En la provincia de Alicante, concretamente sobre las playas de Calpe, se encuentra el Peñón de Ifach. Este peñón costero calizo se eleva 332 metros sobre el nivel del mar, y es junto al de Gibraltar- que se eleva 426 metros sobre las aguas del Estrecho- dos de los peñones costeros más sobresalientes de la península ibérica.
El Peñón de Ifach es el parque natural más pequeño de Europa. Sin embargo, es el más visitado de Comunidad valenciana. A esto contribuyen los ingleses, pues aquí existe una población anglosajona de más de 4000, a los que parece ser, les gusta caminar.
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La ruta hacia la cumbre del Peñón de Ifach
La ruta hacia la cima del peñón nos lleva dos horas (ida y vuelta) .La ida y vuelta se hace por el mismo camino Para disfrutar este entorno existe un pequeño sendero perfectamente señalizado que nos conduce sin ningún peligro a la cima.
El recorrido desde el Centro de visitantes es de un kilómetro por un sendero señalizado con letreros y marcas de pintura roja. Junto al centro existe un torno para controlar el número de visitantes, pues el máximo que puede haber en dentro del parque en temporada alta es de 150.
Nada más rebasar el torno hay una fuente al inicio del camino. Aún así es imprescindible llevar agua. También calzado adecuado y protección solar. El tramo final de la ascensión es el más exigente, aunque cualquier persona con una forma física normal lo puede recorrer sin problemas.
El Centro de visitantes
Una vía sin asfaltar, junto a la carretera y cerrada al tráfico rodado nos conduce al Centro de visitantes.
Aquí se distinguen los restos de la Población de Ifach, fundada a finales del siglo XIII por el almirante Roger de Llúria y que fue arrasada en 1359. Algo insólito en la sociedad feudal de entonces fue que esta ciudad fue gobernada por dos mujeres: la esposa del admirante y su hija.
Sobre las ruinas de esta ciudad se levantaron posteriormente defensas costeras, presidios, templos…e incluso un hotel que fue posteriormente demolido en el 87 cuando el Peñón fue declarado Parque Natural.
El Centro de Visitantes acoge una exposición a escasos metros del mirador de Levante sobre la historia y la naturaleza del Peñón de Ifach, donde estuvo el hotel.
Además, también hay paneles informativos sobre la riqueza floral del lugar, pues el peñón atesora una variedad de 400 especies de plantas en 45 hectáreas del parque Natural. Pues aquí crecen palmitos, uvas de mar, madreselvas, esparragueras, enebros, jazmines de monte y un largo etcétera.
De camino hacia la Cumbre de el Peñón de ifach
Tras cruzar el torno arranca el zigzageante sendero empedrado por la umbría del peñón, entre abundante vegetación. En los claros se levantan miradores. Al lado hay un merendero y un excelente mirador el de Levante, con vistas a la playa de Fossa, y el de Arenal –Bol a poniente. Desde allí se divisan no solo las playas de Calpe en la Costa Blanca con sus edificios de hasta 33 plantas, también las viejas salinas.
Frente al Peñón, la playa urbana de Arena-Bol, una larguísima playa en forma de concha con arena suave y el viento suficiente para practicar Kitesurf.
Después de 20 minutos se llega al túnel, que fue mandado construir por entonces propietario del peñón Vicente Paris Morlá. De esta forma se facilitaba el acceso a la cumbre al comunicar la cara norte con la oriental. El túnel ha sido tan transitado que hoy en día la roca parece una loseta pulida y bastante resbaladiza.
Tras traspasar el túnel el cómodo camino se vuelve un verdadero sendero de montaña, más agreste, estrecho y escarpado. Aún así sigue siendo seguro, pues en las partes más difíciles de transitar se han instalado cadenas a modo de pasamanos para dar seguridad.
Luego, caminamos otros 2 minutos hasta alcanzar una senda donde hay señalizado un letrero hacia la cima. De frente, aparece un camino casi llano que atraviesa un pinar y nos lleva al Mirador de los Carabineros. Si añadimos media hora más a la excursión antes o después de llegar a la cumbre, podemos llegar a esta antigua plataforma de vigilancia de carabineros, el extremo más soleado de Peñón, desde la cual en los días claros se llega a ver Ibiza.
Alcanzando la cima
Desde la bifurcación el sendero a la cumbre son 300 metros de roca empinada y prácticamente sin vegetación. Esta es la parte más complicada de la ruta, que salvamos con la ayuda de las cadenas a forma de pasamanos.
Al alcanzar la cima obtenemos una magnífica recompensa. Una fantástica vista que alcanza casi 50 kilómetros de la Costa Blanca. Desde la Serra Gelada, de un poco más de altura que los rascacielos de su vecina Benidorm hasta Benissa y el Montgó, entre Jávea y Dénia.
Una visita inexcusable. Las Salinas de Calpe
Si eres amante de las aves, no puedes abandonar este lugar sin ir antes a la Salinas de Calpe. Pues aquí encontrarás flamencos, garzas reales, cigüeñas, garcetas…Recorrer los 1,76 kilómetros de perímetro apenas lleva una hora.
Este humedal perfectamente preservado se encuentra detrás de los más altos edificios turísticos. Su origen es remoto y durante años fue un lugar de extracción de sal que llegaba a abastecer hasta 40 municipios. Esta actividad se mantuvo hasta los años 80.