga la senda que remonta el río Nájerilla, hasta su nacimiento en la Sierra de Burgos.
Dos circunstancias explican la importancia y la grandeza del monasterio medieval de Nájera. El primero es que se encuentra en pleno Camino de Santiago. El segundo es que fue elegido como lugar de enterramiento por los monarcas del reino de Nájera-Pamplona.
A la sombra de la Sierra de la Demanda y entre bosques de enorme diversidad, donde proliferan distintas especies como hayas, robles, pinos, fresnos, avellanos, arces…están enterrados multitud de reyes y nobles que conviven con el espíritu de la patrona de los riojanos.
Todo ello nos ha despertado el interés por recorrer una ruta en la que descubriremos pueblos olvidados de gran belleza, donde sigue vive la trashumancia y saborearemos una cocina contundente donde es obligada las alubias rojas de Anguiano, conocidas como caparrones.
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Iniciando nuestra ruta en Nájera
En vez de iniciar la ruta en el nacimiento del río Najerilla en Burgos, lo recorreremos en sentido contrario de abajo a arriba, empezando por la población que le dio nombre, Nájera.
Aquí, el Monasterio de Santa María La Leal fundado a mediados del siglo XI goza de muchos atractivos como para obviar una visita. Este gran monasterio cuenta entre otras, con tres maravillas que nos sorprenden:
Los artísticos sepulcros (algunos románicos, los más renacentistas) de los monarcas de Nájera-Pamplona, precursores del reino de Navarra. Aquí también descansan infantes, duques, condes y así hasta un total de 35 personajes. Destaca el sepulcro de una reina de Portugal y el románico de Blanca de Navarra, en el panteón (Real) de los infantes.
El monasterio se encuentra bordeado por el Camino de Santiago y lleno de rincones curiosos como la sillería gótica del coro o la cueva donde su fundador, García Sánchez III descubrió una imagen de la Virgen mientras cazaba.
El claustro de los caballeros, combina el gótico florido de las bóvedas y pilares con el plateresco de las tracerías de los arcos, donde el sol entra con esplendor a través de sus calados.
La visita se hace por libre, con la ayuda de paneles informativos. También se puede descargar gratuitamente una audioguía. Abre todos los días excepto los lunes y la entrada es de 4€.
Visitando Anguiano
A diecinueve kilómetros de Nájera río arriba, se encuentra Anguiano, un pueblo famoso por sus caparrones, alubias rojas y sobre todo por su festival Danza de los Zancos.
Durante el festival, que se celebra los días 21, 22 y 23 de julio coincidiendo con las fiestas de la Magdalena y el último fin de semana de septiembre, se pueden ver a los danzantes de Anguiano. Los participantes ataviados de amplios faldones y subidos a zancos de 50 centímetros de altura se lanzan dando vueltas como peonzas por una empinada cuesta de cantos rodados. Al final del cual son detenidos por el airbag humano de la muchedumbre.
En Anguiano, el Najerilla se encañona entre los riscos calizos que son frecuentados por los escaladores.
Si queremos cruzar al barrio de Cuevas, en la otra orilla, tenemos que transitar por un rústico puente de un solo ojo del siglo XVIII. Se llama Madre de Dios, probablemente porque desde la altura en el que se encuentra sobre el rió, unos 30 metros, da miedo mirar.
Su monasterio …
A 14 kilómetros más arriba del pueblo se encuentra el Monasterio de Valvanera . Los orígenes de este santuario-monasterio de Anguiano donde se venera a la patrona de La Rioja se remontan al siglo X, pero la iglesia actual es del siglo XIV, de estilo gótico tardío.
Se puede visitar el templo de una sola nave y con forma de cruz y el camarín de la Virgen, cuya imagen se cree románica. Abre todos los días con entrada gratuita
…Y su entorno
El entorno del Monasterio es espectacular. A mil metros sobre el nivel del mar, su entorno es espectacular. Un valle verde rodeado de montes. El Mori hacia el norte, el Umbría al sur, el Cándalo al este y el Pancrudo al oeste.
También bosques y agua, pues el nombre de Valvanera, según cuenta, podría venir de Vallis Venaria, que significa valle de de las venas de agua.
Por él discurre un sendero circular de 4,5 kilómetros, bien señalizado y que en menos de dos horas nos lleva hasta el río por la ladera soleada, entre encinas y vuelve por la umbría entre hayas. Pero también hay otros caminos más dificultosos, largos y duros y como dice el folleto informativo del santuario “para hombres”.
Aquí se podrán reponer fuerzas en el restaurante de la hospedería donde se sirven los afamados caparrones y degustar un chupito del licor que hacen los monjes en el monasterio, al que añaden digestivo enebro de los collados y manzanilla serrana.
Llegando a Viniegra de Abajo y de Arriba
Tras visitar el monasterio de Valvanera hay que retornar a la carretera principal y seguir subiendo por el Najerilla, hasta dar con el puente de la Hiedra. Del siglo XIV y estilo entre gótico y hipster, donde como su nombre indica, las hiedras campan a sus anchas, cayendo como si fuesen grandes barbas sobre la boca de su arco apuntado.
En el kilómetro 25 de la carretera LR-113, junto a la venta del Goyo, se desvía la carretera que conduce a Viniegra de Abajo y Viniegra de Arriba, dos núcleos de arquitectura popular bien conservada.
Viniegra de Arriba, limítrofe con Soria , mantiene todo el encanto de los pueblos serranos de antaño, con sus casas de piedra rojiza, sus empinadas calles empedradas, su fuente de tres caños y sus corrales en lo alto, a cuyas puertas sestea el ganado, unas 2000 ovejas, e las cuales viven como en la época de La Mesta.
Viniegra de Abajo, ofrece un aspecto más cuidado con varios palacetes indianos, cuatro restaurantes y otros tantos alojamientos de turismo rural pues vive de los turistas que aquí se acercan, entre otras cosas para practicar senderismo. Cuenta con una red de senderos señalizados
Finalizando nuestro recorrido en el Alto Najerilla
Volviendo de nuevo a la carretera principal, bordeamos el embalse de Mansilla, alimentado de las aguas puras del río Mansilla, el cual nace en sus inmediaciones.
Sobre el embalse sobresalen las ruinas del pueblo de Mansilla de la Sierra. Un pueblo en el que vivían medio millar de personas y que fue anegado en 1959.
Hoy en día, este pueblo fantasma, que se asoma cuando baja el nivel del pantano, dejando al descubierto su iglesia, puentes y casas, es una de las mayores atracciones turísticas de la zona.
Siguiendo el camino enseguida llegamos al bonito pueblo de Canales de la Sierra. Un pueblo que antaño llegó a albergar a unos mil vecinos y que hoy solo conserva unos 25 en invierno.
Aquí, junto al pueblo, se encuentra la Iglesia de San Cristobal de Canales de la Sierra. Un encantador templo románico riojano con numerosos puntos de contacto con el arte asturiano.
Su acceso es libre y bien señalizado y en su interior podemos admirar su pórtico de capiteles historiados, a través de cuyos arcos podemos admirar a modo de mirador los montes adyacentes. Todo un espectáculo.
