Nuestra particular Ruta de los Faros se inicia en el pueblito marinero de Malpica.
Malpica, punto de inicio de la ruta de los Faros se encuentra aproximadamente a una hora en coche de A Coruña y Santiago. Ambas ciudades cuentan con aeropuertos. Hay buena conexión por carretera y tren con el resto de la península. De hecho nosotros llegamos a Malpica tras coger el rápido y cómodo Alvia Vigo-A Coruña y luego un autobús, de A Coruña a Malpica. Este último ni tan rápido ni tan cómodo, eso sí, el dominio del volante del conductor era increíble.
Esta antigua localidad ballenera es realmente una villa encantadora, donde el mar se adentra en su corazón.
Un paseo marítimo en el que se dispone una playa nos lleva a la salida de Malpica. A las afueras, entre playas y sembrados se encuentra la ermita de san Adrián. Pasando por unas pasarelas de madera podemos avistar en el mar las Islas Sisargas, donde destaca un pequeño faro.
Una vez llegamos al pueblo nos dirigimos directamente al alojamiento que habíamos reservado, el hotel Fonte do Fraile, donde dejamos nuestro equipaje para ya luego dedicarnos a conocer y disfrutar del pueblo con tranquilidad.
Malpica, un pueblito vinculado al mar
Malpica es un pueblo muy vinculado al mar, donde el pequeño puerto pesquero constituye el epicentro de su actividad. Agolpado en torno a él se agolpa el pueblo, todo ello protegido con un imponente espigón de un amenazante mar que en ocasiones se vuelve calmo.
Allí, todo nos recuerda la actividad pesquera; las rederas arreglando los aparejos. Los pequeños barcos de bajura que van llegando a la largo de la tarde para amarrarse a la dársena, donde los marineros descargan el pescado del día, que entrará en subasta por la tarde. Los jubilados sentados en el espigón del puerto con sus cañas pescando calamares o intentándolo. Todos ellos bajo el característico sonido de las gaviotas que incansablemente reclaman comida mientras revolotean alrededor.
Dada la importancia de esta actividad, como era de esperar, uno de los principales atractivos de Malpica es su gastronomía, alimentada de los más sabrosos productos del mar. No lo planeamos, pero tuvimos la suerte de llegar a tiempo para poder visitar la lonja en plena actividad, ya que aquí se pone en movimiento a primera hora de la tarde.
Ya allí, en una nave próxima a la cofradía de pescadores tiene lugar la subasta. Pescados y mariscos recién salidos del mar con toda la frescura y calidad gallega son vendidos bajo un sistema de puja. El proceso es simple. Inspeccionado el género por los compradores el subastador comienza el proceso fijando un precio que va bajando hasta que un comprador lo para antes de llevarse el producto.
Tras la subasta aún teníamos tiempo para relajarnos, así que volvimos a nuestro hotel, caminando por un paseo sobre un impresionante paisaje de mar azul y arenas blancas. En el hotel disfrutamos de un relajante spa, hasta que llegó la hora de ir a cenar.
Nuestra estancia en Malpica, previa al inicio de la ruta de los Faros
Era 15 de mayo y por ello Malpica aún no estaba abarrotada de visitantes, quizás porque por esas fechas, en Malpica el sol aún no calienta con fuerza. Este clima suave para nosotros eso era toda una ventaja dado que el motivo de nuestro viaje era hacer la ruta de senderismo del Camino de los Faros.
Como comenzaríamos al día siguiente, había pues que coger fuerzas y por ello nos dirigimos al Bar O Cachón, un bar de pueblo marinero de cocina típica gallega. Fabas con pulpo y arroz realmente impresionantes, acompañado de navajas, zamburiñas…
La suerte de no viajar en temporada alta es que siempre coges sitio en los alojamientos y no tienes que esperar en los Restaurantes. La cena fue una comida local, una velada tranquila y descansada que precedía la dura jornada que nos esperaba al día siguiente, ya que la etapa Malpica-Niñons es para mí una de las más duras de la ruta.
Pero esa noche descansamos bien. Dormimos en una cama muy confortable, ya que el hotel Fonte do Fraile cuenta con todos los servicios para hacerte sentirse como en casa. Si a eso le unimos el buen precio para los servicios que ofrece y la amabilidad de los propietarios del mismo solo nos queda repetir en otra ocasión y recomendarlo. Poco más de 60 euros, dos personas con spa y desayuno incluido.
Nos quedó por visitar en Malpica las Islas Sisargas. Allí hay un camping para pasar unos días, dicen que a precios inmejorables. Quizás lo visitemos en otra ocasión y os podamos contar que nos parece, mejor en el mes de julio, cuando se festejan las fiestas del Mar, coincidiendo con el homenaje a la patrona de los marineros, la Virgen del Carmen.