Monasterio de Santa María de Meira

Santa María de Meira es un monasterio medieval del que se conservan la iglesia y parte de las edificaciones monásticas. Está situado a unos 32 kilómetros de la ciudad de Lugo, en la parroquia de Meira perteneciente al municipio y comarca del mismo nombre. El Monasterio de Santa María de Meira no es de los más conocidos de Galicia a pesar de su valor. Fue un cenobio fundado por los condes de Sarria en la quinta década del siglo XII  alrededor del año 1143, en un territorio virgen, como era preceptivo, cerca de las fuentes del Miño. El rey Alfonso VII donó estas tierras a los Condes de Sarria, que a su vez decidieron entregárselas a la orden del Císter.
El Monasterio de Santa María de Meira data de principios del siglo SXII (alrededor de 1143). En el se instalaron 12 monjes de la orden Cister originarios de Francia, que pusieron en pie el monasterio de Meira y del que actualmente se conserva la iglesia, el ayuntamiento y parte del claustro procesional. Víctima de saqueos, uno de ellos fue el de las tropas de Napoleón en 1809. Durante 1590-1835 fue Colegio Mayor de Filosofía de la Congregación de la Reforma de Casilla, hasta la Desamortización de Mendizábal, que da fin a su vida monástica. En 1931 fue declarado Monumento Nacional y a día de hoy  es iglesia parroquial, donde se celebra misa a diario. Está dedicado a la Virgen María, es también su patrón San Roque.

Descripción del Monasterio de Santa María de Meira

En él contrastan la austeridad de su edificación con la riqueza artística de sus retablos, siendo ejemplo del mejor arte cisterciense no solo de Galicia sino de España. De hecho destaca por sus dimensiones, originalidad y belleza, formando parte del itinerario cultural de la Carta Europea de Abadías Cistercienses y de Acigal.

Exterior del Monasterio

El templo está construido en piedra de granito muy pulida e irregular. En su fachada principal destaca un rosetón y su portada, ya que conserva los herrajes originales del S.XIII. Su planta es de cruz latina, formando tres grandes naves y un crucero en el que destaca su cabecera y los retablos del siglo XVIII.

Interior del Monasterio

En su interior se conservan dos enterramientos. El de Fray Atanasio Zepeda (1659) y el del padre de la noble Doña María de Bolaño (1543). La Sala de las Reliquias construida en el siglo XVII está situada tras el ábside central. se accede a ella por el deambulatorio y que alberga unas maravillosas pinturas murales de la misma época. Representan a distintos monjes y papas.

Se conserva también parte del claustro renacentista o de los caballeros, en el edificio que acogió la portería, hospedería, colegio mayor de Filosofía, etc. y que a día de hoy se utiliza como sede municipal.

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