La Marina Alta, en el norte de Alicante, lo tiene todo para pasar una escapada de tres o cuatro días. Ya que aquí podrás combinar senderismo y actividades acuáticas en la misma jornada. Playas y calas de agua cristalina y pinares que descienden por las laderas de la costa hasta llegar al mar.
En este entorno nos encontramos una sucesión de miradores con magníficas vistas sobre la costa de Xábia (Jávea). Entre Xábia y Denia se encuentra el imponente macizo calcáreo Montgó, declarado parque natural.
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Iniciando el recorrido por la zona del montgó
El acceso al Montgó se realiza por la carretera que une Xábia con Dánia, a la altura del campo de tiro de La Plana. Una excursión de siete kilómetros y aproximadamente cuatro horas que nos lleva a su cima a 752 metros de altura.
Xábia está situada a 112 kilómetros por carretera de Valencia y a 92 de Alicante . El recorrido desde ambas capitales puede hacerse por la nacional N-332 o por la AP7 (salida 62), gratuita desde enero de 2020.
La ruta transcurre por un sendero un tanto accidentado, sobre todo en el último tramo, aunque las espectaculares vistas que se alcanzan durante el ascenso y sobre todo al alcanzar la cima lo compensa todo.
El Parque Natural del Montgó se prolonga hacia el mar, en la Reserva del cabo de San Antonio. Allí, desde 1855 el Faro del cabo de San Antonio se alza 16 metros de altura. El Mirador que se encuentra junto a él permite disfrutar de una vista espectacular sobre el paisaje que lo rodea, sobre todo al atardecer.
En la costa de la Marina Alta podemos divisar hacia el norte Denia y el golfo de Valencia. Al sur la hermosa bahía de Xábia. Al este, en la lejanía se divisa la isla de Ibiza.
En las aguas marítimas que rodean el cabo se encuentran praderas de posidonia oceánica y corales que son el hábitat de doradas, meros y pulpos.
Continuando el recorrido hacia el sur por la marina alta
Pasando la Playa del Arenal, en el centro de la bahía, y la Cala Blanca llegaremos al mirador de la Cruz del Portixol. Desde aquí es posible acceder a pié a la Playa de la Barraca, conocida también como la Playa de Portixol, una playa de piedras.
El pueblo tiene una bonitas antiguas casas de pescadores a su orilla. Pintadas de blanco y con puertas y contraventanas pintadas de azul añil recuerdan a las de las islas griegas y por ello son año tras año muy fotografiadas y comentadas en las redes sociales.
Aquí se encuentra el restaurante Casa Clémente con una excelente terraza, un lugar especial donde desayunar admirando las espectaculares vistas.
Si queremos llegar a ella en coche podemos hacerlo por la carretera del cabo de la Nao, aunque no es fácil aparcar ahí en verano.
La Marina Alta es un entorno perfecto para los amantes de la naturaleza, pues el entorno de pinos y especies endémicas características de la zona que descienden desde las laderas al mar nos brindan un bonito paseo de montaña. Mientras que la playa de unos 400 metros de largo nos ofrece un lugar estupendo donde iniciar inmersiones en las inmediaciones de la isla de Portixol, habitada en otros tiempos, y que se sitúa enfrente.
Finalizando la ruta
Continuamos en dirección sur unos cinco kilómetros hasta llegar a Cabo de la Nao, otro mirador hacia el Mediterráneo con excelentes vistas sobre la costa desde lo alto del acantilado. Allí a 122 metros sobre el nivel del mar se encuentra un faro.
Tras pasar el restaurante Cabo de la Nao encontramos un pequeño mirador rodeado de pinares y chumberas sobre un acantilado donde las olas del mar chocan con fuerza y se adentran sobre cuevas abiertas en las rocas.
Otros lugares de interés en la zona de la marina alta
La Granadella
Situada en la zona más meridional de Xábia, esta pequeña playa de piedra tiene acceso por un desvío que parte de la carretera que lleva a cabo de la Nao. Es una de las más bonitas de la costa de Alicante, ya que goza de unas aguas cristalinas que invitan al baño.
los meses de julio y agosto el aparcamiento de la cala está restringido a vehículos privados, aunque se puede llegar con el turístico trenet de manera gratuita.
Casco Antiguo de Xábia
Conserva todo el encanto de su trazado medieval: calles estrechas con casas blancas de portones de madera, ventanales góticos con embocadura de piedra tosca y rejas y balcones de forja.
En el centro del pueblo se encuentra la iglesia-fortaleza de san Bartolomé y dos hermosas casonas: El Palau dels Sapena y la Casa dels Bolufer.
En la misma plaza de la Iglesia están el ayuntamiento del siglo XVIII y el mercado municipal, donde adquirir productos gastronómicos autóctonos.
El Museo Arqueológico y etnográfico Soler Blasco se ubica en una casa-palacio.
Duanes de la Mar
Bajando unos dos kilómetros hacia la costa está el antaño barrio de pescadores. El puerto pesquero, el club naútico, la Iglesia de la Virgen del Loreto-con su vanguardista silueta y cubierta en forma de quilla de barco-, la playa de La Grava o la Casa del Cable, convertida en sala de exposiciones justifican un paseo que bien puede finalizar en una de las numerosas terrazas situadas frente al mar.