Si alguna vez te aventuras por la pintoresca carretera LU-651, que serpentea desde Quiroga hacia el norte, te toparás con un tesoro geológico oculto a simple vista: el fascinante Plegamiento de Campodola-Leixadós. Este rincón mágico, situado a orillas del río Ferreiriño, afluente del río Quiroga que, a su vez, desemboca en el majestuoso río Sil, se alza sobre el monte da Franzas. El lugar, envuelto en un desfiladero cubierto de exuberante vegetación, es mucho más que una maravilla natural; es un testimonio vivo de los tumultuosos eventos geológicos que dieron forma a nuestro planeta.
Lo que a primera vista podría parecer simplemente un capricho caprichoso de la naturaleza, adquiere una nueva dimensión cuando se ahonda en su historia geológica.
En el año 2004, este lugar se elevó a la distinción de Punto de Interés Geológico Internacional, capturando la atención de científicos y entusiastas por igual. ¿La razón? Este sitio rocoso tiene el honor de pertenecer al Carbonífero Inferior, una época crucial en la historia de la Tierra.
Este majestuoso paisaje es el resultado tangible del choque de dos gigantes continentales: Gondwana y Euroamericano, un evento sísmico que tuvo lugar durante la orogenia hercínica, que fue responsable de la formación del supercontinente Pangea. Aquí, en el Plegamiento de Campodola-Leixadós, podemos literalmente tocar y sentir la huella de este colosal encuentro que ocurrió hace aproximadamente 325 millones de años.
Lo que hace que este sitio sea aún más excepcional es su formación geológica única conocida como un sinclinal acostado o charnela. Esta curiosa estructura, con su forma parabólica distintiva, es un testimonio visual de los procesos geológicos intensos que llevaron a la creación de estas capas de pizarra y cuarcitas. Estamos parados en un lugar donde la Tierra nos cuenta su historia, donde las rocas atestiguan la época en que los primeros vertebrados colonizaron la tierra, y los humanos eran poco más que un sueño distante en la evolución.
Si bien la incontestable belleza del Plegamiento de Campodola-Leixadós puede dejar sin aliento a cualquier espectador, su valor va más allá de lo estético. Este sitio no solo es una ventana a un pasado remoto, sino también una lección tangible sobre la dinámica de la Tierra y su capacidad para transformarse a lo largo del tiempo. Así que, la próxima vez que te aventures por la carretera LU-651, tómate un momento para detenerte en este rincón geológico único y maravíllate ante la historia escrita en las capas de roca que se alzan ante ti.