Hoy recorreremos el tramo costero que transcurre desde Roda de Bará a la playa de la Almadraba en Hospitalet de L´Infant. Una ruta que transcurre entre pinares, calas y los más bellos arenales dorados de esta llamada Costa Daurada.
El arco de Bará, se encuentra a 25 kilómetros de Tarragona. La N-340 es el principal hilo conductor de la ruta que sigue el antiguo trazado de la vía Augusta por Tarraco. Aquella que hace dos mil años transitaron las cuadrigas romanas con el Mare Nostrum como telón de fondo. Un viaje en el tiempo a la época romana de la Hispania Citerior, repleta de patrimonio histórico y natural.
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Calafell
Antes de iniciar nuestro periplo por la Vía Augusta, merece la pena detenerse en la localidad Calafell, un lugar especial que combina un encantador legado histórico con su tradición marinera.
Situada en lo alto de una colina a 1,5 km de la Costa Dorada entre su patrimonio monumental destaca, la iglesia románica de la Santa Creu, parte de un castillo medieval con recinto amurallado, de época lombarda -siglo XI- y restos de pinturas murales en el ábside.
Sin embargo el núcleo turístico se concentra sobre todo en el antiguo barrio pesquero, denominado La Platja o Marina de Calafell, que cuenta con restaurantes, hoteles, apartamentos y urbanizaciones.
Dentro de su término municipal de Calafell merece la pena visitar también el poblado ibérico de Les Toixoneres (siglos V-II a.C.), que actualmente se conoce como la Ciudadela Ibérica de Calafell y que ha sido reconstruido y ambientado para que los visitantes puedan evocar la civilización que habitó la zona hace veinticinco siglos. Más información…
Roda de Barà
A veinte kilómetros al norte de Tarragona capital, dentro de la comarca del Tarragonès, entre Calafell y Torredembarra, se localiza Roda de Barà un importante núcleo turístico y residencial de la Costa Daurada.
Como tal, cuenta con playas de dorada y fina arena, como playa Larga o playa Pelliseta, y con modernas instalaciones náuticas que permiten disfrutar de este soleado litoral.
En este entorno costero se podrá admirar el santuario de la Mare de Déu de Barà y los vestigios de una torre defensiva.
Ya en época romana, el enclave fue un importante punto de comunicaciones, ya que por él pasaba la Vía Augusta. En esta importante ruta se alza el monumento más emblemático de la villa, el Arco de Barà.
El Arco de Barà
A un paso de la población de Roda de Barà se encuentra el Arco de Barà, un imponente arco de triunfo de más de 10 metros de altura. Fue erigido en memoria del cónsul romano Lucio Licinio Sura a principios del siglo II d. C., en tiempos del emperador Trajano.
Después de admirarlo, lo mejores acercarse a las playas de Comorruga , Torredembarra o El Vendrell y disfrutar de una comida frente al mar en alguno de los restaurantes del pueblo marinero de Roc de Sant Gaietà.
Torredembarra
En nuestro camino por la vía Augusta en plena Costa Daurada, entre Roda de Barà y Altafulla se encuentra la localidad de Torredembarra. De sus edificaciones la construcción más antigua –probablemente del siglo XII o XIII-, es La Torre de la villa, de estilo mudéjar.
El casco antiguo de la población se puede admirar el castillo, de mediados del siglo XVI, que se comenzó a rehabilitar en 1998. Su importancia radica en el hecho de ser el único edificio civil de nueva planta del renacimiento catalán que existe en Cataluña.
De la muralla que rodeaba la ciudad en el siglo XVII se conservan dos de los portales de entrada: el de Padrines y el de la Bassa, y los restos de un contrafuerte.
Otros edificios destacados son la iglesia de Sant Pere, que alberga un órgano barroco de 1705; Cal Checo, edificio declarado Bien Cultural de Interés Local; y el faro, que es el último que se ha construido en España durante el siglo XX.
Playas y acantilados
Torredembarra goza del privilegio de poseer una de las pocas playas naturales que quedan en Cataluña, que contiene dunas semimóviles y lagunas de agua salada, Els Muntanyans.
Otras playas de gran afluencia turística son La Paella, donde está situado el paseo marítimo, y la playa del Barrio marítimo.
También de interés son los acantilados de El Roquer, de unos 2.000 metros de longitud y una altura de 25 metros; y el puerto, que ofrece una gran oferta comercial y de ocio.
Altafulla
Siguiendo unos kilómetros más alcanzamos la localidad de Altafulla, una bella población costera tarraconense que cuenta con un bello casco antiguo.
