En el siglo XVII las erupciones volcánicas llenaron Lanzarote de lava, convirtiéndola en un paisaje inhóspito, carente de vida. Sin apenas tierra fértil los agricultores se las ingeniaron para plantar vides a los pies de los volcanes y sin apenas agua. El desafío era grande pero hoy en día La Gería es una zona de bodegas y de un vino de sabor volcánico, cada día más valorado.
En nuestra ruta, además de visitar esta peculiar zona vinícola que parece como de otro planeta nos adentraremos a en el Parque Nacional de Timanfaya, donde reinan aún los volcanes.
Dado que el clima es cálido y uniforme todo el año, cualquier fecha es apropiada para visitar Lanzarote. No obstante el 15 agosto es una fecha ideal para visitar la Geria ya se celebra la fiesta de la Vendimia de La Geria, donde se recrea una cosecha a la antigua usanza.
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Comencemos!!!
Tabla de contenidos
El sorprendente paisaje de La Geria
Hoy en día las Islas Canarias se conocen como las Islas Afortunadas y hay razones para ello. Pero si nos remontamos al pasado de una de sus islas, Lanzarote, hubo un tiempo en que ésta fue realmente un infierno.
Durante 1730 a 1736 las erupciones volcánicas en la isla arrasaron 12 pueblos y una tercera parte de su territorio. La isla hubiese quedado despoblada si no fuera porque Felipe V obligó a los que no habían huido a quedarse en la isla bajo pena de muerte si la abanaban.
Sin apenas agua y contra todo pronóstico de éxito, los labradores empezaron a plantar vides que sorprendentemente se adaptaban estupendamente a las condiciones de los negros terrenos recientemente creados.
Y es que esas vides crecían gracias a la humedad de los vientos alisios y al rocío que era capaz de absorber esa generada arena volcánica gruesa, aquí llamada negro lapilli o picón. A las características propias del terreno se unieron las nuevas formas de cultivo con muretes circulares de los que se protege del viento incesante cada cepa de malvasía volcánica y que dan como resultado un paisaje insólito.
Monumento a la Fecundidad y La Casa-Museo Monumento al Campesino
Un buen lugar para comenzar nuestra ruta es en el monumento a la fecundidad de Cesar Manrique. El monumento rinde homenaje al agricultor local, que fue capaz de transformar un paisaje negro y muerto en otro salpicado de verde y vida.
Erigido entre Mozaga y San Bartolomé, el monumento preside el complejo etnográfico de Mozaga dedicado a la vida agraria de la isla, que alberga talleres y un restaurante tradicional.
Al lado del monumento se encuentra la Casa-museo al Campesino.
Bodegas de La Geria
Rodeada por sus cuatro costados de parras, la montaña Juan Bello es la más vinícola de la zona. Media docena de bodegas blancas que resaltan entre el negro paisaje pueblan las solitarias tierras de La Geria.
A tres kilómetros por la carretera LZ-30, del monumento a la fecundidad se encuentra la bodega de El Grifo.
La bodega el Grifo en San Bartolomé es la decana de las bodegas canarias. Su origen se remonta a 1775 y es de las más premiadas. Dispone de un museo del vino, biblioteca donde se conservan escritos del siglo XVI y visitas guiadas.
La Bodegas La Geria , ubicada ya en La Geria, es la más turística de la zona y las Bodegas Rubicón cuentan en un hermoso caserío con restaurante y terraza especializado en carne de cabra y conejo.
El Parque Nacional de Timanfaya
Tras atravesar la Geria llegamos a Yaiza, un rincón de la isla que quedó al borde de la lava volcánica cuando ocurrieron las erupciones. Aquí se inicia la carretera de Tinajo LZ-67 que nos lleva a 6,5 kilómetros a la zona cero del cataclismo, el Timanfaya.
Este camino es una vía sin arcenes que transita en soledad por un desierto de lava. Imposible de cultivar nada, es por ello que se le conoce como malpaís. Tanta soledad solo se ve interrumpida por el zoco moruno del Echadero de los Camelllos, a donde se acercan los forasteros para darse un paseo en dromedario.
Una vez hemos pasado el control de acceso hay que dirigirse al Islote de Hilario. Aquí se comprueba lo caliente que sigue la tierra todavía después de tres siglos, pues el magma residual a 5000 metros de profundidad aún es capaza de irradiar calor para cocer los alimentos en el restaurante diseñado por Jorge Manrique , el Horno-Asador de Timanfaya .
Rutas por el parque nacional
Es en el Islote de Hilario donde se inicia un recorrido en autobús al Timanfaya , la Ruta de los Volcanes. En su recorrido podrás contemplar el infernal panorama desde el doble cráter del Timanfaya.
Podemos volver a La Geria por el mismo camino de ida pero cuatro kilómetros más adelante, en Mancha Blanca, en el municipio de Tinajo se encuentra el Centro de Visitantes de Mancha Blanca con una sala de simulación de fenómenos volcánicos que vale la pena visitar.
Desviándonos luego por la carretera LZ-56 volveremos a una nueva carretera entre viñedos que vale la pena admirar.
Hay que decir que aunque la mayoría de los visitantes se limitan a realizar el recorrido en autobús desde el islote de Hilario también se pueden hacer rutas de senderismo de Tremensana (fácil) o del Litoral (difícil) , ambas guiadas y gratuitas reservando con antelación en la web.