Viajamos a la costa norte de la mayor de las islas baleares, Mallorca para realizar dos preciosas rutas. Concretamente en la Sierra de Tramontana, en la península de Sa Foradada.
En este lugar era por donde trascurrían los caminos preferidos del archiduque Luis Salvador en Mallorca. Aquí debió compartir risas y paseos con su famosa prima la emperatriz Sisi, la cual le visitaba con frecuencia.
La península pétrea presenta una singular forma de dragón acostado. En su cara aparece un agujero que parece un ojo, desde el cual se puede contemplar de una forma muy especial, la maravillosa puesta de sol sobre el mar.
El ojo del dragón
Dicen que el ojo del dragón fue causado por un cañonazo en una guerra entre cristianos y corsarios norteafricanos allá por el siglo XVI. verdad o no, lo cierto es que no se sabe a ciencia cierta el origen del agujero, pero lo que sí es cierto es que el topónimo de Sa Forada proviene de la palabra mallorquina forat, que significa agujero. Por eso esta península rocosa de 600 metros de largo por 85 de alto se llama así.
Lo que sí está documentado es que el camino hasta el ojo del dragón fue obra del archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena y Borbón considerado por muchos el primer turista de Mallorca.
Los dominios del archiduque Luis Salvador
Este noble que vivió a caballo entre el siglo XIX y XX (1847-1915) decidió a la edad de veinte años dejar atrás los convencionalismos de la corte de Viena y poner el mundo por montera en busca de aventura. En su afán de escribir un libro sobre escarabajos arribó en Mallorca y simplemente le bastó levantar sus ojos del suelo para para enamorarse de la belleza de la isla mediterránea.
Así que fijó aquí su residencia, comprando la mayor parte de las fincas entre Valldemossa y Deiá, trazando caminos y habilitando miradores para dar a conocer la isla que él consideraba había descubierto, compartiéndolos con otros, como con su prima Sisi.
Las dos rutas preferidas del archiduque
Las dos rutas se pueden hacer en cualquier época del año, pero en verano hay que huir de las horas centrales de los días calurosos.
Primera ruta. El camino de Sa Foradada
Para hacer la ruta de Sa Foradada hay que ir a Son Marroig, que está en el kilómetro 65,5 de la Ma-10 en dirección a Deliá.
La manera más sencilla de llegar aquí es en coche y estacionar junto al mirador para luego seguir andando por la ruta de senderismo. También se puede ir en barco desde Sóller.
La ruta por la pista de tierra es sencilla, con siete kilómetros de ruta de ida y vuelta que se recorren en apenas dos horas.
El primer tramos discurre entre olivares, hasta llegar al mirador de Sa Forada o del Cingle, donde quizás obtendremos la mejor panorámica del monumento natural.
Luego aguarda el mirador de Sa Trona, en las cuevas de Son Marroig, al que se accede por una pequeña y estrecha escalera labrada en la roca.
Escaleras arriba encontramos el mirador de sÚll (ojo) desde precisamente solo se ve la parte de Sa Forada del ojo.
Cuesta abajo por un camino en zigzag por el lateral de la península llegaremos a Punta Prima. Allí en el mar, podremos disfrutar del baño subir hasta la roca agujereada…o ambas cosas.
Segunda ruta. La ruta circula de Valldemossa
La segunda ruta del archiduque, tiene forma de herradura. Fue trazada por él mismo a partir de 1883, año en que compró la finca de Son Moragues.
Su interés, a diferencia del resto de caminos de la sierra de Tramontana que tenían interés económico, en este su interés es solamente lúdico. Únicamente gozar del extraordinario paisaje de los acantilados y de su protagonista, la roca de apariencia viviente de Sa Foradada.
Se sale de Valldemossa por el carrer des Olivers y sube hasta el Puig des Teix (1064 metros).
El itinerario, que no está señalizado, es de dificultad media, con una duración de cinco horas y 11,2 kilómetros de recorrido.
Comienza por una pendiente larga por el cami de Pouet hasta llegar a un pinar. Luego se sigue por una senda de piedras hasta el mirador de Ses Puntes. A media hora está la casa de nieve de Son Moragues. Desde ahí la ruta desciende hasta el estrecho de Son Gallard, para subir luego hasta alcanzar el Puig des Teix, el punto más alto de la ruta.
Para volver a Vallmossa hay que bajar por el camino de Coma des Cairats, en una ruta circular.
Ya, entre las casas de piedra de Valldemossa, sobresale la silueta de la Real Cartuja de Valldemossa.
La Cartuja de Valldemossa fue un palacio edificado en 1309 donde vivieron los monjes cartujanos más de 400 años. El conjunto es visitable. Aquí, el compositor polaco Frederic Chopin compuso sus Preludios Op.28 y la novelista Geoge Sand escribió su novela Un invierno en Mallorca, en el tiempo en que estaba en la cartuja con sus hijos y con Chopin, con el que mantenía una relación.
También es notable la Iglesia de San Bartomeu y el palacio del Rey Sancho.
Las casas del archiduque y otros monumentos de interés
El Monasterio de Miramar
El Monasterio de Miramar fue la principal residencia del archiduque. Se construyó en 1457. Aquí Ramón Llull fundó una escuela de lengua árabe para evangelizar sarracenos en tierras islámicas. Se puede visitar su museo y contemplar una de las mejores vistas de la costa norte, con la roca de Sa foradada justo enfrente.
La Casa Museo de Son Marroig
Son Marroig es la última casa del archiduque Luis Salvador en la isla. Es una institución privada creada en 1927 con la finalidad de divulgar y preservar su vida y obra. Destaca la torre cuadrada del siglo XVI.
El museo también conserva numerosos dibujo, libros, viejos cuadernos, mapas y mobiliario del aristócrata.
Merece la pena detenerse en sus jardines y hacer una foto del templete de mármol carrara y disfrutar desde este privilegiado lugar de una de las vistas más espectaculares de la costa mallorquina.
La Iglesia de San Juán Bautista
La iglesia parroquial de Deiá es una construcción de una sola nave y bóveda de cañón del siglo XIV. Destaca el paisaje y la arquitectura popular en el camino de subida hacia el templo.