Su patrimonio histórico artístico está constituido por un castillo medieval, la iglesia de Sant Martí, algunos restos de murallas y la casa consistorial. También merece la pena destacar la ermita de Sant Antoni y el barrio marinero y turístico.
Aunque quizás lo más destacable sea la Villa de Els Munts, espléndida expresión del lujo romano de las villas rústicas de la época. Fue construida a mediados del siglo I d.C. con sus termas y mosaicos y el mar Mediterráneo a pocos metros.
Y ya que estamos aquí, nada mejor que disfrutar de un refrescante baño en su playa, donde destaca el Castillo de Tamarit en el horizonte. Más información…
El pasado medieval de la localidad está presente en la Vila Closa (el núcleo amurallado) con el castillo de 1059. Su playa es la que desemboca en el rio Gayà, forma un hábitat protegido por su riqueza faunística.
Tarragona, la romana Tarraco
Continuando nuestro periplo romano de la Vía Augusta llegaremos a Tarragona, la imperial Tarraco, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. Un auténtico museo arqueológico al aire libre donde destacan entre las huellas del glorioso pasado sus murallas, los restos del circo, el anfiteatro, y el frente a la playa del Miracle.
Para admirar tan bello panorama lo mejor es darse un paseo recorriendo sus murallas mientras visitamos algunos de los restaurantes y tiendas en torno a la plaza de la Font y la calle Trinquet Vell. Sentarse al atardecer en el anfiteatro después de visitar la catedral de Tarragona, abierta a la plaza de la Seu, en el mismo lugar donde en la época romana se alzaba el recinto de culto, y dedicada a Santa Tecla.
También es una visita imprescindible el Museo de arqueología, donde se encuentra una de las joyas de la villa romana de Calípolis, de Vila-seca, el mosaico de los peces. Así como sus nueve playas y calas (Llarga, dels Capellans, Miracle…) y el barrio de pescadores de El Serrano, donde descubrir todo el sabor del Mediterráneo.
Lugares de interés en la Vía Augusta
A seis kilómetros de Tarragona, en la antigua Vía Augusta, se encuentra el monumento funerario la Torre de los Escipiones. Cerca de la Cala Fonda, la villa de Centcelles, un espectacular conjunto monumental donde destaca la sala de la cúpula y el Acueducto de Les Ferreres, del siglo I d.C. que llevaba agua desde el rio Francoli a Tarraco.
También a unos 15 kilómetros de Tarragona se encuentra el Bosque de La Marquesa, uno de los rincones mediterráneos más bellos de la provincia debido a su fantástico estado de conservación. En la Torre de la Mora se adentra en el espeso bosque de pinos blancos y carrascos, encinas, madroños, lentiscos y sabinas que en algunos tramos se descubre como un hermoso mirador sobre el Mediterráneo. Aquí se encuentran dos de los arenales más bellos de la costa Dourada, la conocida popularmente como playa de Waikiki, la playa de Calafonda y la Cala de la Roca Plana o Calabecs.
Camino a Hospitalet de l´Infant
El último tramo de nuestro trayecto de la Vía Augusta tarraconense transcurre entre playas hasta llegar al final de nuestro periplo en Hospitalet de lÍnfant.
Cambrils
Podemos desviarnos un poco de la ruta para visitar la localidad Cambrils, una villa marinera cuya vida gira alrededor del puerto, donde sobresale una antigua torre de defensa.
Cerca del mar y antes de atravesar la rambla, se puede ver una torre de señales, denominada el Telégrafo de l’Esquirol. En en otros tiempos servía para establecer comunicación con otros lugares de la costa mediante banderolas y luces.
Desde el puerto, un camino que sigue la rambla de Garbí desemboca en la población interior.
La villa tiene una zona urbanizada con casas unifamiliares al abrigo de un castillo, la antigua fortaleza de la baronía de Vilafortuny, hoy en día centro de veraneo. Merece la pena pararse en el santuario de El Camí, con cripta y una torre de vigía adosada. Más información…
Atravesamos las playas de Cambrils y el perfil costero de Mont-Roig del Camp, es decir la conocida como Miami Playa, con su cala de Les Sirenes, integrada en un conjunto de ocho calas catalogadas como espacios naturales protegidos.
También la villa romana de Calípolis, en Vila-seca, cerca de la playa de la Pineda, un arenal de tres kilómetros de aguas tranquilas y transparentes
Y al final del trayecto dos joyas naturales más, la playa de El Torn, en el espacio natural de Les Rojales en Hospitalet de lÍnfant, una de las playas naturistas más famosas de la Costa Daurada y la espectacular de la Almadraba.