Santander, en el norte de la región cántabra es su capital y una de las ciudades más bonitas de España.
Su vida gira en torno a su bahía, reconocida como una de las más bellas del mundo. De hecho, a la ciudad se la conoce popularmente como “la novia del mar”, enmarcada entre el verde paisaje de su montaña y la blanca arena de sus playas.
Nuestro punto de partida es el Paseo de la Pereda, junto a sus jardines, donde se encuentra la oficina de Turismo de la ciudad que nos proporcionará la información necesaria para planificar nuestra visita.
En julio se celebra la fiesta de sus Baños de Ola, que recrean la llegada de los primeros turistas a principios del siglo XX, por eso es un buen momento para visitar la ciudad.
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Una ciudad para la realeza
Santander fue durante finales del siglo XIX y principios del XX destino vacacional preferido para la aristocracia y la realeza. Reflejo de esa época son los majestuosos edificios que podemos admirar si damos un paseo por su casco histórico.
El Palacio de la Magdalena, es sin ninguna duda la joya de la ciudad. Ubicado en el punto más elevado de la península del mismo nombre, es una de nuestras visitas indispensables en Santander. La visita a este emblemático edificio permite contemplar (y fotografiar) una impresionante panorámica de la ciudad.
Para los pescadores
Santander fusiona esta mágica atmósfera palaciega con una tradición de pescadores que hoy se puede disfrutar especialmente en el hoy conocido como barrio pesquero de la ciudad: el lugar ideal para degustar la gastronomía local más tradicional, tan vinculada al mar, con platos como los maganos o calamares, las rabas (calamares fritos) encebollados o las almejas a la marinera.
Y para disfrutar en familia
Santander es una ciudad perfecta para pasar unas vacaciones en familia pues, además de los atractivos turísticos y gastronómicos, ofrece algunas alternativas ideales para los más pequeños.
Uno de ellos son las excursiones en barco que ofrecen las regalinas y que recorren toda la bahía para admirar algunos de sus atractivos o la isla de Mouro. Otro es el paseo por el mini zoo de La Magdalena o una visita al Museo Marítimo. También es otro de los planes disfrutar de un día de sol en alguna de sus playas.
Atractivos
La ciudad combina a la perfección los edificios señoriales y construcciones palaciegas de antaño con arquitectura de vanguardia. Esta identidad de contrastes se completa con la “nueva” Santander, esa que se ha empapado de las últimas tendencias culturales y artísticas y que encontrarás retratada en el moderno Centro Botín, diseñado por el arquitecto y Premio Pritzker, Renzo Piano.
Otros de sus atractivos son: La península de la Magdalena con su palacio que fue residencia de la realeza. El puerto pesquero, la catedral, sus playas entre las que destacan las del Sardinero el Camello, Mataleñas, La Concha o Los Peligros.
También los acantilados rocosos entre el cabo Menor y Mayor con su faro. Y es que en Santander también se respira un inconfundible aroma a mar, eco de su tradición pesquera, el cual está reflejado en su museo marítimo del Cantábrico.
Como capital de la meca del arte rupestre no podemos dejar de visitar su museo de la prehistoria y arqueología de Cantabria. Son tantos los atractivos y tan variada la oferta turística de la ciudad que nos reservaremos dos días para visitarla al detalle y os lo contaremos en otra ocasión.
