Los silenciosos y auténticos Valles Pasiegos

Los valles Pasiegos son una comarca de Cantabria que delimitada al norte por la comarca de la Bahía de Santander, al oeste por la de Besaya y al este con la de Asón.
Hoy recorremos su verde paisaje, por un itinerario que desde Castañeda nos lleva, siguiendo los cursos del río Pas hasta Liérganes, en los valles que también recorren los ríos Pisueña y Miera.

Situados tras las montañas, en los valles Pasiegos se alzan pueblos de piedra con un variado patrimonio etnográfico de ambiente rural en pleno corazón de Cantabria. Sus fincas cercadas con muros de piedra se encuentran salpicadas con cabañas tradicionales. Las mismas que ocupaban los pastores pasiegos durante la muda, una especie de trashumancia de altura.

Agosto es un buen momento para visitar uno de sus pueblos, Puente Viesgo, pues se organizan las jornadas de la Prehistoria y en Selaya, coincidiendo con la fiesta de su patrona, Nuestra Señora de Valvaluz, tiene lugar la fiesta del Sobao. A finales de Septiembre también se celebra otra fiesta dedicada al producto estrella en San Roque de Riomiera, el Orgullo Pasiego.

Desde Santander a Castañeda, punto de inicio de esta ruta hay media hora de camino por la autovía. Hasta Liérganes el recorrido completo son unos 120 kilómetros. La autopista A-8 recorre la cornisa cantábrica y tiene varios accesos a los valles pasiegos.

Historia de la Comarca Pas-Miera

Los valles Pasiegos comprenden los valles del río Pas y sus afluentes Pisueña y el Magdalena, así como la cabecera del valle del río Miera, ya en la Comarca de . Es por eso por lo que la comarca de los valles pasiegos también recibe el nombre comarca de Pas-Miera.

Un lugar donde reina el silencio y que ha sabido conservar como ningún otro su auténtica esencia. Un patrimonio cultural que le viene de lejos, de hace nada más ni nada menos que 120.000 años. Por aquel entonces sus antiguos moradores, los hombres prehistóricos que habitaron sus cuevas y que tuvieron que adaptarse a su agreste paisaje y aprovechar sus recursos naturales, pescando en sus ríos y cazando en sus valles y montañas.

Lo mismo que luego harían los pastores trashumantes, que subían a lo más alto de las montañas en busca de sus pastos. Tan trashumante eran como las nodrizas que desde estos valles viajaban a Santander, a amamantar con su leche a los hijos de los nobles cántabros.

Castañeda

Hoy, la comarca Pas-Miera está conformada por tres valles, que nos brindan una infinidad de hermosos itinerarios. Uno de ellos es el que comienza en el municipio de Castañeda. Bañado por el río Pisuerga, el cual alberga uno de los monumentos más emblemáticos del románico en Cantabria, la Colegiata de Santa Cruz.

Colegiata de Castañeda

Es la Colegiata de Santa Cruz en Socobio Las visitas a su interior se solicitan en la parroquia. y la entrada cuesta 2€. En su interior destaca los capiteles del crucero y del ábside con una interesante y variada gama de motivos decorativos.

Puente Viesgo

Muy cerca de aquí se encuentra Puente Viesgo, un pueblo con muchísimos atractivos. Por citar algunos: Un balneario que es un referente termal en España. Un coto de pesca que hace las delicias de los pescadores salmoneros. Un centro de interpretación de Arte Rupestre y una vía Verde, la del Pas.

Las cuevas del Monte Castillo

Situadas a 1,5 kilómetros de Puente Viesgo, este monte alberga cuatro cavidades habitadas hace 150000 años y declaradas Patrimonio de la Humanidad.
De las cuatro solo dos son visitables. Las Monedas, una autentica belleza geológica y El Castillo. Esta última alberga un fabuloso bestiario de las Paleolíticas y numerosas manos en negativo, entre otras representaciones artísticas. Hasta ellas se puede llegar en coche o seguir un sendero a pie que parte del pueblo. Cierran los lunes y la entrada cuesta 3€ a cada cueva.

Via Verde del Pas

La Vía Verde del Pas, es un precioso paseo para realizar en bicicleta. Está situada entre Puente Viesgo y Ontaneda, siguiendo el trazado del antiguo ferrocarril que comunicaba con la Bahía de Santander y las Cuevas de Monte Castillo. Su antigua estación es ahora un punto de información de la zona.

