Allá por el 1556, el Emperador Carlos I de España y V de Alemania puso sus ojos en la extremeña Comarca de La Vera. Cedidos sus poderes y aplacadas sus ambiciones por la vejez el emperador puso de nuevo a España en la cabeza de un imperio universal.
Aquejado de gota y agotado de sus múltiples batallas buscó un retiro para descansar. Su destino era el Monasterio de Yuste, su última morada.
Aquí en La Comarca de La Vera, entre castaños y robes se encuentra el monasterio que hoy lo forman dos partes bien diferenciadas: el convento, donde se encuentra la Iglesia y dos claustros y la residencia de Carlos V.
En este hermoso rincón la Comarca de La Vera en Extremadura, la de los paisajes de piedra, agua y pimentón terminó el último tramo de un viaje emprendido 4 meses antes. Abordar hoy ese último tramo de una ruta cargada de tanta historia es una de las grandes bazas turísticas de la provincia de Cáceres.
Tres fueron las poblaciones que acogieron su visita en la Comarca de La Vera: Tornavacas, Jarandilla de la Vera y Cuacos de Yuste. A las tres se puede llegar en coche por carretera, pero existe un camino señalizado para recorrer a pié que emula el seguido por el emperador y que discurre entre campos de nogales y alcornoques, gargantas y pueblos típicamente extremeños.
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Iniciando la ruta del monarca
Hay infinidad de rutas senderistas desde las que saltan de garganta a garganta hasta las que se adentran en el espesor del bosque. Otras siguen senderos marcados como el de los Enebros, en Villanueva de la Vera.
Algunas las podemos hacer a caballo como por ejemplo la ruta de la Dehesa de Jarandilla o la de los Miradores.
Pero hay una ruta que recuerda el viaje del Emperador desde Tornavacas a Jarandilla de la Vera. Es un recorrido de media montaña -27,6 kilómetros, 900 metros de desnivel y 9 horas y 30 minutos aproximadamente de recorrido-que atraviesa dos de las comarcas más conocidas de Extremadura, El Jerte y La Vera.
En pleno Velle del Jerte, en Tornavacas comienza nuestra ruta real que nos lleva a Jarandilla de la Vega. A Tornavacas llegó Carlos V para descansar una noche antes de pasar la Sierra de Tormantos.
Aún se conserva la casa en la que se alojó, el número 23 de la calle Real donde se exhibe una inscripción.
La ruta es dura, así lo fue para el monarca que aseguraba que lo siguiente que le acontecería sería la muerte, aquejado ya de su enfermedad.
Transcurriendo por el camino real de la comarca de la vera
El camino paralelo al río Jerte discurre entre cerezos. Pronto se empieza a ascender entre robles y castaños hasta llegar al collado de Las Losas.
Luego se baja hasta llegar al puente Nuevo, también llamado de Carlos V.
A partir de aquí, todo será subida por el puerto de las Yeguas. Después habrá que descender hasta Jarandilla.
La panorámica es espectacular. Bajo el marco de Gredos divisamos el Guijo de Santa Bárbara, arroyos, cerros y gargantas como la de Serrá, del Collado e las Yeguas…
Es en Jarandilla donde estuvo el rey cerca de tres meses, en el castillo de su amigo el Conde de Oropesa, hoy en día convertido en Parador de turismo.
La espera fue debido a que el monasterio de Yuste era antes de llegara el monarca un pobre cenobio de jerónimos y ese fue el tiempo en que se acometieron a contra reloj las reformas adecuadas para que fuera ocupado por el monarca.
Llegando a Cuacos de Yuste, punto final de la ruta
En Jarandilla comienza el siguiente tramo de la ruta.
Tres horas para llegara al famoso monasterio de Cuacos de Yuste cruzando por un robledal, por el arroyo de Cepeda y por Aldeanueva de la Vera.
Es el 3 de febrero de 1557 cuando Carlos V se recluye en el Monasterio donde antes vivió en secreto el hijo ilegítimo que el rey tuvo con Bárbara Blomberg, Juan de Austria.
Allí el rey esperó la muerte, entre las estancias donde trascurrieron su últimos días. La sala de audiencias, de lecturas con la famosa silla de la gota, el dormitorio…
Gargantas y pueblos de los alrededores DE LA COMARCA DE LA VERA
En el medio de las montañas hay numerosas gargantas por las que discurren ríos y riachuelos. Muchas de ellas ponen compuertas en verano para crear piscinas naturales y facilitar el baño en sus aguas cristalinas rodeadas de un bellísimo paisaje de montaña, algo que resulta realmente indescriptible. Algunas de ellas son la de Alardos, Cuartos, Gualtaminos, Jaranda…
En la comarca hay muchos pueblos que merecen una visita. No solo aquellos por los que pasó Carlos V, sino también Valverde y Villanueva de la Vera, declarados conjunto histórico artístico. Otros dominan el calle como Pasarón de la Vera, Garganta la Olla, Guijo de Santa Bárbara, etc.
Plasencia posee un rico legado monumental con sus dos catedrales fundidas en una (catedral de Plasencia), sus otras iglesias, palacios y los restos de su muralla. Pero lo más atractivo para un foodie es su Plaza Mayor porticada donde se practica el arte del tapeo como en ningún otro sitio de Extremadura. Una manera práctica y económica de disfrutar la gastronomía cacereña.
Vistas de la catedral y la muralla de Plasencia en la Comarca de La Vera