Alejándonos de la costa mediterránea, en el interior de la provincia de Tarragona se encuentra una comarca excepcional, la Conca de Barberà. En ella, entre tanta belleza, sobresalen dos lugares espectaculares. Uno de ellos es el monasterio de Santa María de Poblet. El otro, adentrándonos en apenas 22 minutos de caminata, es un espacio boscoso a los pies de las montañas de Prades; el Paraje Natural de Poblet. Un lugar ideal para visitar a finales de verano y otoño, cuando los bosques lucen con todo su esplendor y los viñedos del monasterio se lucen su mejor estampa cromática.
Iniciamos nuestra particular senda buscando este gran tesoro de la famosa ruta del Císter. Una auténtica ruta medieval donde también iremos descubriendo sus alrededores. El precioso pueblo de Prades al oeste y L´Espluga de Francolí , la amurallada Montblanc y Santes Creus al este. ¡Comencemos!
Tabla de contenidos
El monasterio de Santa María de Poblet
Su origen
En 1149, un grupo de monjes del monasterio francés de Fontfroide inició su periplo hacia el Paraje Natural de Poblet, un hermoso bosque de álamos blancos, pinos, encinas y robles repleto de fuentes. Allí levantaron poco a poco su monasterio, entre los años 1166 y 1185. Remodelado con el pasar de los siglos, el monasterio se fué convirtiendo en icono de la historia, la cultura y la espiritualidad medieval.
Situado entre las poblaciones de Vimbodi y Poblet y la Espluga de Francoli a 40 minutos de la ciudad de Tarragona y a unos minutos de Lérida este enorme monasterio se convirtió en icola piedra angular no de la Ruta del Cister y a finales del siglo XIV en panteón de la corona de Aragón.
Un monasterio Patrimonio de la Humanidad
El monasterio de Santa María de Poblet es el monasterio habitado más grande de Europa. Se compone de tres recintos, sucesión de sus sucesivas ampliaciones y reconstrucciones, con entradas monumentales como la Puerta Dorada y la Puerta Real. Consta de tres naves con transepto y una cabecera compleja, comparada con otras construcciones cistercienses de la época.
Es un lugar hay que visitarlo sin prisas. Con la misma calma y espiritualidad que caracterizaba a los monjes cistercienses del Medievo. El Centro de Visitantes y el recorrido expositivo del Museo nos ayudan a conocer toda la grandeza del monasterio a través de la tecnología del siglo XXI.
Poblet
Si el monasterio es impresionante, con su maravilloso claustro mayor y su esbelto cimborrio, no lo es menos su inigualable entorno. En él disfrutarás de un silencio enormemente placentero, solo interrumpido por el sonido de su fuente o del suave movimiento de los cipreses.
Para conocerlo, la empresa Burricleta organiza rutas de 17 kilómetros en bici eléctrica por el bello entorno de los viñedos del monasterio, donde se encuentran las antiguas granjas de Milmanda o la de Riudabella gestionadas por los propios monjes.
También puedes recorrerlo paseando, a través del sendero señalizado Arrelats, mezcla de literatura, historia e interpretación del paisaje, lo que nos permitirá conocer una quincena de árboles únicos. O también la ruta circular de tres kilómetros bajo los bosques entre la casa forestal del valle de Castellfollit y el encinar de Poblet.
Prades
Desde Poblet si seguimos hacia la parte occidental por la carretera T-700 que atraviesa el corazón de las Montañas de Prades se alcanza la conocida como Villa Roja.
Prades es llamada así porque sus edificaciones están construidas con rocas areniscas bermejas que le otorgan esa tonalidad al conjunto.
En este lugar destacan los lienzos de las antiguas murallas que aún bordean tramos de su perímetro, sus casa señoriales o la Plaza Mayor, sede entre los siglos XIV y XV de los poderosos condes de Prades.
L´Espluga de Francolí
Si desde Poblet tomamos la carretera hacia la parte oriental es imprescindible acercarse a la L´Espluga de Francolí, donde se encuentra el Celler Modernista-Museu del VI, el edificio insignia de las catedrales del vino, y la cueva de la Font Major la cual nos traslada de inmediato al Paleolítico, 120.000 años atrás.
El Museo de la vida rural es un homenaje visual y sensorial al trabajo en el campo.
Montblanc
Continuando la ruta no viajarás tan atrás, pero sí regresarás a la edad Media con toda su esencia. Aquí, en Montblanc, además del baluarte de Santa Anna y del tramo del Foradot, lo más destacado es su muralla. También se conservan puertas como la de Sant Jordi y la de Bové.
En la zona más alta del recinto amurallado, el portal del Foradot es uno de los accesos al casco antiguo de Montblanc.
Santes Creus
Si aún quieres conocer más sobre la historia de los monjes cistercienses y la monumentalidad de sus monasterios has de seguir la ruta hasta Santes Creus. La ruta lleva en media hora en coche hasta el monasterio de Santes Creus, ya en la comarca del Alt Camp. El viaje vale la pena.
El claustro gótico y el icónico rosetón de la iglesia de Santes Creus es uno de los conjuntos monásticos más bellos de Europa. Junto con el Monasterio de Poblet es otro de los monasterios de la Ruta del Císter y punto final de este recorrido lleno de espiritualidad e historia. Más información…