Las tres Villas Pasiegas

Nuestro paseo continua por Alceda, donde su parque es un auténtico pulmón verde situado junto al balneario. Un lugar para detenerse ya que cuenta con un parque de aventuras en los árboles.
Nos dirigimos hacia Vega del Pas, que junto a San Pedro del Romeral, y San Roque de Riomiera, constituyen las llamada Tres villas pasiegas o Pasieguería.
Tras un pequeño desvío llegamos a la aldea de Viaña, donde destacan a sus típicas cabañas pasiegas. Finalmente, la carretera nos conduce a un bonito paraje natural donde un puente de piedra salva el río Pas.

Vega de Pas

Museo Etnográfico Villas Pasiegas

En Vega de Pas nos pararemos a admirar su bella plaza irregular, enmarcada por sus típicas casas rurales. Aquí se encuentra el Museo Etnográfico Villas Pasiegas. Un museo podrás descubrir el peculiar modo de vida de los habitantes de estos valles durante siglos 942 595053.

Dulces pasiegos: Sobaos y quesadas

La localidad es ideal para hacer un alto en el camino y comprar en algún obrador los dulces tradicionales de los valles pasiegos. Sobaos y quesadas elaboradas con el queso y mantequillas que los ganaderos obtenían de la leche de las vacas autóctonas pasiegas.

El mirador de Branguía

Siguiendo la zigzagueante carretera hacia Yera, llegaremos recorriendo un entorno panorámico a los valles pasiegos burgaleses. La ruta se interna en dirección norte en el valle del Pisuerga. Entre el Pas y este se encuentra un mirador espectacular, el de Branguía.

Selaya. Joselín y el museo del sobao pasiego

Atravesando las verdes laderas llegaremos a Selaya donde se encuentran las nuevas instalaciones de la empresa Joselín, la más emblemática del lugar.
La empresa inició su actividad hace más de setenta años elaborando los dulces artesanos más típicos de Cantabria en un pequeño obrador. Con su crecimiento inauguraron nuevas instalaciones donde organizan talleres y que hoy albergan el Museo del Sobao Pasiego.

Villacarriedo

Unos kilómetros más allá se encuentra Villacarriedo, en el Valle de Carriedo. Un lugar con un rico patrimonio arquitectónico. Aquí se encuentra el colegio de los padres escolapios, unas casas montañesas en hilera y el palacio barroco de Soñares.

San Roque de Riomiera en el Valle de Miera

Para llegar al valle natural del río Miera, el más angosto de los valles pasiegos, tenemos que volver hacia atrás y seguir el curso del río Miera hasta Selaya. Por el Alto del Caracol, continuamos nuestro camino hasta San Roque de Riomiera.

Desde aquí seguimos una sinuosa carretera hacia el norte que nos llevará a la Santillana pasiega, Liérganes, ya en la Comarca de Trasmiera.

Liérganes

Liergánes es un lugar maravilloso situado a los pies de dos pequeñas elevaciones, Marimón y Cotillamón, conocidas popularmente como “las tetas de Liérganes”.

Casco antiguo

Su casco antiguo y concentra una valiosa arquitectura clasicista de los siglos XVII y XVIII. Lleno de casonas blasonadas su conjunto urbano fue declarado de interés histórico-artístico nacional en 1978 .
La parte vieja de la villa, denominada El Mercadil, incluye además de las casonas populares, el Palacio de Rañada o Cuesta-Mercadillo, la iglesia de San Sebastián, la parroquial de San Pedro Ad Víncula, las casas de los Setién y los Cañones, las capillas del Humilladero y el Carmen y el puente nuevo.

El balneario de Liérganes

El pueblo cuenta con un balneario, el balneario de Liérganes, alimentado por las aguas del río Miera. Una magnífica finca con arbolado de gran porte, le confiere un característico aire decimonónico.

Centro de Interpretación El Hombre-Pez

La historia de Liérganes está ligada a la del hombre-pez, que desapareció tras arrojarse al río Miera. Junto a sus aguas y al puente mayor que lo salvan está una escultura que le rinde homenaje. El centro de interpretación El Hombre-Pez está situado en la localidad, abre los fines de semana y festivos y la entrada es gratuita.

No hay mejor lugar que Liérganes para acabar nuestro trayecto de hoy , dejando para otra ocasión otros pueblos pasiegos. Pues hay tanto que ver…

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