La historia del municipio de Samos está íntimamente ligada a la de su monasterio; ya que la apacibilidad de sus tierras la convirtió en un lugar ideal para la oración y el retiro.
En el monasterio de San Xian de Samos, edificado a orillas del río Sarriá -también llamado Ouribio– vivió una comunidad eremítica, que se vio favorecida por la jerarquía religiosa y poco a poco fue construyendo el cenobio que eclipsó el resto del pueblo.
El monasterio estuvo a punto de desaparecer en medio de las llamas a comienzos del s. XX. Pero afortunadamente se reconstruyó y el visitante aún puede pasear por los dos claustros: el de Feijoo y el de las nereidas.
Aquí residió e impartió su magisterio el padre Feijoo, un ourensano muerto en el s. XVIII cuya huella forma parte de la Historia de Galicia.
Samos es otra etapa obligada en el Camino de Santiago.
Además del Monasterio de Samos también merece una visita la Capilla del Ciprés, la Iglesia de Renche, la Iglesia de San Cristóbal del Real, la Iglesia de San Martiño y la Capilla de Teiguin.
Samos ofrece también otros atractivos al visitante. Los amantes de la naturaleza y el senderismo pueden recorrer el valle del Lóuzara y la espectacular Sierra do Oribio. También puede practicarse el parapente o la espeleología. Más información…