El entorno natural es de los grandes atractivos de la isla de Tenerife. Puedes descubrirlo con visitas de encanto rural en el norte de la isla. El Valle de la Orotava, las áreas rurales de El Palmar o Teno Alto. Los Realejos, Icod de los Vinos, Candelaria o Garachico son zonas donde disfrutar en tranquilidad de la naturaleza.
Además, el origen volcánico de la isla propicia escenarios únicos. Una buena experiencia es realizar una ruta por sus volcanes o un recorrido por el Parque Nacional del Teide (declarado Patrimonio Mundial). Este espacio protegido, cuyo nombre deriva de su cima volcánica, El Teide, cuenta con abundantes especies endémicas de fauna y flora canaria.
Podrás ascender al Teide en teleférico o dormir a sus pies si te alojas en el Parador de las Cañadas del Teide. Presenciar una puesta de sol desde uno de los miradores del parque nacional o dedicar unas horas a la observación del cielo estrellado son magníficas opciones para relajarte en contacto con la naturaleza.