El Caminito del Rey es una de las mayores extravagancias geológicas de España. Una ruta solo apta para los que no padecen vértigo, ya que ascendiendo de los cien a setecientos metros de altura entre paredes verticales es difícil no sentirlo.
El camino discurre por los desfiladeros más bellos del sur peninsular. Adornado por hermosos parajes naturales; fauna y flora que son el mejor ejemplo de bosque mediterráneo andaluz. Cañones excavados por el efecto del agua a lo largo de millones de años, barrancos y precipicios.
La ruta permanece abierta todo el año aunque puede cerrarse por inclemencias meteorológicas.
El otoño y primavera son las os mejores estaciones para caminar por la ruta. Aunque la entrada es gratuita es necesario imprimir una entrada impresa que hay que entregar junto al DNI para poder acceder a la ruta .¿A qué esperas?.
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La ruta de El Caminito del Rey
El rey Alfonso XIII realizó en 1921 una visita a la presa del Conde de Guadalhorce. De esta visita tomó su nombre el itinerario que transcurre entre desfiladeros por el interior del norte de Málaga, entre las comarcas de Guadalteba y Antequera y el valle de Guadalhorce.
Inicialmente el Caminito del Rey fue considerado el sendero más peligroso del mundo. Una fuerte inversión pública rescató del abandono una de las obras de ingeniería civil más importantes de cuantas se acometieron en Málaga a finales del siglo XIX y principios del XX. La construcción del embalse de Guadalhorce y de El Chorro, que llevó aparejado un proyecto de central hidroeléctrica, la línea férrea y el camino, que hoy recuperado, nos brinda una formidable experiencia.
Ardales, punto de partida de la ruta
La ruta suele durar entre tres y cuatro horas. Un recorrido total de 7,7 kilómetros-4,8 con accesos y 2,9 con pasarelas-. El camino tiene sentido descendente y acompaña las aguas del Guadalhorce que se precipitan cauce abajo formando pequeñas cascadas, remansos y cursos más sonoros.
Hay que ir provisto de zapatos y ropa de montaña y llevar cámara para dejar un recuerdo de los bellos paisajes. También prismáticos para admirar el vuelo de las águilas y de los buitres leonados que anidan en las paredes verticales de los Gaitanejos y de los Gaitanes. También los ejemplares de cabra montesa que trepan por sus riscos.
Se accede a él desde la localidad de Ardales. Ardales se encuentra a 45 minutos de Málaga capital por la A-357. Es una localidad blanca, encaramada en torno a un viejo castillo, donde destaca la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de Los Remedios y su peña circular, en cuyas crestas resisten los lienzos de una antigua fortaleza medieval.
Una vez pasado el pueblo hay que continuar por la carretera de los embalses hasta el punto de información del Caminito del Rey, donde existe un aparcamiento vigilado (2€). Desde ese punto se inicia la caminata.
El Embalse del Conde de Guadalhorce
La carretera bien señalizada que discurre paralela a las orillas del embalse del Conde de Guadalhorce nos conduce hasta el punto de información donde se inicia el Caminito del Rey.
Aquí existen numerosas empresas de turismo activo que organizan excursiones en kayak por las aguas del pantano. Un ejemplo es Indian sport o Sun Aventure.
Veinte metros más abajo llegamos a un túnel excavado y con iluminación artificial. Traspasada la oquedad se encuentra un fabuloso bosque de pinos.
Luego hay que andar unos dos kilómetros hasta el control de acceso, situado en la cabecera del embalse de Guadalhorce, donde los responsables de la visita entregan a los senderistas un casco que es obligatorio utilizar durante todo el recorrido.
El Desfiladero de los Gaitanejos
El espectacular desfiladero de los Gaitanejos es el primero de los desfiladeros por los que discurren las pasarelas. Dotado de bruscos cortadas y caídas vertiginosas para salvarlos se han dispuesto pasarelas de forja, alambrada y lamas de madera, las cuales discurren por las ascendiendo y descendiendo por las paredes de roca, acomodándose a las verticales del desfiladero.
El valle del Hoyo
El desfiladero de los Gaitanejos deja paso al valle del Hoyo, un paraje tranquilo, luminoso y abierto. El valle del Hoyo se encuentra rodeado de altas montañas y moteado de pinos, eucaliptos, encinas y alcornoques. El camino de tierra transcurre paralelo al rio Guadalhorce, el cual remansa sus aguas. En sus orillas crece una vegetación de ribera, con juncos, álamos, sauces, carrizos y otras herbáceas.
Antiguamente las viejas canalizaciones comunicaban los caudales altos del embalse del Guadalhorce con los del pantano de El Chorro.
El Desfiladero de los Gaitanes
Una vez entramos en el desfiladero de los Gaitanes el paisaje se vuelve agreste y sobre el camino se alzan enormes paredes de roca. Entramos en la parte más emocionante de la ruta.
El cañón se encuentra ya situado en el término municipal de Álora, se alza por encima de los setecientos metros. Las pasarelas alcanzan con respecto a las aguas del río, los cien metros de altura. Los boques de la roca descienden hasta as orillas del cañón formando unos caprichos geológicos únicos e indescriptibles.
Pasear por las pasarelas es una experiencia inenarrable. Hay un balcón colgante con cristales transparentes reforzados donde puedes sentir la sensación del más absoluto vértigo y vacío.
Al otro lado del desfiladero discurre la línea férrea que hasta la llegada del AVE unía Córdoba y Málaga.
El último tramo de el caminito del Rey
El último tramo de la pasarela cruza el desfiladero por un puente colgante paralelo a otro por donde antiguamente se canalizaban las aguas de los embalses. La pasarela continua por las paredes salientes del desfiladero. En una dura subida alcanzamos tierra firme para descender después en un suave y cómodo paseo hasta el puesto de control de Álora, situado frente a las aguas calmas del embalse de El Chorro, donde ya podemos entregar el casco que nos han prestado para el trayecto. Una vez terminada la ruta, en el punto de información de Álora es posible tomar una autobús de regreso que sale cada hora (1,55€) .
Otros lugares de interés en la zona
No se puede dejar la zona sin visitar en el término municipal de Ardales el paraje de las Mesas de Villaverde y el yacimiento de Bobastro. El conjunto arqueológico de los siglos IX y X desde donde Omar ibn Hafsún el insurgente se enfrentó al emirato omeya de Córdoba. Aquí se halla una iglesia mozárabe excavada en su totalidad en la roca.
Y en la Sierra de Huma subir los 256 escalones de la Escalera Árabe que salvan una impresionante pared caliza y desde donde se divisa una maravillosa vista del Valle del Chorro.
