La Vall de Laguar está ubicada en la comarca de la Marina Alta, en el norte de la provincia de Castellón. Aquí, una senda de escaleras que en su día fueron esculpidas por los moriscos nos permiten subir y bajar por las escarpadas laderas del valle del río Girona. Su tramo más alto, el Barranc de l´Infern es terriblemente bello.
En nuestro recorrido encontraremos preciosos pueblos, cuevas, fuentes y cascadas y en su cumbre obtendremos maravillosas vistas al mar.
El trayecto es conocido como La Catedral del senderismo.
La ruta a pie comienza y acaba en Fleix, uno de los cuatros núcleos de población que forman el municipio de la Vall de Laguar, junto con Benimaurel, Campell y Fontilles. Todos ellos son pueblos tan bellos que se dice que para alcanzar la perfección solo les falta una playa, algo que se puede disfrutar en la cercana Dénia, tan solo 23 kilómetros.
Desde finales de febrero a finales de marzo es el momento ideal para visitar La Vall de Laguar, pues es cuando florecen los almendros y los cerezos de sus bancales respectivamente. Más información…
Tabla de contenidos
El origen de la ruta del Barranc de LÍnfern en La Vall de Laguar
En el siglo XIII, después de que Jaime I de Aragón conquistara Valencia (1238) y Dénia (1244), los moriscos se refugiaron en estas montañas cerca de sus pozos y cultivos, abriendo un sendero entre la roca, el hoy PR V-147.
Luego, cuando en 1609 Felipe III los expulsó definitivamente, sus huellas ya habían quedado esculpidas para siempre en los bancales y en los caminos escalonados.
La ruta de senderismo PR V-147 La Vall de Laguar
El sendero PR V-147 es un sendero circular bien señalizado con letreros y marcas de pintura blanca y amarilla. De casi 15 kilómetros que transcurre por el valle del río Girona y el, Barranc de l´Infern. Completarlo nos llevará total de unas cuatro horas.
El sendero escalonado comienza en la Font Grossa, a 300 metros por debajo de la carretera que lleva a Benimaurell.
En algunos tramos el recorrido por el barranco este se encañona y sus paredes se estrechan, pero andar por el cauce del río cubierto totalmente de cantos rodados resulta realmente sencillo.
El Salt de Fleix
Fleix, punto de inicio y final del sendero, uno de los cuatro pueblos que salpican con el blanco de sus casas este verde valle.
Frente al aparcamiento público hay un panel informativo sobre el trayecto. Partiendo del antiguo lavadero, donde desembocan las aguas de la Font Grossa, bajaremos una empinada ladera.
En aproximadamente 15 minutos llegaremos al Salt de Fleix, un lugar rocoso donde un afluente del río Girona forma una cascada de unos 50 metros de altura. A su caída se forman vapores de agua que cuando llueve riegan la vegetación circundante de palmitos, adelfas y acebuches.
El Forat de la Juvea
Justo encima del salto se encuentra el un agujero en un peñasco horadado por los moriscos por el que se pasa a los 15 minutos de salir de Fleix.l el Forat de la Juvea.
Desde el otro lado de la Juvea se disfruta de una impresionante vista de la garganta del rio y del serpenteante camino que discurre por las laderas.
Hasta llegara a este punto, subir, bajar y hacer fotos, el trayecto nos lleva una hora, lo que lo convierte en una alternativa de senderismo apta para ir con niños y para todos aquellos que no quieren andar demasiado. Pero lo ideal es seguir adelante completando la ruta circular de 14,5 kilómetros y 785 metros de desnivel acumulado.
Subiendo y bajando por miles de escaleras -concretamente todo el trayecto son más de seis mil-que a veces se hacen infinitas, cruzaremos el lecho seco y pedregoso del río y en lo más alto llegaremos al llamado Barranc de l´Infern.
Del Barranc de l´Infern a Benimaurel
Desde el Barranc de l´Infern solo nos queda atravesar Benimaurel, punto final de nuestro trayecto, para regresar al inicio en Fleix, atravesando los bellos paisajes de bancales de almendros y cerezos.
La morena centenaria de la plaza del Sacrament de Benimaurel, al pie del campanario de la iglesia de San Cosme y San Damián, es el símbolo de esta población. Un símbolo que recuerda la importancia que tenía este árbol para los pueblos moriscos de la montaña alicantina, los cuales alimentaban con sus hojas los gusanos de seda que criaban.
No te puedes perder la visita a la calle del Princep, de vivos colores, la cual concentra sus casas más cuidadas.
Los otros pueblos de la Vall de Laguar
Después del trayecto a pie, hay que recorrer con calma la Vall de Laguar en coche. Sin ninguna prisa, por su intrincada carretera de montaña, nos detendremos en cada uno de sus pueblos blancos.
Campell
Quizás Campell sea el pueblo más curioso de este municipio o por lo menos el más llamativo. Está en la parte inferior del valle, donde se agrupan sus casas, sobre un alargado espolón entre barrancos.
Nada más salir por la carretera que lleva a Fleix hay una fantástica vista aérea de él y su entorno. Una panorámica espectacular con el sol naciente a sus espaldas y el cercano mar a tan solo 13 kilómetros en línea recta.
Fontilles
Fontilles, es el cuarto núcleo de población del municipio. Más que un pueblo es un centro sanitario fundado en 1909, donde se retiran los mayores de la comarca, entre altos pinos, palmeras y edificios históricos. El último lugar de nuestro trayecto antes del llegara al cielo.